Detectan en Álava el primer ejemplar de Euskadi de una abeja gigante de Asia
Un biólogo alavés captura en Olaeta un macho de la 'Megachile sculpturalis', una especie que duplica en tamaño a la autóctona
Un nuevo insecto exótico –y quién sabe si invasor– ha llegado hasta los bosques alaveses. En un pinar de la localidad de Olaeta, el biólogo ... e investigador Aitor Saez de Zerain capturó «en un encuentro fortuito» un ejemplar de la abeja gigante de la resina (Megachile sculpturalis), una especie procedente de Corea, Japón, China y Taiwán «que se está expandiendo con rapidez fuera de su área nativa gracias a su gran capacidad para establecerse en una amplia gama de ambientes». Ya había noticias de ella en Cataluña, Baleares y Navarra, pero es la primera vez que se documenta una cita en Euskadi, explica el científico, que ha publicado los detalles de su hallazgo en un artículo que firma junto a Nebai Mesanza y Eugenia Iturritxa en el Boletín de la Asociación Española de Entomología. El bicho en cuestión fue atrapado en julio, era un macho y medía nada menos que 19 milímetros.
Esta abeja (no confundir con el avispón asiático) es la primera no autóctona que se ha establecido con éxito en Europa. Es el doble de grande que la especie local «y todavía no sabemos cómo se va a comportar», explica Saez de Zerain. La comunidad científica de diversos países estudia su comportamiento ante el riesgo de que desplace a las ya arraigadas, algo que de momento es una incógnita. La abeja gigante de la resina, explican los científicos en su informe, se localizó fuera de Asia por vez primera en 1994 en América y ya está presente desde Canadá hasta el norte de México. En Europa, se descubrió en 2008 en Francia y ya está en Suiza, Alemania, Austria, Eslovenia, España. Crimea y Liechtenstein. Probablemente haya llegado a través de los cargueros que arriban desde Asia. Su localización en Álava supone una oportunidad para profundizar en el conocimiento de la especie y su comportamiento.
Originaria de Japón y China, tiene gran capacidad de expansión y de adaptación. Puede medir hasta 24 milímetros
Los biólogos saben ya que es una especie activa entre junio y septiembre en Europa. «Los machos emergen unas dos semanas antes que las hembras y utilizan los agujeros y cavidades existentes para sus nidos, que requieren al menos 8 milímetros de diámetro. Constan de una celda para cada crías y suelen ser sellados con resina», detallan los expertos. De ahí el nombre. El ejemplar alavés fue encontrado durante un estudio de control de las comunidades de insectos de un bosque de pino radiata rodeado de una serie de zarzas y helechos que han quedado registrados en el estudio de hábitat.
«Por el momento no se sabe mucho sobre el impacto ecológico que causa sobre las especies autóctonas pero se ha encontrado que, al compartir sus sitio de anidación con varias especies nativas, podría afectar a su población provocando una reducción en el número de ejemplares desplazándolas por competición interespecífica», apuntan los redactores del artículo. Su rápida expansión y gran capacidad de adaptación juegan a su favor. Por eso, los científicos apuestan por iniciar un estudio y monitorización más profundos.
Es una noticia inquietante para los apicultores alaveses, que ya luchan contra los efectos del cambio climático, un parásito y la avispa asiática.
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