Una clínica de Vitoria lleva a la Justicia a los autores de escraches antiabortistas
Denuncia a «al menos seis personas» quese concentran de forma sistemática ante sus puertas y «cohíben»a los usuarios
«No estás sola, estamos aquí para ayudarte». Ese es el mensaje que puede leerse en los carteles que portan los antiabortistas que, desde la ... pasada semana, han vuelto a concentrarse frente a la clínica Askabide de Vitoria. Y que ha llevado a sus responsables a iniciar acciones legales contra todos y cada uno de ellos al amparo de una modificación legal publicada en el BOE el pasado 13 de abril que castiga el acoso a las mujeres que acuden a clínicas para la interrupción voluntaria del embarazo.
Las concentraciones se habían diluido semanas atrás, pero el pasado miércoles 28 de septiembre -fecha en la que se conmemora el Día Internacional por el Acceso al Aborto Legal y Seguro-, un grupo de personas volvió a exhibir esos carteles a la vista de todos los que acceden al consultorio. Desde la acera de enfrente de la calle Rioja. Repitieron el jueves, el viernes y ayer mismo. El primer día, al menos seis personas. Y en los siguientes, por parejas y tríos que se turnan «cada hora u hora y media», desde las 15.30 hasta las ocho de la tarde, relatan empleados del centro. Acuden con cartel y rosario. Y rezan. Una actitud que parece incomodar a quienes acuden a él. Y que el miércoles hartó a sus responsables.
«Llamamos a la Ertzaintza, pero no les identificaron porque dijeron que pasaron por delante para mirar» y «dijeron que no estaban haciendo nada», relata Igor Elberdin, director de Askabide Klinika. No apreciaron, en suma, que pudiera existir una coacción evidente. Elberdin entiende que su sola presencia ya «cohíbe».
La Policía Municipal, a la que recurrió posteriormente, sí tomó los datos de filiación de los concentrados. Y con esa información, el propio Elberdin «en nombre de todos los trabajadores», ha presentado denuncias individualizadas «para llevarles ante un juez y que decida». Unas denuncias que «se han ido ampliando» a diario en función de la reiteración de los protagonistas. La clínica ha solicitado también medidas cautelares para evitar que persistan en su actitud mientras se desarrolla el procedimiento judicial, para el que aún no se ha fijado fecha. Y ha informado al Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero, tanto de los hechos como del camino abierto en los juzgados. «Este tipo de actos cohíben a las pacientes y a los trabajadores. Pedimos que se aplique la ley», incide Elberdin.
La primera que da el paso
Askabide es una clínica polivalente. No solo informa y asiste sobre la interrupción del embarazo a mujeres derivadas por la sanidad pública, también está especializada en ginecología y obstetricia, realiza seguimientos rutinarios de embarazos, tiene especialidades en cirugía estética y plástica y en su laboratorio realiza diferentes pruebas analíticas.
Tiene, en suma, una gran variedad de usuarios que se sienten «incomodados». Con el paso dado, Askabide se convierte en la primera clínica de Euskadi y «una de las primeras del Estado sino la primera» que al amparo de la modificación legal de abril recurre a la justicia para acabar con este tipo de escraches.
Quienes los protagonizan se enfrentan a «pena de prisión de tres meses a un año». También podrían hacer «trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta días», si el juez entiende que su comportamiento se ajusta a uno de los preceptos de la modificación del artículo 172 que castiga al que «para obstaculizar el ejercicio del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo acosare a una mujer mediante actos molestos, ofensivos, intimidatorios o coactivos que menoscaben su libertad».
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