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Apagón en Vitoria
«La centralita ha colapsado, no paraban de entrar llamadas de ciudadanos»«Ha sido un no parar». Las más de tres horas de incertidumbre por la falta de energía eléctrica en Vitoria obligaron ayer lunes ... a Policía Local, Ertzaintza y Bomberos a multiplicarse. Regulación del tráfico, personas atrapadas en ascensores, enfermos necesitados de atención médica, alarmas que sonaban, o simplemente calmar a los que llamaban angustiados ante la falta de respuestas.
A diferencia de Bizkaia y Gipuzkoa, en Álava ayudó lo suyo que se tratara de una jornada festiva. «Realmente, el apagón sólo ha colapsado la centralita. En la calle ha afectado menos de lo que nos temíamos», señalaron al unísono policías locales. En la Ertzaintza, que recibe las llamadas derivadas del 112, también vivieron momentos de congestión. «Los avisos que nos llegaban eran prácticamente todos relacionados con el apagón», ilustró una ertzaina.
Los que no pararon ayer fueron los bomberos. Iban de un bloque a otro por las personas atrapadas en ascensores. Iban cincuenta a las dos horas. Pero la cifra subió y subió. «Más de 130» rescataron, según informaron fuentes municipales. Para antes de las 19.00 horas, todas estas peticiones de auxilio se habían resuelto.
La Policía Local, competente en materia de tráfico, se desplegó en varios cruces problemáticos ante la desconexión de todos los semáforos de la ciudad. Curiosamente, esta gestión resultó más sencilla de lo esperado. «Al ver el peligro, la gente extrema más las precauciones», estimó un agente local.
No obstante, al atardecer todavía se les pudo ver en rotondas como la de América Latina, donde costó ajustar «al completo la coordinación con el paso del tranvía». Cabe remarcar que esa macroglorieta asume el tránsito de miles de vehículos cada día. Ayer, pese a tratarse de una jornada festiva, no fue una excepción.
Más tensión se vivió con la atención a dos personas mayores que necesitaron atención médica. En las campas de Armentia, la Guardia urbana solicitó una ambulancia de urgencia para ayudar a una mujer inconsciente. Esa asistencia tardó más de media hora en llegar. El motivo fue el mal funcionamiento de las comunicaciones: los sanitarios allí apostados no podían comunicarse con la central de Osakidetza.
Poco después, sucedió algo parecido con otro jubilado. «Oímos a los agentes cómo estuvieron sopesando la opción de montarle en un coche patrulla y llevarle ellos a Txagorritxu», desveló un testigo de los hechos. Al final, no fue necesario puesto que apareció un vehículo médico.
Por precaución, los ertzainas del turno de la mañana alargaron su jornada hasta las 17.30 horas para «reforzar». En la Policía Local ocurrió algo parecido con una docena de agentes quienes prolongaron «voluntariamente». Desde el sindicato mayoritario en Aguirrelanda, Sipla, valoraron este gesto. «A pesar del conflicto con la alcaldesa y seguir sin meterse horas extras, dada la gravedad de la situación, la plantilla ha estado a la altura de los problemas de la ciudadanía vitoriana».
«Perdón señor agente, ¿saben cuánto va a durar esto?». «No tengo tranvía para volver a casa». «¿Cómo voy a entrar en mi garaje si no va el mando?». Los ertzainas y policías locales destinados ayer a velar por la seguridad tuvieron que cambiar de registro por las circunstancias.
«Al principio, los ciudadanos sí nos han preguntado mucho, aunque nada comparado con lo que nos han comentado compañeros de Bizkaia y Gipuzkoa, donde eran días laborables», compartió un ertzaina.
Uno de los agentes trataba de tranquilizar a una mujer de edad avanzada muy preocupada. «Esté tranquila. No va a pasar nada. Enseguida volverá la luz y recuperaremos la normalidad», le decía el uniformado. «Más allá de las personas atrapadas en ascensores, sorprendentemente no hay sido para tanto. Veremos mañana (por hoy martes) si hemos recuperado la normalidad, porque si no...», barruntó un policía local.
Hubo asimismo visitas a bares, cafeterías y bazares para comprobar que todo seguía en orden. «Sobre todo nos ha llamado gente bloqueada en ascensores y algún comerciante preocupado porque iba a perder su mercancía al dejar de funcionar los aparatos de refrigeración, ten en cuenta que había muchas comidas reservadas al ser un día grande en la ciudad», prolongaron más policías consultados. Los uniformados también tuvieron que ayudar a subir a sus casas a personas dependientes o en sillas de ruedas.
En la comisaría de Aguirrelanda y en la de Portal de Foronda apenas se notó el apagón gracias a que ambos inmuebles cuentan con su propio generador para asegurar el fluido eléctrico. Lo mismo que sucede en los hospitales Santiago y Txagorritxu.
Sobre las tres de la tarde, la práctica totalidad de semáforos de Vitoria ya funcionaba con normalidad. Un alivio para peatones y conductores. Ese fue el primer signo de la recuperación. Coronación, Salburua, Zabalgana, San Martín, Lovaina, Ensanche... Uno a uno, todos los barrios recobraron la normalidad. Hoy martes, todos cruzan los dedos para que no vuelvan a repetirse estas escenas.
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