Así cambiará cada rincón del Teatro Principal de Vitoria
El escenario podrá crecer hasta 47 metros extra, el hall tendrá tonos más claros, las actuales oficinas podrán acoger eventos de pequeño formato... Este es el antes y el después del escenario de San Prudencio
El Teatro Principal no sólo dará un paso adelante en en comodidad, accesibilidad y seguridad. Habrá cambios que saltarán a la vista nada más ... entrar al edificio de la calle San Prudencio. Así lo demuestran estas recreaciones que remarcan la diferencia entre el teatro que conocemos y el que lucirá Vitoria a partir de 2027.
El muelle de carga
El aspecto exterior del Teatro Principal también cambiará. No en su entrada principal ni en su fachada, que se respetan al tener un notable valor patrimonial. Se modernizará el aspecto del muelle de carga, que también mejorará su acceso, y se habilitarán oficinas en el antiguo local del Banco Sabadell.
La entrada
La entrada será uno de los puntos que más se renovarán. Sus tonos serán más claros para ganar en luminosidad y se actualizará el mobiliario. Además, esta zona será común para todos los espectadores, ya que se eliminan los accesos actuales de los laterales del teatro.
El hall
El hall mantendrá la estética de la entrada, con una mayor claridad. La barandilla de la primera planta, además, se sustituirá por una cristalera, según se recoge en el proyecto de Idom. Por otra parte, se modificará la zona del ambigú para habilitar una sala de prensa y de eventos en el mismo piso.
De los despachos a la sala versátil
La actual zona de despachos se transformará en un espacio polivalente, que servirá para actuaciones de pequeño formato. Se ubicará en la planta superior y desplazará las oficinas a la lonja que se encuentra junto a la entrada del Principal, en la calle San Prudencio. En concreto, en el antiguo local del Banco Sabadell.
El escenario
El Principal ampliará su abanico de posibilidades sobre el escenario al poder jugar con hasta 47 metros cuadrados extra. Es el espacio que suman el nuevo foso, más amplio que el actual, y la zona que ahora ocupa el mecanismo para gestionar los distintos elementos escénicos.
Los artistas tendrán más margen en los pasillos contiguos al escenario (también llamados hombros). Pero, sobre todo, se notará en el escenario. Y es que el resto de los metros corresponden al foso, que permite ampliar cerca de un 40% la profundidad máxima del tablado, con hasta tres posiciones diferentes. Para ello, el foso juega con dos o tres filas de butacas (se definirá tras la ejecución de la obra). Esto permite dar un mayor respiro a las representaciones teatrales, pero también a las orquestas, que ahora cuentan con un espacio mucho más reducido.
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