Robos
Capturan al ladrón de una joyería en Vitoria al verle en un paso de peatonesUna patrulla de la Policía Local le reconoce en un cruce de Coronación. Trasladan al sospechoso, de 22 años, a la comisaría de Betoño al estar en «situación irregular»
La tarde del viernes, nueve días después de sustraer presuntamente de una joyería una cadena de oro y dos anillos con rubíes, valorados en «unos 5.000 euros» ... , el sospechoso de ese robo cruzó por un paso de peatones en Portal de Arriaga con Simón de Anda, en barrio de Coronación de Vitoria. Lo hizo delante de un coche patrulla de la Policía Local. La vestimenta, la fisonomía y los andares, idénticos a la grabación de seguridad del local, pusieron en guardia a los uniformados, parados en ese momento ante un semáforo en rojo.
«Los compañeros avisaron por la emisora interna de que podría tratarse del ladrón», especifican medios internos de la comisaría de Aguirrelanda. Pararon al sospechoso y arrancó una carrera contrarreloj para confirmar si su ojo clínico había atinado o no. Pasados unos minutos, y tras «varias pesquisas», confirmaron que se trataba del sospechoso. Tiene 22 años y llegó a la capital alavesa «hace poco».
Esa misma tarde-noche fue derivado a la Policía Nacional. Por dos razones. Primero, debido a que una responsable de la joyería atracada –con implantación nacional– denunció «en Tarrasa» ante este cuerpo. «El caso ha pasado a ellos», pese a que agentes de la Ertzaintza y la Policía Local fueron quienes acudieron en un primer momento a la joyería, localizada en un centro comercial.
Y dos. Al encontrarse el sospechoso «en situación irregular», la competencia pertenece a la Policía Nacional. Desde la comisaría de Betoño, fuentes internas confirman su entrega. «Se le abrió un expediente de expulsión que, de momento, permanece paralizado mientras no se reciba y estudie la denuncia». Es decir, está en libertad con cargos.
Una dependienta le persigue
El robo fue uno de los más lucrativos de los denunciados en los últimos meses en la ciudad. El miércoles 3, sobre las 20.00 horas, accedió a la tienda como un cliente más. Pidió ver varias piezas. Aprovechó de que había más clientela para meterse en los bolsillos una cadena de oro y dos sellos (anillos) con rubíes.
A partir de ahí cambió su actitud. Abandonó la tienda «de manera precipitada», lo que llevó a una empleada a apretar el botón de atraco y a seguirle unos metros por el complejo comercial. Logró esquivarla tanto a ella como a los policías que llegaron minutos después. La videovigilancia, sin embargo, captó su cara.
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