La cantera de DHL despega
Los veinte primeros alumnos del novedoso grado de FP para reparación de aviones empiezan un camino de tres años antes de salir al mercado laboral
Ha sido un culebrón de cuatro años, pero lo que comenzó como un rumor entre círculos privilegiados de Foronda es una realidad. Cuarenta millones mediante, ... el nuevo hangar de DHL se prepara para empezar las obras en Foronda con el objetivo de que entre en servicio a mediados de 2027. Pero mientras las palas aguardan a entrar por los aledaños de la pista de Foronda, en un pabellón de Arriaga, cerca de la planta de LEA que quedó envuelta en llamas en la Avenida del Zadorra, la cantera de la multinacional alemana ya ha despegado.
Veinte alumnos forman la primera promoción del curso de FP de reparación de aviones. En las instalaciones de Egibide, rodeados de estudiantes de otras disciplinas como la automoción, hoy toca aprender nociones básicas sobre electricidad. Íñigo Leonard, responsable del ciclo, espera a EL CORREO junto a Alejandro León y Javier Vivas de Bustos. Detrás de estos dos aprendices de mecánico hay historias muy distintas.
Para Vivas de Bustos, el grado de Egibide ha sido la excusa para volver a casa. Tiene 37 años y, aunque es de Vitoria, «los últimos trece años me he dedicado a la mecánica de competición, para coches de rally». «En el transcurso de mi trabajo me he desplazado mucho en avión. Los vuelos no son lo que más me ha gustado, pero sí la técnica de los aviones, cómo se reparan, los sistemas que tienen y todo eso», relata.
«La empleabilidad es del 100%, hacemos aviones más rápido que mecánicos», afirma el coordinador del grado
Se enteró del nuevo grado por EL CORREO. «Un amigo me pasó la noticia por WhatsApp y llamé a mis padres para que me inscribiesen en el ciclo», rememora. Esa llamada le ha hecho dejar su último trabajo en Cantabria y cambiar completamente de vida. «Me cuadraba todo en Vitoria. Era estar aquí en casa, así que me dije a mí mismo que adelante».
Alejandro León es todo lo contrario. Acaba de cumplir 18 años y ha dejado atrás su Cádiz natal. Fue su padre, que es jefe de taller en la planta de Aernnova en Berantevilla, quien le mandó la noticia del máster. El mensaje le pilló en República Checa, de Erasmus de su grado medio de mecanizado. «La mecánica me ha gustado mucho desde chico, por vocación de mi padre. Siempre me ha llamado la atención. Empecé a trabajar en la planta aquí en junio y ahora voy por las tardes», indica.
«Están deseando contratar»
Aunque lo que ha hecho posible esta FP es el desembarco de DHL, el propio responsable del ciclo cree que no hay que ceñir la futura empleabilidad a la multinacional alemana, porque el sector necesita profesionales en todos lados. «Hay cierta concienciación en el sector de que no tenemos personal suficiente para atenderlo. La realidad es que fabricamos aviones más rápido de lo que 'fabricamos' mecánicos», apunta Iñigo Leonard.
Lo cierto es que sólo en Euskadi ya surgen nombres importantísimos para el sector aeronáutico: Aernnova, Aciturri, ITP Aero, EGA Master... En muchas de estas firmas locales será donde los jóvenes hagan las 780 horas de prácticas del total de 2.800 con las que cuenta el curso. Muchas de estas empresas ya han colaborado donando productos al grado para que aprendan los futuros mecánicos y otras tantas han trasladado «la mejor de las voluntades y los mejores deseos». «Ellos están deseando que haya gente para contratar. En el sector la empleabilidad es del 100%», añade Leonard, que pese a todo matiza que «nuestro escenario de trabajo es global». «La vida normal de estos señores -comenta mientras señala a sus dos alumnos- es trabajar donde les dé la gana en el mundo».
Son tres años de FP. ¿Es mucho tiempo? «En mi caso he decidido darle un giro a mi vida, así que no tengo demasiada prisa. Quiero hacerlo poco a poco y bien», responde Vivas de Bustos. «No quiero discriminar a los mecánicos de automoción, que son estupendos, pero aquí estamos hablando de palabras mayores, de que no caiga un avión. Tiene que ser extenso porque tienes más responsabilidad, así que tampoco tengo prisa», tercia León.
«Son tres años, pero se hacen amenos y luego tienen mucho premio. Es una carrera de fondo, de hecho luego tienen que pasar otros tres años sin firmar nada de lo que hacen, tienen que estar supervisados hasta poder sacar el avión. El periodo de aprendizaje de un mecánico de aviones es toda la vida», remata Leonard.
Un avión completo para aprender a montar piezas
El grado de FP está estructurado de tal forma que los alumnos pasan la mitad del tiempo en clase recibiendo teoría y la otra mitad «en el carro de herramientas». «El avión tiene un montón de cachitos ahí dentro y cada uno es como una miniasignatura», explica Íñigo Leonard. Para poder estudiar bien todas estas piezas, la organización del ciclo trabaja en traer un avión «en no demasiado tiempo» para poder ir 'despiezando' el aparato para estudiarlo. La idea es hacerse con una aeronave «no navegable» y «del tamaño de un reactor ejecutivo» porque «los sistemas son muy similares». Si nada se tuerce, ese avión podría llegar a Egibide para el próximo curso del grado.
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