La Cámara se une a SEA en la ofensiva contra el Plan General de Vitoria por la falta de suelo industrial

El malestar empresarial lo desvelaba ELCORREO el pasado 17 de febrero. SEA avanzaba entonces su intención de contratar un servicio jurídico externo al que encargarle un informe técnico «pormenorizado» sobre este plan. El paso se formalizó el pasado martes. El mismo día que la concejala de Territorio, Ana Oregi, participaba en un acto informativo en la Cámara de Comercio.

SEA se movía rápido. Mientras que la institución cameral (de la que forma parte) optó por dar un margen de cortesía. Esperó a conocer las explicaciones del Equipo de Gobierno. Oregui ahondó en la regeneración de Gamarra-Betoño, en la previsión de recalificaciones en Miñano, en el impulso a los proyectos de Mercedes y Michelin... pero la imprevisión de más suelo público industrial y logístico en Júndiz (el foco de las críticas empresariales) se quedó sin respuestas convincentes.

Así que pocas horas después el equipo de Rojo redactaba un informe para fijar la posición oficial de la institución. Un documento interno de tres folios, con argumentación desgranada en once puntos, al que ha tenido acceso este periódico y en el que se subrayan una serie de ideas con notable carga de profundidad. «Lo que hace genuino el caso de Vitoria no es su carácter verde sino esa impronta en un territorio industrial», se plantea a modo de arranque. A partir de ahí, las evidencias. La Cámara recuerda, por ejemplo, que desde hace años viene advirtiendo de «un déficit de suelo industrial y logístico».

Y lanza al Ayuntamiento el dardo de que no escucha. Se percibe en el documento municipal –añade– «la existencia de un principio inspirador que no se comparte por las comisiones ni por el pleno ni por las empresas». Se viene a decir, en definitiva, que el equipo de Gobierno (evidencia) no ha atendido la demanda de más suelo, con parcelas de gran tamaño (de más de 100.000 metros cuadrados o XXL) que se vienen pidiendo con reiteración.

En consecuencia, «por esa razón», «los operadores trasladan la ubicación de proyectos en suelo vecino». Idea, la de la 'fuga', en la que se insiste a renglón seguido: las empresas «ratifican el citado déficit» lo que «contrasta con la oferta inmediata, suficiente y de calidad que presentan territorios colindantes».

Uno de los ejemplos esgrimidos por empresarios consultados por este periódico es el del polígono de Ircio, en la vecina localidad burgalesa de Miranda. Allí, a apenas 30 kilómetros de Vitoria, Panattoni ultima la compra de 285.000 metros cuadrados. En Vitoria la misma multinacional inmologística abrió las puertas de su parque en Júndiz hace apenas una semana: 20.200 metros de superficie.

La Cámara cuestiona también en su informe interno ese 25% de media de suelo sin uso en los polígonos de la ciudad (supera el 26,28% en el caso de Jundiz, según el PGOU). Y reclama al Ayuntamiento una «concreción práctica» de ese suelo disponible. A saber, si los propietarios son privados o entidades públicas, su tamaño, posibles usos... «Quizás se trata de pequeñas unidades que pueden no estar disponibles con carácter operativo y con una oferta atomizada y dispersa, con lo que sus posibilidades de considerarla una oferta inmediata no resultan tan evidentes», se plantea con cierta carga de ironía.

En el cierre, este informe interno utiliza la misma idea de partida (ciudad verde con «carácter» industrial). El aviso es claro: «Carácter –advierte–que en el conjunto de Euskadi, pierde peso, lo que repercute en su proyección futura».