Peligran los fondos de la UE para rehabilitar viviendas en Euskadi por el atasco de obras
Las empresas del sector dicen que hay un «cuello de botella» en el Gobierno vasco, que por su parte asegura ir más rápido que lo que le exigen en Madrid
Rehabilitar 350.000 viviendas en los próximos 15 años. Una de cada tres de todas las que hay en una Euskadi que, con más de 46 años de media, tiene uno de los parques residenciales «más antiguos del sur de Europa». Ese es el reto que se han autoimpuesto el Gobierno vasco y las 87 instituciones que el 30 de noviembre firmaron el Pacto por la Vivienda de Euskadi. Un ambicioso objetivo donde, sin embargo, es clave el potente arranque que se espera lograr con las ayudas a la rehabilitación de los Fondos Next Generation. El problema es que las principales empresas del sector creen que la puesta en marcha de los proyectos (que deben promover las comunidades de vecinos), está siendo lenta debido, en su opinión, a la «burocracia administrativa» y a la desconfianza que muestran los propios afectados «por falta de una información adecuada». Y el riesgo es muy grande. «Si esto no se acelera podríamos tener que devolver a Europa hasta la mitad de los fondos que nos han concedido», advierte Aznar Sánchez, director de proyectos de Mugabi, el primer gran «agente rehabilitador» creado en Euskadi por cuatro empresas de primer orden.
«El formato tradicional de contratación no funciona con todo el trabajo que se nos viene encima», resume. Y la fórmula seguida por el Departamento de Vivienda del Gobierno vasco, en su opinión, no facilita la fluidez de unas subvenciones que, remarca, pueden llegar a sufragar hasta el 80% de la reforma integral de un edificio o vivienda. «El problema es que hasta ahora menos de la mitad de los expedientes salen adelante por las exigencias de la propia administración», lamenta.
También lo considera así el presidente del Colegio de Administradores de España, Pablo Abascal. Si hace meses ya criticaba que «el Gobierno vasco nos ha convertido en funcionarios para tramitar sus ayudas», ahora lamenta que éstas se hayan «complicado tanto». «Tenemos que poner hasta las circunstancias personales del solicitante, aparte de la nota registral o el título de propiedad ; es un escándalo y un trabajo administrativo que nos va a retrasar muchísimo», protesta.
El funcionario «no da más»
José Luis Rodríguez, responsable de Geonor Reformas en Euskadi, ve además un problema de saturación. «El Gobierno ha emprendido esta aventura tirando del funcionariado, que no da más de sí», asegura. Y, a su juicio, una de las claves para desatascar este «cuello de botella» pasa porque la administración vasca delegue en los agentes rehabilitadores, «que es una figura que acaban de crear para eso». De hecho su empresa ya ha sido reconocida como tal, «lo que es sinónimo de que nos hemos formado para ofrecer un servicio integral a las comunidades».
Fuentes de Vivienda reconocen que, «ante el reto» de gestionar un volumen tan grande de fondos se vio necesario «contar con una red pública de 16 oficinas» que, desde el pasado verano, informan al ciudadano sobre las ayudas y «colaboran en su tramitación». Según las mismas fuentes, todo bajo un «proceso riguroso y exhaustivo» para cumplir los UE».
Desde el Ejecutivo, sin embargo, discrepan con las empresas en torno al ritmo de gestión. A su juicio, el balance es «positivo» y se da respuesta a los proyectos de reforma. Según aseguran, gestionan las ayudas de 6.767 viviendas y, solo quedarían por cubrir otras mil para cumplir los objetivos que le marca el Ejecutivo central hasta noviembre de 2023, «aunque ese es el mínimo, y seguro que tramitamos más». Además, matizan que se trabaja también en función de las partidas que el Gobierno central remite al vasco de los fondos europeos: 39,14 millones este ejercicio y otros 67 se prevén en 2023.
Para Aznar Sánchez, sin embargo, estas cifras resultan «absolutamente insuficientes». Tendríamos que haber ya muchos más andamios en las calles», asegura.
«Hay mucha desconfianza»
Pedro Parra, coordinador de la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación Eficiente Anerr, admite que debería haber más agilidad en el visto bueno de las ayudas europeas, aunque confía en que se consuman todas. «Si bien todavía no es oficial, me consta que el Ministerio va a prorrogar los plazos para conceder», asegura. Eso sí, critica que los fondos no puedan invertirse en contratar más personal, «lo que agilizaría todo».
Desde Reformas Berbizte, en cualquier caso, ponen el foco en «la gran desconfianza que se mantiene entre las comunidades, los administradores e incluso las propias empresas». «Cuando el Gobierno central daba las ayudas Idae las bases eran claras, y con las del EVE también sabías a lo que te atenías, pero con las Next Generation no sabes, porque además la documentación técnica es tan grande...», lamentan sus responsables, que consideran urgente mayores y más intensas campañas de divulgación para disipar dudas y temores.