Las cuadrillas de blusas y neskas retoman el diálogo para resolver un cisma de ocho años
La comisión, la federación y Cultura constituyen una mesa de trabajo sin necesidad de recurrir a una mediación externa como en La Blanca'24
Hace ya más de ocho años que la unidad en la Comisión de Blusas y Neskas saltó por los aires con la escisión de seis ... cuadrillas que tomaron su propio camino y formalizaron el nacimiento de la Federación de Asociaciones de Neskas y Blusas el 17 de marzo de 2017. Aquella división en un colectivo de tradicional disciplina férrea en la toma de decisiones se produjo por la negativa de esa media docena de peñas díscolas a asumir su responsabilidad por no participar en una protesta conjunta contra una agresión sexista en La Blanca de 2016.
Desde entonces, las dos agrupaciones han convivido separadas, al inicio del divorcio con evidentes tensiones entre ellas, y compartido espacio festivo no sin dificultad igualmente por la necesidad de doblar paseíllos y ajustar sus horarios de ida y vuelta para evitar coincidencias en las calles. Una cuestión logística, también un reclamo para el disfrute del público, que sin embargo ha sido del desagrado del Ayuntamiento por su grave afección al tráfico y la enorme ocupación de vía pública durante horas dos veces cada tarde del 5 al 9 de agosto.
Se buscan alternativas a los paseíllos y limitar el número de integrantes por cuadrilla
A lo largo de los ocho años de cisma, todo intento por devolver la unidad a los blusas y neskas ha fracasado entre disputas personales y recelos del pasado. Incluso, hace ahora un año el departamento de Cultura municipal destinó 17.000 euros a la contratación de una empresa mediadora que tampoco condujo a la firma de la paz pese a reunirse con decenas de protagonistas y tratar de encontrar un punto de encuentro.
Al menos, ese proceso conciliador sí sentó algunas bases sobre las que se están incidiendo desde hace semanas, a poco más de cinco meses del chupinazo de La Blanca'25. Según ha podido saber ELCORREO, se ha constituido una mesa de trabajo festiva con la participación de los tres agentes implicados para favorecer el diálogo, alcanzar acuerdos por el bien común y, por qué no, avanzar hacia una reunificación por la que sueñan muchas cuadrillas y el propio Consistorio.
Demasiados componentes
Ya sin intermediario externo, solo con la presencia de la concejala del ramo,Sonia Díaz de Corcuera, y técnicos, la comisión y la federación discuten sobre cómo preparar en armonía las próximas fiestas. Un primer paso hacia el entendimiento ya se dio en 2024, cuando se pautó la ofrenda floral a la patrona la mañana del día 5 con unos horarios que se respetaron entre las cuadrillas de los dos grupos y se evitaron incómodas colas y esperas multitudinarias en las escalinatas de San Miguel. La repetición de esta iniciativa se da por hecha.
Al margen de los a veces costosos trámites que llevan los permisos municipales para el desarrollo de sus actividades callejeras, la comisión y la federación se enfrentan una vez más a su gran caballo de batalla:las kalejiras por Dato y demás calles del centro. El contingente de blusas y neskas, que se ha disparado por encima de los 9.000, acarrea una complejidad que ha puesto en alerta al Ayuntamiento y en aviso a las cuadrillas.
Desde Cultura se buscan alternativas, como la de abreviar los paseíllos o dirigirlos por calles del centro distintas a las actuales. También se quiere poner tope al número de blusas y neskas por colectivo, una propuesta similar a la trasladada a las comparsas de Carnaval. La mayoría de cuadrillas alcanza los 300 integrantes o más y dispone de largas listas de espera. De hecho, la propia comisión ha puesto cerco en su seno. No más de veintidós peñas. El lunes, en una asamblea ordinaria, rechazó la inscripción de una nueva, Hemengoak. Sólo hará hueco a las escindidas si se produce la reunificación que se persigue.
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