PNV y PSE se oponen en Álava a la creación de una Fiscalía Anticorrupción en Euskadi
La medida solicitada por EH Bildu y el PP dispara los nervios de los jeltzales en las Juntas que observan intereses electorales
Lejos de debatir y buscar herramientas para evitar nuevos casos de corrupción en Euskadi, las Juntas Generales de Álava protagonizaron este miércoles un nada edificante ... cruce de reproches entre partidos en el que no se consensuaron nuevas medidas, como reclamaba la oposición, y a iniciativa de los gobernantes PNV y PSE tan sólo se aprobó seguir trabajando como hasta la fecha. Las condenas de cárcel a quince antiguos cargos y militantes jeltzales por su implicación en el 'caso De Miguel' -entre ellas trece años y medio para el antiguo diputado foral de Administración Local, Alfredo de Miguel- parece que no sirve para replantearse la situación y los nervios -en forma de gritos e interrupciones- inundaron un legislativo alavés que está recogiendo los asuntos que el Parlamento vasco no puede tratar por estar disuelto para la próxima celebración de elecciones.
Los habitualmente antagónicos EH Bildu y PP coincidieron al reclamar la creación de una Fiscalía Anticorrupción para Euskadi, un paso más allá de la figura de coordinador contra delitos económicos que existe desde hace un año. Una medida que no salió adelante ante la oposición de las fuerzas gobernantes. Ese punto de encuentro, sin embargo, molestó sobremanera a los jeltzales. «Aquí se trata de atacar al PNV y debilitar la posición ante las próximas fechas electorales. Se unen para una medida. EH Bildu, los malos, los filoetarras y secta intocable para la derecha, encuentra ahora un espacio de unión y una puerta abierta a trabajar con los españolazos, los del 155, los represores, los filotorturadores… No lo digo yo, lo han dicho el uno del otro», lanzó la portavoz nacionalista en la Cámara foral, Izaskun Moyua. La procuradora sacó pecho por los resultados electorales que su fuerza ha conseguido en las últimas citas y no dudó en acusar de «mezquindad» a los miembros populares.
Jon Nogales, del PSE, consideró la unión entre abertzales y conservadores en una «perfomance tête à tête poco edificante» que buscaba «cuatro titulares de periódico». No dudó en reprochar al PP que no tomase esta decisión en los ocho años que Mariano Rajoy fue presidente del Gobierno y los casos de corrupción que han protagonizado en la última década. Pero también tuvo palabras dirigidas a EH Bildu. «Para que ustedes sean creíbles tienen que recorrer un camino que si bien llevamos mucho tiempo esperando», apuntó en referencia a la banda terrorista ETA.
«En la lucha contra la corrupción no hay colores políticos, ni ideologías, ni derechas, ni izquierdas, ni centro, ni nacionalistas, ni no-nacionalistas. Aquí hay decencia o no-decencia, ética o falta de ética. ¿Luchamos contra la corrupción o protegemos a los corruptos?», sostuvo el portavoz del PP en las Juntas, Iñaki Oyarzábal, quien dedicó más de dos minutos a hablar de una ristra de investigaciones -algunas juzgadas y otras aún en investigación- que salpican a los jeltzales.
«Lo que nos está pidiendo la sociedad es tener instrumentos para que la acción política tenga una credibilidad y haya honestidad. Ese es el objetivo de nuestra moción. Cuando hablamos de una oficina de buenas prácticas es que hay cuestiones legales, pero que son prácticas irregulares que se tienen que desterrar», comentó Kike Fernández de Pinedo, de EH Bildu, insistente en hablar sobre el vertedero de Zaldibar lo que le valió varias llamadas de atención por parte de las presidencias de las Juntas.
La única que mantuvo la calma fue Arantxa Abecia, de Podemos. «Si el PP hubiese apoyado hace dos años la PNL (iniciativa) que presentamos hace dos años no estaríamos hablando de esto, pero entonces estaban en medio del 'caso Gürtel'», recordó la representante de la formación morada, quien criticó que la medida aprobada sólo servirá para seguir como hasta ahora.
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