El primer mosto ha estado muy cotizado en Leza. Rafa Gutiérrez
Fiesta de la Vendimia

Los bodegueros se conjuran para «seguir adelante» y piden a los consumidores «que beban más Rioja Alavesa»

La Fiesta de la Vendimia atrae a miles de personas a Leza, que preparó con mimo hasta el último detalle

Domingo, 14 de septiembre 2025, 17:18

En su trigésimo aniversario, la Fiesta de la Vendimia ha estado marcada por un clamor: conseguir que la gente consuma más vino de Rioja Alavesa. ... Lo ha pedido la consejera Barredo, el alcalde de Leza Ignacio Gallo y también los propios convecinos del regidor de este pequeño municipio alavés. Y, en el lado contrario, los miles de visitantes que han acudido hasta la localidad para disfrutar de esta cita patrocinada por EL CORREO han puesto de su parte.

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La multitudinaria fiesta ha servido de altavoz para figuras como Aitor Ibáñez. Él es uno de los cosecheros locales y, mientras despacha en el puesto de su propio pueblo, Leza, recuerda que ya son «ocho años consecutivos de piedra, hielo, sequía o malas cosechas», enumera. «El tiempo luego acompaña y la vendimia suele ser medianamente aceptable, pero cada vez se nota más el cambio climático», comenta antes de volver a servir vino.

La sensación de este pequeño vinicultor no es exclusiva de Ibáñez. Una jovencísima Lucía Abando representa la sexta generación de bodegueros en Las Orcas, en Laguardia. Y admite que esta vendimia está siendo complicada en general, pero «todavía más difícil» para quienes, como ella, producen de forma ecológica. «Hay que seguir adelante como se pueda», afirma.

En su caso concreto, Las Orcas sí tiene mercado en Estados Unidos -donde el Gobierno espera que los aranceles 'borren' un 25% de las exportaciones- y, de momento, «seguimos igual, que no está mal por cómo está el tema, pero estamos mejorando en el mercado nacional». Antes de que Trump gravase con el 15% extra a los caldos de Rioja Alavesa, Abando fue una de esas bodegueras que enviaron vinos a mansalva al país americano por orden de los importadores, pero «ahora tiene demasiado 'stock' acumulado» al otro lado del Atlántico. «Hay que intentar que aquí se beba más vino de Rioja Alavesa», desliza.

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Cristina Tarragona llega a Leza junto a Eduardo Ocáriz con los pequeños Egoitz y Ainize. Hacen vida entre Oion y Lanciego. Ella concede que al otro lado de la sierra de Cantabria «cada vez se consume menos» y recomienda al resto de Euskadi contar con una mayor «cultura del vino de año». «Para los de fuera lo mejor es el crianza o un reserva, pero un vino de año también es muy bueno. Pero no tienen la costumbre; como le llaman vinos de año, pues parece que no son tan buenos», reflexiona.

Entre los 'txikiteros' profesionales como Mikel Montes, Roberto Milla, Mertxe Martín y Juana Díaz, ellos están cumpliendo con su parte. «Solemos pedir vino de Rioja Alavesa, es el mejor», apunta Milla. Lo que no entienden estos jubilados de Berango -ha venido medio pueblo en autobuses- es por qué el vino que beben es más caro y no lo percibe el viticultor en origen. «La gente se forra», lamenta Martín. «Sobre todo, los intermediarios», tercia Díaz antes de quejarse porque «está todo muy caro». «El 'paganini' es el consumidor», abunda Milla antes de que Martín le atice a Hacienda: «Cuanto más caro lo cobran, más se llevan los gobiernos por el IVA».

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Un «escaparate» para Leza

En el municipio riojanoalavés residen poco más de 200 personas. Y cada día alrededor de cincuenta han estado dando lo mejor de sí para que el evento luciese lo mejor posible. «Es un escaparate muy grande para el pueblo», confesaba Irene Prieto junto a su padre Juan Antonio. Él lleva una gorra de los 'txikiteros de Leza', lo que ya promete cuál va a ser su principal soflama: «Nos gusta el vino más que a los chivos -los pequeños corderos- la leche», explica mientras empina una copa de blanco.

Ataviado con la camiseta del Alavés para celebrar el triunfo de este sábado, la historia de este cordobés -«de Fuenteovejuna, todos a una»- afincado en Leza desde hace tres décadas es la de todo un pueblo abonado al 'txikiteo' y que ahora necesita que el vino recupere adeptos.

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De ahí el mimo puesto para la fiesta, que genera «más trabajo de lo que la gente se puede pensar», apunta, entre copa y copa, el cosechero Ibáñez. «Somos pocos y gracias a los que vienen de veraneo, de fin de semana, y amigos de amigos se consiguen hacer las cosas. Pero con mucho esfuerzo y, muchas veces, dejando cosas tuyas sin hacer por esto».

Los jóvenes de la comarca, preocupados por el futuro del sector

La Fiesta de la Vendimia dejó también un contraste entre el público. Por un lado, jóvenes de Leza como Koro Ibarra o Elena Palacios, que ven con «preocupación» el futuro del sector. «Hay gente que trabaja de esto y no sabe si el futuro va a poder seguir, si van a tener los mismos ingresos o si va a contar con un relevo generacional. Hay que cuidar a la gente del campo para que esto siga y sobreviva», apuntó. Por otro lado, entre los autobuses que transportaron a cientos de jubilados venidos desde Bizkaia, las preguntas son otras. Mikel Montes, Roberto Milla, Mertxe Martín y Juana Díaz, por ejemplo, no terminaban de entender por qué el vino que beben es más caro y no lo percibe el viticultor en origen. «La gente se forra», lamentó Martín. «Sobre todo, los intermediarios», terció Díaz antes de quejarse porque «está todo muy caro». Ellos, al menos, sí ponen de su parte para bajar los excedentes. «Solemos pedir vino de Rioja Alavesa, es el mejor», remarcó Milla.

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