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El Bus Eléctrico Inteligente (BEI) necesitará 17 nuevos empleados municipales para prestar servicio de forma regular, según ha podido saber EL CORREO. Las novedades que ... traerá consigo la infraestructura en la mejora de frecuencias, la compra de billetes y el sistema de recarga, entre otras cuestiones, requerirán nuevo personal en Tuvisa. Casi la mitad de los trabajadores que contratará el Ayuntamiento (nueve) serán conductores, siete estarán en la unidad de carga lenta y otro más se encargará de revisar que los pasajeros llevan su billete (o, en su caso, la tarjeta BAT) en regla.
La ampliación de la plantilla municipal provocará que un total de 48 personas trabajen de forma exclusiva para la línea 2 (Periférica), la que sustituirá el bus eléctrico a partir de este mismo año. El nuevo saldo se traducirá en más de 500.000 euros anuales de gasto en personal, a lo que se suman otros conceptos que fueron criticados por una parte de la oposición, como el mantenimiento de la nueva flota de autobuses.
«El mero hecho de que funcione supondrá entre 1,5 y 2 millones de euros anuales que, por supuesto, asumiremos los vitorianos», aseguró la portavoz del PP en Vitoria, Leticia Comerón, quien solicitó la comparecencia extraordinaria del alcalde por esta cuestión. Un reciente informe del interventor, además, señalaba que el nuevo transporte generaría «un mayor gasto corriente», y que «mermará la capacidad de ahorro neto, ya maltrecha, de este Ayuntamiento».
No obstante, el Gabinete Urtaran confía en el «aumento de la recaudación» que provocará el bus eléctrico, que también se refleja en el mencionado informe. El ahorro en combustible, mientras tanto, se sitúa en torno a los 300.000 euros anuales. El alcalde, en este sentido, situó la inversión final en el bus eléctrico en unos 55 millones de euros, incluidas las obras complementarias como el parking de Ariznabarra y el asfaltado de las calles de la zona Sur. La aportación del Ayuntamiento, en este sentido, rondaría los 10 millones, mientras que el resto correría a cargo del Gobierno vasco y la Diputación de Álava.
«Entiendo que la obra se hubiera podido hacer de forma más diligente o un poco antes. Pero estos retrasos son algo que ocurre en muchas obras. Los trabajos han generado cierto malestar e inquietud, pero lo que hoy son molestias después será una maravilla de servicio», defendió Gorka Urtaran.
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