La banda que roba en los chalés de Armentia lo intenta de nuevo
La Ertzaintza interceptó a tres ladrones en la calle Uleta, pero lograron huir. Tras pasar horas ocultos escaparon en un coche y, ante el marcaje policial, lo dejaron en Lasarte
Es noche cerrada en la calle Uleta, una de las más distinguidas del municipio. Varios vecinos salen de La Peña Vitoriana. Otros pasean a sus ... mascotas por este tradicional remanso de paz, donde el metro cuadrado cotiza a más de 3.300 euros. Cerca hay aparcado un Mazda blanco. Dentro, tres varones vestidos de negro aparentemente a lo suyo. Hasta que un coche se les cruza y coloca delante. Faltaban escasos minutos para las 22.30 horas del martes. Empezaba una noche de persecuciones y de tensión por el cuadrante más exclusivo de Vitoria.
Porque el automóvil que hizo la maniobra pertenecía, en realidad, a la Ertzaintza. El Grupo 6, una unidad especializada, andaba de vigilancia en esta zona asediada últimamente por los ladrones de chalés. La semana pasada, por citar uno de los casos más destacados, desconocidos birlaron relojes y joyas valorados en miles de euros de una vivienda unifamiliar... mientras sus moradores cenaban en la planta baja.
Un sospechoso saltó la valla de La Peña y los otros dos escaparon campo a través
Ante la súbita aparición policial, relatan testigos presenciales, los tres desconocidos, todos ataviados con prendas negras, salieron a la carrera. En una demostración de sólidas aptitudes físicas, uno saltó la valla de La Peña Vitoriana, el complejo deportivo que domina esta calle. Los dos restantes se internaron campo a través en dirección a Lasarte.
Aprovecharon los escasos segundos que tardaron en situarse los otros tres coches del dispositivo. «¡Cómo corrían! El que saltó parecía un gamo», destaca un testigo. Beneficiados por la oscuridad, el trío de sospechosos se volatilizó para los efectivos policiales. Enseguida se unieron a la búsqueda patrullas uniformadas de la propia Ertzainza y de la Policía Local. Durante casi dos horas peinaron los alrededores de las instalaciones deportivas, así como las calles y carreteras cercanas. Sin recompensa.
Cuando este exclusivo distrito vitoriano pareció recuperar la calma, ya bien entrada la madrugada de ayer, un todoterreno recorrió la zona. Ya no había luces de emergencias. Paró cerca de la residencia foral de la calle Malizhaeza, a unos 400 metros en línea recta del punto donde fueron vistos por última vez los presuntos ladrones de casas. El único conductor del coche recogió a los hombres que aparecieron de la nada. Los sospechosos. Con lo que no contaba ninguno es que la Ertzaintza continuaba con el dispositivo de vigilancia. Pero ya sólo con agentes de paisano y en automóviles camuflados estratégicamente situados.
Abandonaron dos vehículos que ya se analizan en busca de huellas y evidencias
Por las tierras de labranza
Arrancó una nueva persecución. Esta vez sobre ruedas. El todoterreno esprintó por las carreteras secundarias, serpenteó por parcelarias y, cuando gracias a su mayor punta de velocidad obtuvo algo de distancia, paró cerca de Lasarte. Ahí se descabalgaron los ocupantes. Se supone que para internarse por las tierras de labranza. Cuando las patrullas localizaron el todoterreno, su motor todavía ardía. De nuevo las linternas recorrieron fincas y caminos, cuentan vecinos de la localidad. Aunque la búsqueda se alargó hasta el amanecer, los fugados sortearon el cerco policial. Posiblemente, sostienen medios consultados, cuenten con «infraestructura» en la ciudad.
La Ertzaintza cree que se trata de una banda itinerante, integrada por miembros de «Europa del Este». Aparte de los chalés del Sur de Vitoria, también habrían asaltado varios más en la urbanización cercana a Legutio. Los dos coches aprehendidos se han analizado en busca de evidencias que lleven hasta la identidad de los asaltantes.
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