
Ver fotos
Una masiva afluencia de alaveses obliga a cortar los accesos a Garaio
Los miñones cerraron la entrada tras constatar la llegada de centenares de vehículos. La zona de Landa, sin restricciones, se llenó de visitantes
Judith Romero
Jueves, 1 de abril 2021, 12:55
El día festivo y la dificultad de articular otros planes más lejanos animaron a cientos de alaveses a acercarse al pantano para disfrutar de una jornada en la naturaleza. Aunque la escena distaba mucho de ser veraniega y el cielo estaba algo encapotado, los 'domingueros' colapsaron el aparcamiento de la playa de Garaio. Tanto que los Miñones tuvieron que bloquear el acceso a mediodía. En Landa, otra de las zonas habituales de esparcimiento, no hubo intervención policial, pero conseguir plaza para aparcar cerca del embalse era todo un reto.
«Es la primera vez que venimos este año, preferíamos hacer algo al aire libre para evitar el Covid», señalaba Iñaki Miguel, quien disfrutó de una barbacoa con amigos como Víctor Serna o Estela Saelicas en Garaio. Esta posibilidad queda prohibida durante el verano por el riesgo de incendios, por lo que los merenderos del pantano se llenaron de otros grupos y familias que tuvieron la misma idea. Lograron aparcar porque, previsores, se desplazaron al embalse desde Vitoria hacia las diez de la mañana. En Landa, los vehículos se acumulaban en los arcenes. El parking situado frente al restaurante Etxe Zuri se llenó de caravanas y pudieron observarse algunos coches mal aparcados. Fuentes de la Diputación señalan que habrá un refuerzo de vigilancia estos días, hasta el lunes incluido.
Mascarilla
Conscientes de que la pandemia les impide disfrutar de la Semana Santa fuera de la comunidad autónoma, quienes ayer se aproximaron al pantano para escapar de la ciudad cumplieron la norma de llevar mascarilla, aunque también podían apreciarse grandes grupos de personas no convivientes.
Al no darse concentraciones cerca del agua como sucede en verano, mantener la distancia de seguridad resultó sencillo gracias a la dispersión de quienes paseaban o practicaban marcha nórdica. Raúl Achaga, el pequeño Izei y su tío Juan Pablo practicaron con las palas de pádel. «Nos gusta venir porque hay más espacio que en la ciudad o en un parque», resumían.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.