Lakua propone una «estrategia común» con los alcaldes de Ayala para atajar la crisis

La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, mantuvo ayer una reunión con los alcaldes de Llodio, Ander Añibarro, y Amurrio, Joasune Irabien, en la que acordaron impulsar «una estrategia común» ante el impacto de la actual crisis en el empleo de la comarca del Valle de Ayala.

Los tres representantes institucionales analizaron en la sede de Lakua la situación económico- industrial que atraviesa la zona, una de las más desfavorecidas de Euskadi junto a la Margen Izquierda en Bizkaia y Oarsoaldea en Gipuzkoa. Los regidores mostraron su preocupación a Tapia en concreto por el reajuste de plantilla anunciado por la empresa Tubace. «Esperemos que no suceda, pero a esta reestructuración pueden seguirle más en los próximos meses y eso nos preocuopa», manifestó Añibarro, alcalde de Llodio. «El punto de partida es malo, pero hemos querido hacer una lectura constructiva. La crisis afectará a todo el mundo pero por su tipología industrial nuestra comarca exige una estrategia compartida», señaló por su parte Irabien.

La reunión sirvió para plantear tres líneas de trabajo que se desarrollarán en septiembre. Una de ellas consistirá en reunirse con empresas de distinta tipología y tamaño de la zona para conocer de primera mano sus necesidades y «salud» industrial. También estudiarán la posibilidad de acceder a ayudas de la Unión Europea para áreas con altas cotas de desempleo y, en la misma línea, adaptar un programa que ya existe -Indartu- para apoyar a empresas que realicen inversiones. La tercera 'pata' tendrá que ver con la formación, ya que las compañías instaladas en Ayala requieren en ocasiones de perfiles muy específicos para los que no existen cursos en la comarca.

Tubacex emplea a 800 personas en Ayala, 300 de ellas en Amurrio y 250 en Llodio, y podrían producirse hasta 150 despidos. Añibarro se muestra esperanzado con el diálogo social con los sindicatos -el comité de empresa ya ha anunciado movilizaciones para el 17 de septiembre-, e Irabien recuerda que el fin de varios ERTE en septiembre podría traer consecuencias. «El tejido empresarial de Amurrio me traslada que, a menudo, no hay perspectiva de arrancar a corto plazo. Otros trabajan sobre la incertidumbre, sin saber si tendrán pedidos. Muchos de sus clientes son, además, extranjeros», recuerda la alcaldesa.

Irabien recalca que, pese a la preocupación suscitada por el anuncio de Tubacex, el valle de Ayala ya se enfrentó a crisis en el pasado. «Tuvimos malas rachas también en los años 80 y siempre hemos salido adelante, claro que esto tendrá una afección en el día a día de los pueblos». Tapia, Añibarro e Irabien consideraron oportuna la reanudación de la ponencia socioeconómica de constituida en el Parlamento vasco y suspendida por el fin de la legislatura anterior.

Además de los empleos directos dependientes de empresas como Tubacex u otras compañías de los sectores ferroviarios, automovilísticos y del vidrio, a los alcaldes les preocupa que la pérdida de estos puestos de trabajo pueda tener un efecto negativo en sectores como los transportistas o la hostelería. «La reactivación económica pasa por la colaboración de empresas y administraciones públicas. Ayala es un lugar estratégico, muy industrial, cerca del puerto y con empresas grandes que terminan siendo tractoras de otras. Debemos aprovechar lo que nos transmitan las compañías», resume Añibarro.