El director foral de Deportes Pablo de Oraá dirigirá el Valle Salado de Añana
Toma el relevo de Daniel Solana al frente de la Fundación con el principal objetivo de optar a ser patrimonio de la Humanidad
Pablo de Oraá, hasta ahora director del Departamento foral de Deportes, será el nuevo responsable de la Fundación Valle Salado de Añana y así recoge ... el relevo de Daniel Solana, que hace un mes se puso al frente de la Agencia Vasca de Turismo-Basquetour. De esta manera, a diputada Ana del Val (PSE) coloca a una persona de su máxima confianza al frente de uno de los grandes recursos turísticos del territorio con el objetivo de gestionar los retos que encara este privilegiado enclave para adaptarse a la 'nueva normalidad'.
La propuesta de Oraá se estudiará y previsiblemente se aprobará en el patronato del próximo lunes. Del Val le ha elegido porque considera que goza de una «perspectiva global» tras haber trabajado en casi todos los escalones de la administración, desde la delegación del Gobierno hasta el Ejecutivo autonómico o las Juntas Generales de Álava. En la Diputación dejará 'encarrilada' la aprobación de la norma foral de Deporte Escolar, una materia que precisamente ha sido su principal dolor de cabeza en los últimos meses por la necesidad de acompasar las necesidades deportivas de los menores con su difícil adaptación a la pandemia.
En el Valle Salado se encontrará con algunas tareas que Daniel Solana ha dejado pendientes tras un único año al frente de la Fundación. Sobre todo destaca el nuevo intento para que la Unesco reconozca a las salinas como patrimonio de la Humanidad en 2022. Ocho años después del primer intento, se volverá a optar a este título con el respaldo del Ministerio de Cultura, Icomos (el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) y la Universidad del País Vasco. Pero en paralelo a este grandioso hito se busca que la Fundación logre mejorar su financiación a través de patrocinios o de un incremento en las ventas de sal tanto a nivel nacional como internacional. También han quedado pendientes de terminar procesos de certificación como el Eusko Label y el sello Ecológico. Pero este milenario sistema de producción de sal también quiere cumplir con los 17 objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, la ahora tan conocida como Agenda 2030, que incluyen desde la acción contra el cambio climático o el respeto de los ecosistemas hasta la igualdad de género.
Licenciado en Sarriko
No son pocos los objetivos que se le marcan a Pablo de Oraá, que es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales en la facultad de Sarriko de la UPV. Lleva 35 años ligado a la administración pública como funcionario y cargo de confianza designado por el PSE en diversos estamentos. Durante ocho años fue jefe de gabinete de la Delegación del Gobierno en el País Vasco -con Paulino Luesma y Mikel Cabieces al frente- y desde 2014 hasta 2019 fue patrono de la Fundación Vital. También ha formado parte de varias listas electorales, la última para optar a un escaño en el Senado. Hace trece meses, se le designó 'número dos' de la diputada Ana del Val y director del Instituto Foral de la Juventud. Tareas que no han resultado sencillas sobre todo como consecuencia de la pandemia, que ha cambiado las rutinas tradicionales en estas dos áreas.
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