Los chupitos de origen gallego y sello alavés

Se anuncia como un licor artesano con «toques dulces y mucho punch» y es una de las grandes novedades en los estantes de bares de Vitoria, en especial en la zona del Casco Viejo y en Mateo de Moraza. Esa botella, con un logo de un animal salvaje colocada junto a otras marcas más conocidas, ha llamado la atención de muchos. La peculiaridad de ese licor de tono castaño, 'Xarma', es que tiene sello alavés, ya que es una marca registrada por Ander Lekue, un cocinero y empresario de Legutio más conocido por su paso por el programa televisivo 'El Conquis' como concursante en 2019.

Por el momento, estas botellas se encuentran en medio centenar de establecimientos hosteleros, la mayoría en la capital alavesa, así como en algunos locales de Legutio, Larrea o Agurain. La idea es colocar un «producto de sobremesa clásico en la noche», apunta Lekue acerca de ese trago de regusto dulce. En esta aventura empresarial, el chef del restaurante La Posada (Legutio), conjuga la ilusión con hacer cálculos porque de momento no es rentable el negocio. En las últimas semanas ha llevado a cabo algunas reuniones para distribuir el licor en establecimientos y supermercados que se sumarían a la venta online. Sin embargo, sabe que el crecimiento tiene que ser paulatino.

Su propósito a corto plazo es que sea «conocido por lo menos a nivel vasco». «Me haría un montón de ilusión que la gente reconozca una idea que se me ha ocurrido a mí. Aunque la receta no es mía, he tenido que hacer virguerías para llevarlo a cabo», explica. Cuando se refiere al proceso de elaboración menciona a su socio gallego. Y es que el origen de esta nueva bebida no tiene tanto que ver con una combinación rebuscada, sino que es más bien fruto del azar. «Un vecino de Legutio -que venía al restaurante en el que trabajo (La Posada)- solía ir a Carballiño a veranear y traía al restaurante algunas garrafas con licor de hierba, crema y orujo blanco de una destilería artesanal de la zona», cuenta.

De aquellas botellas se servían chupitos a los comensales con los que tenía buen trato. Sin embargo, más allá de esos sabores reconocibles del orujo o la crema, fue una botella de plástico que tenía un letrero en la que se leía 'De casa' la que le dejó el mejor sabor de boca. «La probamos mi hermano y yo una Nochebuena, nos la bebimos, nos miramos diciendo qué bueno está y pensamos que había que patentarlo», apunta Lekue. La idea se quedó en el aire durante un tiempo. Finalmente se puso en contacto con el artífice de esa mezcla, un aldeano «galleguiño» de 72 años llamado Paco que elabora el licor en una destilería cerca de Carballiño. «Él se encuentra en jubilación activa. Cuando le llamé y le pregunté si podíamos patentar ese licor de casa me dijo que no y tuve que insistirle mucho», reconoce acerca de una bebida con una graduación alcohólica de 28º, unos tres más que el pacharán y más de diez en comparación con un licor crema.

Tras varias visitas a la aldea gallega, Lekue consiguió convencer a Paco -éste prefiere mantenerse en un segundo plano- para cerrar un «contrato» de producción y contar con él como socio. «No puede vender a nadie más ese licor ni decir la receta», explica. Ese es el secretismo que ronda una elaboración «artesana total». Tras convencerlo para comerciar y patentar esa bebida con garantías , pensó en cómo llamarla y más tarde presentó un diseño de embotellado e imagen de marca. El nombre, dice, surgió en una reunión de colegas. «Una amiga dijo 'Xarma' y pegaba porque queríamos darle un toque rural y salvajico. Además, 'xarma' en euskera quiere decir encanto y en gallego quiere decir karma. Me cuadró».

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