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El exterminio nazi es tan ajeno y lejano que parece mentira que haya llegado para sentirse y ser condenado en un pueblecito de Montaña Alavesa. ... A falta de un vecino ilustre, Bujanda tiene entre sus nacidos un paisano igual de querido y recordado, un héroe. Segundo Viana Arróniz (1898-1942) recibió este martes un sentido y humilde homenaje, 83 años después de fallecer en uno de los campos de concentración auxiliares de ese intrincado y mastodóntico complejo criminal llamado Mauthausen (Austria).
Entre trabajos forzados, barracones inhumanos, alambradas imposibles y permanentes amenazas de muerte, el alavés apenas soportó siete meses de vida. En esas condiciones sobrevivió entre el 19 de diciembre de 1941 y el 14 de julio de 1942, tiempo de maltrato que lo dedicó a peinar y cuidar a presos enfermos hasta el final. Fue asesinado a los 44 años. En Calatayud dejó viuda y una niña pequeña. Su hija y nietos viven hoy en Brasil.
«Como mujer y madre siempre he pensado en la angustia que debieron pasar ellas sin saber nada de él hasta que les comunicaron su fallecimiento». Judith Iriarte es sobrina-nieta de Segundo, un pariente lejano que se ha encargado de indagar –hasta lo que ha podido– con el propósito de preservar la memoria de quien primero huyó del franquismo para refugiarse en Cataluña, después se exilió a Francia y finalmente, en un macabro recorrido vital, acabó en manos de los despiadados oficiales y soldados del IIIReich. Es uno de los catorce alaveses identificados como deportados a los campos de la muerte de la Segunda Guerra Mundial. «Solo conocemos pequeños detalles de él. Nunca se nos ha contado lo que pasó», asume Judith. Ya es tarde para saber más, admite. El homenaje de ayer del Ayuntamiento de Campezo y las gentes de Montaña Alavesa «reconforta», agradece la mujer.
«Es la manera de proclamar que no se vuelva a repetir», reclama después de asistir emocionada al recuerdo, rematado con una placa incrustada en el suelo frente a la casa donde nació Segundo, un aurresku y un rosario de rosas rojas depositadas por los vecinos durante unos instantes emotivos.
«Su historia, la de Segundo, no debe caer en el olvido», solicitó la alcaldesa de Campezo, cuyo ayuntamiento promovió el homenaje después de ser aprobado por el pleno de manera unánime con condena incluida al franquismo y al nazismo. «Justicia, verdad y reparación.Que su nombre forme parte siempre de nuestra memoria», añadió la regidora para finalizar su intervención ante un centenar de asistentes, entre ellos muchos apellidados Viana.
«Guerra, huída, exilio, deportación y muerte». Es el trazo vital que de Segundo relató otro sobrino-nieto. Gerardo Quintana citó a José Saramago a modo de epitafio: «Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia», dejó escrito el Nobel de Literatura portugués.
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