El sector turístico de Ayala reclama más atención y políticas coordinadas
Lamentan la falta de acciones que atraigan visitantes a la zona y se quejan de que la señalización apenas existe
Las quejas de las empresas relacionadas con el sector turístico en Ayala arrecian desde hace meses. La desaparición de Aiaratur ha dejado a alojamientos, ... hoteles, restaurantes y bodegas huérfanos de un plan de actuación que ponga sus servicios en el mapa. La línea de trabajo parece difuminarse hasta desaparecer y cada empresa impulsa su proyecto como puede con sus propios recursos «sin que apenas existan acciones coordinadas a nivel comarcal que traigan gente de fuera», que se queja el dueño de un restaurante.
Ayala atesora algunos de los mejores reclamos turísticos de Álava, desde el salto del Nervión al monasterio de Quejana, rutas por Sierra Salvada, museos como el Etnográfico y el taller Santxotena de Artziniega que junto al casco medieval constituyen una visita obligada, el paseo del Nervión, torres medievales, el parque de Lamuza de Llodio en plena remodelación, la rutas alrededor de Amurrio o su museo del licor.
Oficinas cerradas
Pese a toda esta riqueza, solo Amurrio cuenta con una oficina de turismo propia, dependiente del Ayuntamiento, y Artziniega mantiene abierta la suya gracias a que está ubicada en el Museo Etnográfico y la atiende el mismo personal. Las de Quejana y Llodio hace tiempo que están cerradas tras la finalización del contrato con la empresa que se encargaba de su gestión y no hay visos de que vayan a volver a abrirse a corto plazo. «Para visitar Quejana, hay que concertar una visita con el sacerdote que se encarga de cuidar el complejo, y que muestra el lugar de forma altruista, aunque no siempre está disponible», recuerdan en uno de los alojamientos rurales.
Solo Amurrio y Artziniega las mantienen. Las de Llodio y Quejana están cerradas.
OFICINAS
Además, llegar a cualquier punto de interés de la comarca o localizar los lugares más interesantes se convierte en un juego de pistas porque las indicaciones suelen ser insuficientes, están sucias o sencillamente no existen, como se quejaba el propietario de uno de los establecimientos de la zona. «Están un estado lamentable», aseguró. Además, tampoco se ha desarrollado una estrategia de señalización de los lugares de interés. Estaba prevista, pero no llegó a ponerse en marcha y las señales que han colocado particulares e instituciones no están unificadas «y así no hay manera de que la gente llegue a los sitios».
Cada uno se enfrenta a sus problemas como puede. Algunos buscan la colaboración de otros negocios. Hoteles y restaurantes se apoyan en las bodegas de txakoli para enviar a los clientes interesados a una cata o una visita guiada. Otros se esfuerzan por trabajar con productores locales y ofrecer productos de kilómetro cero en sus cartas, «pero todo depende de nuestro propio esfuerzo», se quejan ante la falta de visibilidad de la ruta del txakoli, que ha recuperado la certificación de Acevin, la asociación de ciudades del vino de España, después de no renovarla en 2018. El sector echa en falta políticas coordinadas que atraigan visitantes interesados en la gastronomía, los paisajes y la cultura de Ayala. Las quejas se extienden incluso a los propios residentes «que no conocen lo que tenemos aquí cerca», aseguran. El sector también hay quien defiende la gestión realizada. «Hemos tenido visitas teatralizadas, promoción en ferias, visitas a bodegas, folletos... aunque siempre se puede hacer algo más», apuntan.
Las instituciones
Aiaratur, la entidad público-privada que se encargaba de dinamizar las actividades turísticas en la comarca, se liquidó en 2017. Posteriormente, la Cuadrilla tuvo que indemnizar con 60.000 euros a la trabajadora que había contratado durante catorce años para estas tareas. Tras la liquidación, se creó una mesa de turismo en octubre de 2018 que se reunirá la próxima semana por segunda vez en la legislatura.
Agrupa a entidades privadas y públicas y se reunirá de nuevo la próxima semana
mesa de turismo
Los Ayuntamientos realizan acciones puntuales promoviendo fiestas sobre todo. La mayoría van de la mano de la Cuadrilla y solo Amurrio sostiene su propio proyecto.
El palacio foral por su parte, invirtió el año pasado 84.000 euros en la promoción turística de Ayala y se propone «consolidar el Conjunto Monumental de Quejana como elemento tractor del turismo comarcal», explicó un portavoz del departamento de la socialista Cristina González «que se ha involucrado personalmente para garantizar el futuro del Museo Etnográfico de Artziniega y cumplir de los compromisos de inversión para recuperar el parque de Lamuza para que también sea un recurso turístico».
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