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Los tres comercios del mercado de abastos de Llodio, dos charcuterías y una pescadería, están avisando a su clientela de que aproveche estos días para ... hacer sus compras porque a partir del lunes 3 de junio abandonarán sus ubicaciones actuales. La causa es la reforma de la plaza, abierta desde 1952, que renovará todo el entorno durante 20 meses de trabajos. Esto ya estaba previsto, así como el traslado de los comercios a su nueva localización, en la calle Zubiko Kurajo. El problema ha surgido ahora, cuando se sabe que no podrán abrir de seguido. «Calculamos que se tardará unos diez días, pero es posible que sean más», explicó ayer Gentzane Martínez, de la charcutería Mari Paz. «No depende de nosotros porque la lonja no se halla en condiciones. Tienen que pulir el suelo y terminar las instalaciones», añadió.
La situación que se plantea a los tres comercios para hacer el traslado es complicada porque «nuestros productos necesitan estar refrigerados. Y no sabemos si tenemos que pedir más o menos género porque no tenemos fecha para abrir en la nueva ubicación», donde permanecerán los próximos veinte meses. Por ahora, centran sus esfuerzos en que su clientela no se quede desabastecida y conozca el calendario de cierre. «Hay gente que viene de fuera a comprar o que hace pedidos grandes, como la hostelería, a la que tenemos que seguir sirviendo», explicaron.
Los comercios están molestos porque «llevamos cuarenta años esperando que se arregle el mercado» y cuando se apuran los días para el inicio de las obras, que se habían anunciado para este mes de mayo, todavía «hay mucha incertidumbre» acerca del cambio.
Los comercios tienen que trasladar todo su equipamiento; cámaras, expositores, maquinaria de corte y de envasado. «Eso nos cuesta una semana», señalaron ayer. Pero temen que los plazos se alarguen porque la nueva ubicación aún no está lista.
Esta semana, en el pleno donde se debatió una moción del PNV acerca de las obras del mercado, el concejal de comercio, Jakin Artaraz, explicó cuál ha sido el proceso para llegar a este momento, y las dificultades que ha tenido que sortear el área para habilitar las partidas que permitirán contar con un local alternativo e indemnizar a los comercios por los días de cierre. Artaraz se mostró comprensivo con el «nerviosismo» que genera esta situación entre los comerciantes y reconoció que no podría cumplir su compromiso de informar con una semana de antelación a los afectados del día que tendrán que cerrar. En el debate, dudó de la voluntad del PNV, que gestionó las ayudas europeas para renovar la plaza cuando estaba al frente de la Corporación, sobre este proyecto. «Tenemos la sensación de que deseabais que no saliese adelante».
Traslado en tiempo y forma
Los jeltzales, por su parte, criticaron en varias ocasiones «la deficiente gestión de la reforma» y achacaron al equipo de gobierno de EH Bildu y Omnia «la falta de planificación. Nos preocupa que con todos los meses que han pasado desde que se conoce el proyecto y el momento en que las obras se iban a iniciar no hayan encontrado una solución para que los comercios no tengan que cerrar sus negocios ni un día, garantizándoles un traslado en tiempo y forma», expuso Ander Larrinaga, concejal de la formación.
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