Los delitos vuelven a la calle en Vitoria
Rebrotan los robos en coches y trasteros, así como los hurtos de bicis y carteras. La Policía Local destapó ayer una 'narcocarnicería' de hachís en El Pilar
«Según hemos recuperado la capacidad de movimiento, los 'malos' han visto un claro de luz por el que retornar a su 'quehacer'». La frase sale de un mando intermedio de la Ertzaintza. Los datos le dan la razón. Cumplidos un par de meses de calma delictiva casi total en Vitoria –durante más de medio centenar de días no hubo ni un solo robo en pisos–, las dos comisarías de la ciudad recuperan poco a poco ritmos pasados. Ya hay hurtos de bicis o coches y trasteros forzados.
Entre ambos cuerpos registran más de una veintena de delitos por jornada, todavía lejos de los cuarenta diarios de la era pre-Covid 19. Este rebrote «empezó a notarse con las franjas horarias» para salir a pasear o a hacer deporte. Y se ha reafirmado con la apertura de terrazas que «en la práctica implica una libertad de movimientos casi absoluta», asumen agentes de la Guardia urbana y de la Policía autonómica consultados por este periódico.
La violencia intramuros –de género o doméstica– se ha mantenido tristemente activa durante este confinamiento. «Muchos pisos han sido una olla a presión. Unos porque acogen a demasiadas personas, otros porque los padres han sido incapaces de atemperar los ánimos de sus hijos adolescentes y luego están aquellos en que las mujeres sufren violencia de sus parejas», desgranan patrulleros perfectos conocedores del día a día en las calles de la capital del País Vasco. Esta semana ha habido un repunte de estos casos.
2,5 kilos de hachís
Lo mismo ha acontecido con el trapicheo de droga. Durante este periodo de confinamiento y posterior desescalada se han sucedido los arrestos de pequeños traficantes, el último eslabón de la cadena básicamente. La semana pasada, la Ertzaintza entró en un piso de Adurza donde se almacenaban un par de kilos de marihuana. Hubo tres detenidos y dos investigadas. El caso lo lleva el Juzgado de Instrucción número 1.
Ayer en cambio, la Policía Local se anotó un tanto de superior enjundia. Según ha sabido en exclusiva este periódico, la unidad de Investigación destapó una presunta 'narcocarnicería' en el barrio de El Pilar, especializada en despachar carne 'halal' pero también hachís.
Estos días de desescalada generalizada, de riadas de personas por las calles de Vitoria, la Guardia urbana ha tramitado algunas denuncias de lo más curiosas. Por ejemplo, el hurto de una placa de vado o el robo en una perrera. Donde prácticamente han acudido a diario tanto las patrullas de la Policía Local como de la Ertzaintza ha sido a los edificios okupados de la Avenida de Olárizu.
El lunes investigaron la muerte del perro de un okupa. Pertenecía al joven encarcelado por atacar quince días atrás al patriarca de estos pisos arrebatados al Ayuntamiento de Vitoria. Fuentes policiales creen que «se trata de una venganza», pero también de «un aviso a la novia de este chico, que aún vive allí».
Una semana atrás, el Consistorio ordenó tapiar varios pisos después de recibir los anuncios de «numerosos butrones» a cargo de estos inquilinos irregulares. «Tardaron horas en volver a abrirlos», cuentan los vecinos legales que residen enfrente.