«Me marcho asustada con los precios»

«La diferencia con otros años es que los pedidos son la mitad. Mucha gente no tiene claro cuántos van a ser a la mesa pero lo que sí saben es que se juntarán bastantes menos». La reflexión la hace Isabel Alonso mientras limpia chipirones tras el mostrador de la pescadería Arrese. Sus colegas del Mercado de Abastos corrobaran sus palabras. Este 2020 los encargos son mucho más pequeños que en Navidades anteriores, pero están satisfechos.

A dos días de Nochebuena, la plaza era este martes un hervidero de clientes. Algunos pendientes todavía de la decisión del LABI para confirmar cuántos van a poder juntarse en estas fechas tan especiales, pero la mayoría ya con las ideas claras. «Este año vamos a ser solo dos: mi hija y yo. Mi otro hijo y los nietos han decidido que lo más sensato es no reunirse», contaba Meri Ibáñez al mismo tiempo que colocaba la compra en el carro. «Me llevo unas gambas y rape para ponerlo en salsa. Pero me voy austada de lo que he tenido que pagar, los precios han subido una barbaridad», lamentaba esta mujer.

Estaba en lo cierto, sobre todo en el pasillo de las pescaderías. «Los precios están por las nubes porque estos días hay poco pescado de calidad. Hay productos carísimos, y por ejemplo el besugo y la merluza han subido mucho», confirmaba Imanol Martínez, de Pescados Imanol y con 30 años de experiencia en el negocio. «Estos días están siendo un caos porque muchos clientes no saben todavía cuantos van a ser y la gente está esperando al último momento para comprar y encargar. Lleva toda la mañana sonando el teléfono», agregaba. Elisa Rojo era una de esas clientas dubitativas. «Creo que iremos al pueblo a pasar la Nochebuena y la Navidad con mis padres, pero todavía no lo tenemos claro. Aunque más de seis no vamos a ser seguro», contaba esta mujer, que prefería dejar la compra de Nochebuena para el último momento.

«Este año, en los encargos que nos han hecho nos piden para menos personas. Eso se nota mucho. Se llevan peces para dos, tres o como mucho cuatro personas», relataba Mariano desde la pescadería que lleva su nombre. Un repaso por los precios que este periódico recogió el 3 de diciembre en el mismo escenario evidencia el encarecimiento de la mayoría de productos. Incluso de la carne, que apenas suele sufrir variación. Tanto el cabrito como el cochinillo, solomillo o entrecot estaban ayer algunos euros más caros. Aunque algunos prefieren pagar esa pequeña diferencia. «No me gusta congelar. El mismo jueves vendré a por unos solomillos y algo más. Este año estamos solo dos porque no nos juntamos con los hijos así que podemos permitirnos un capricho», sonreía Julián Heredia.

«Hoy -por ayer- estamos teniendo mucho movimiento. Pero mañana y en Nochebuena seguro que viene muchísima gente, ya con la certeza de cuántos van a ser a la mesa», aventuraba el carnicero Luis Baez desde el mostrador de Conchi.