El manifiesto de la UPV contra los ataques violentos en sus campus suma más de 1.600 firmas
Desde la rectora hasta estudiantes respaldan un contundente comunicado en defensa de la universidad pública, de sus valores y de las 50.000 personas que la integran
Nuria Nuño
Jueves, 14 de marzo 2024
«Cada mañana unas 50.000 personas nos despertamos y nos dirigimos a nuestra universidad con diferentes objetivos». «Todas lo hacemos con ilusión». Así arranca ... un contundente comunicado «en defensa de la universidad pública» y de la comunidad universitaria en respuesta a la «escalada de agresiones personales y daños en los bienes públicos» que ha «padecido» la UPV/EHU en los últimos meses, en especial en los campus de Álava y Gipuzkoa. Una declaración en la que afirman rotundamente que «no nos callamos ante las agresiones» porque «queremos que todas las personas que trabajan o estudian en la universidad se sientan cómodas y seguras en ella, que puedan expresarse y dialogar libremente, y que dejen expresarse también a las demás».
No es la primera vez que la UPV/EHU condena los actos violentos que llevan a cabo grupos radicales en sus campus, especialmente en el de Vitoria, pero en esta ocasión el comunicado está colgado en su página web para recoger adhesiones. El documento ha sido impulsado por el rectorado, así como por las direcciones y decanatos de todos los centros y las presidencias de los consejos de estudiantes central y de los tres campus.
El texto, que se puede leer aquí de forma íntegra, había recabado a primera hora de este viernes, 15 de marzo, el apoyo de más de 1.600 personas. Han rubricado el escrito desde la rectora Eva Ferreira hasta los últimos cuatro rectores de la universidad pública vasca, Nekane Balluerka, Iñaki Goirizelaia, Juan Ignacio Pérez y Manuel Montero. Se han adherido también el equipo rectoral al completo, los decanos y decanas de todas las facultades y escuelas de la UPV/EHU, la presidenta del Consejo de Estudiantes, los presidentes de los Consejos de estudiantes de los tres campus y cientos de profesionales del PDI y PAS y estudiantes. También el diputado general de Álava, Ramiro González, se ha sumado «como exalumno de la UPV/EHU a este manifiesto. La universidad debe ser un espacio en el que prime la libertad y la convivencia. No debemos callarnos ante quienes atacan a la universidad de tod@».
Uno de los últimos y más graves altercados tuvo lugar hace apenas unas semanas en la Facultad de Letras del campus de Álava, cuando cerca de un centenar de jóvenes de Ikasle Abertzaleak se encerraron de noche en el edificio para reclamar, aseguraban, ayudas a la vivienda y másteres gratuitos. La Ertzaintza terminó desalojando la facultad e identificó a varios jóvenes, que convocaron una protesta para denunciar el «carácter policial» de la universidad.
No obstante, el manifiesto hecho público no denuncia sólo este caso, sino también otros similares que afectarían al campus de Gipuzkoa. Se trata, afirma el texto, de «repetidos ataques a la convivencia pacífica mediante agresiones verbales y físicas, insultos y amenazas a personas, destrozos de equipamientos y de instalaciones». En ellos «ha habido insultos, amenazas, lanzamiento de pintura a objetos y personas, deterioro del patrimonio público, e intimidación a quienes no satisfacen sus peticiones», denuncia el manifiesto.
«Inaceptable»
«Parece que la razón para estos desmanes es no aceptar ni compartir las reglas de convivencia que rigen en la universidad», continúa el texto. «Obviamente, estas medidas pueden ser criticadas. Pero, obviamente también, la crítica, derivada de la libertad de expresión, debe hacerse respetando la libertad de expresión de los demás. Las agresiones, los insultos y la intimidación provocan o intentan provocar que las personas víctimas de esos comportamientos se callen. Pretenden silenciar la discrepancia y eliminar así el debate y la convivencia».
En definitiva, «estos comportamientos atentan contra los derechos de personas, contra los bienes públicos y contra el prestigio de nuestra universidad pública». «Todo esto es absolutamente inaceptable y esta declaración debe servir para dejar claro que no nos callamos ante las agresiones. Queremos que todas las personas que trabajan o estudian en la universidad se sientan cómodas y seguras en ella, que puedan expresarse y dialogar libremente, y que dejen expresarse también a las demás».
«Compartimos y lamentamos el dolor de las personas que han sido víctimas de unos comportamientos que condenamos sin paliativos, porque son profundamente antiuniversitarios. Nuestra solidaridad con estas personas es también una repulsa enérgica ante cualquier acto de violencia, sea física, psicológica o verbal», zanja el documento.
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