Denuncian ante la Fiscalía la aparición de un rottweiler muerto en un carro de la compra en Vitoria

La Asociación para un Trato Ético con los Animales (Atea) ha denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Álava la aparición de un perro muerto, de raza rottweiler, en el interior de un carro de la compra que apareció el 30 de septiembre junto a unos contenedores de basura en la calle Paraguay de Vitoria. Al parecer, unos vecinos de la zona descubrieron el cadáver del animal, según ha explicado el colectivo en un comunicado. Al can le sobresalían sus patas posteriores del carrito. Sus extremidades estaban envueltas en una bolsa de plástico.

La asociación ha indicado que el servicio de recogida de cadáveres de animales contratado por el Consistorio vitoriano recogió el cuerpo y observó que la cabeza del animal también estaba envuelta en una bolsa de plástico y que había sangre. «Sabemos que el cadáver fue trasladado a las dependencias de dicha empresa y que se procedió a su incineración el martes día 3 de octubre, sin que el Ayuntamiento lo requiriera para la preceptiva necropsia, teniendo en cuenta tan particular escenario. En Atea entendemos que tal proceder pudiera constituir una grave negligencia protocolaria, pues se permitió con ello la desaparición de cualquier prueba incriminatoria», subraya la asociación animalista.

«Al parecer y ante las informaciones acusatorias que estaban apareciendo en las redes sociales -agregan-, el dueño del animal decidió trasladarse a las dependencias de la Policía Local en Aguirrelanda, para declarar que su perro había fallecido por causas naturales, sin que sepamos más detalles sobre este pasaje», ha narrado Atea. La asociación ve «muy extraño el hecho de que si, en efecto, el fallecimiento del animal fue natural, el dueño procediese de tan burda manera con el cuerpo» y ha recordado que depositar cadáveres de animales en la vía pública está estrictamente prohibido por la normativa municipal, por razones evidentes».

Por ello, la organización que ha denunciado este caso «baraja la posibilidad de que el dueño decidiera acabar con la vida del animal, pues además de producirse los hechos coincidiendo con la entrada en vigor de la nueva Ley de Bienestar Animal, algunos de nuestros colaboradores han constatado que el dueño mostraba un comportamiento entre rudo y violento con su perro en vida y que, incluso, llegó a confesar a algún conocido que pensaba matarlo», expresa.

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