El centro de Arana genera rechazo entre los vecinos y el Gobierno dice que es «una oportunidad para el barrio»
La delegada asegura que el perfil de personas que piden asilo es de «jóvenes con estudios y oficio» y recalca que «no van a venir delincuentes»
El Centro de Acogida de Protección Internacional con capacidad máxima para 350 personas que antes de mediados de 2026 debería estar ya funcionando en Arana ... sigue generando controversia en el barrio. Y mucho rechazo, aunque también se escucharon voces a favor del mismo en la reunión que se celebró en su centro cívico entre la delegada del Gobierno, Marisol Garmendia, y la subdelegada, Mar Dabán, con un centenar de vecinos. «Que se los lleven a su casa», fue una de las primeras proclamas que se pudieron escuchar ayer en los momentos de mayor tensión. Frente a los reproches vecinales, que criticaron a las representantes del Gobierno central no haber contado con su participación para ponerlo en marcha, estas adujeron que el servicio será una oportunidad para el distrito porque mejorarán sus servicios sanitarios y educativos.
Los vecinos se quejaron de que durante años han recibido «mentiras de las instituciones» –cargaron con dureza contra la Diputación por el cierre– cuando les indicaban que no se podía poner en marcha «la residencia para mayores» que muchos reclamaban «por problemas de aluminosis». Garmendia replicó con que «sacamos este edificio que lleva diez años cerrado a subasta y nadie lo quiso».
La representante del Gobierno esbozó un perfil de las personas que solicitan asilo. Porque, no cabe duda, una de las mayores preocupaciones es que quienes lleguen acaben generando problemas de seguridad y se incrementen los delitos. «No vienen delincuentes; son personas que han tenido que huir por defender la democracia, como nuestros padres o abuelos en la Guerra Civil», replicó cuando desde el público se aseguró que «va a haber muertos».
La mayoría «huyen de sus países porque están en guerra, perseguidos por sus ideas políticas y también por su orientación sexual». El rango de edad más habitual se sitúa «entre los 18 y los 40 años» y tienen «estudios universitarios o secundarios y un oficio». «Son sobre todo familias tradicionales y mujeres con hijos a su cargo, con buena salud y nivel educativo medio o alto», detalló la representante gubernamental.
En estos momentos, las nacionalidades con más solicitudes de asilo son «Venezuela, Colombia. Malí, Senegal y Ecuador», pero de aquí a un año, cuando se espera que el centro esté en marcha, esos perfiles podrían variar.
40 trabajadores
Durante el acto, mostraron a los vecinos imágenes de lo que será el nuevo complejo. Y que contará con habitaciones adaptadas a las situaciones de cada solicitante (las hay para familias y también individuales), así como cocina, lavandería o unas canchas deportivas que estarán abiertas a todo el barrio. Porque un objetivo prioritario de este centro es que quienes lleguen se integren en la sociedad. «No van a estar encerrados en una cárcel».
El otro reto, durante una estancia máxima de entre 18 y 24 meses, es que pasen a formar parte del tejido productivo. Por ello, «desde el primer día contarán con acompañamiento y formación», tanto para encontrar trabajo como para solicitar la condición de asilados, por parte de las alrededor de 40 personas que trabajarán en el centro.
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