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Desde hace quince años la cifra no deja de crecer. En 2009 había 4.227 alaveses viviendo en el extranjero, y en 2024 eran casi ... tres veces más, 11.706. Algunos de los crecimientos anuales más relevantes se alcanzaron hace una década, durante la gran crisis financiera, con repuntes anuales de más de seiscientas personas. Era el momento en el que la gente se marchaba a buscarse la vida donde podía. Luego, con la recuperación económica que arrancó en 2016 el fenómeno se contuvo. La evolución siempre ha sido al alza, incluso durante la pandemia. Y a ritmo sostenido. En los últimos cursos se han producido los incrementos más elevados, entre ellos el de 616 en 2024. En total, en diez años el aumento alcanza nada menos que un 80%.
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Los datos los ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el PERE (Padrón de españoles residentes en el extranjero), y hay que fijarse más en la evolución que en la cifra en concreto. El motivo es que, en realidad, hay muchos más alaveses viviendo en otros países. ¿Cómo es esto? Porque este estudio únicamente recoge a quienes se han dado de alta en la oficina consular de turno como residentes en el extranjeros. Y, ya lo ha apuntado en alguna otra ocasión el Observatorio vasco de la Juventud, buena parte de quienes están en esa situación (estudiantes de erasmus, trabajadores de multinacionales, etcétera) no dan ese paso administrativo. Ni siquiera en año electoral con el fin de ejercer el derecho a voto, porque en la serie histórica no se percibe que cuando hay comicios se produzcan variaciones notables.
Hay otra peculiaridad: sólo la cuarta parte parte de los alaveses que están en esta situación son nacidos en España. El resto son extranjeros nacionalizados y son estos los que más se están marchando fuera, o bien de regreso a sus países de origen o bien a otros estados. En cualquier caso, supone una pérdida porque desde hace mucho Álava incrementa su población por la llegada de personas de otros países. Aquellos procedentes de Hispanoamérica y de antiguas colonias «pueden acceder a la nacionalidad después de dos años de residencia legal», recuerda Oier Ochoa de Aspuru, investigador de Ikuspegi (el Observatorio Vasco de la Inmigración) y doctor en Sociología.
Por eso, una considerable parte de los 'expatriados' están allí, en Iberoamérica. En algunos casos, es gente que «se ha jubilado y regresa a su país de origen». Pero estos ni mucho menos son la mayoría, porque sólo el 15,1% de los alaveses residentes en el extranjero superan los 65 años.
Es más habitual que, simplemente, regresen a sus países porque aquí las cosas no les han ido bien. Hay que tener en cuenta que, a menudo, quienes van a buscarse la vida a otros países tienden a maquillar un poco la realidad para que parezca que las cosas les van mejor de lo que en realidad les van. Se veía muy bien hace unas décadas con los españoles que emigraban a Alemania o Suiza. En fin, eso crea «un mito», apuntan desde Ikuspegi, que anima a otra gente a seguir sus pasos. Y luego llega el desengaño. Se aguanta más o menos, a menudo hasta conseguir la nacionalidad, y luego regresan.
Otras veces, reflexionan asociaciones de inmigrantes, es frecuente que jóvenes que llegaron aquí de niños por reagrupamiento familiar acaben marchándose no al país de sus padres o a otros estados europeos en busca de oportunidades.
Tiene su lógica que quienes más se mueven sean las personas de origen extranjero porque una vez dado el primer paso migratorio, dar los siguientes es más fácil. Además, la comunidad de personas nacidas en otros países no para de aumentar y tiene más peso que nunca en Álava. A 1 de enero de 2024, suponían ya el 15,7% de la población –el porcentaje más alto de las tres provincias vascas–, con un censo de 52.673 residentes procedentes del extranjero, de acuerdo con el Eustat.
Luego están los españoles de cuna. Hay 3.031 personas nacidas en Álava que viven en otros países, y otros 1.040 de otras provincias que tuvieron aquí su última residencia antes de emigrar. Jóvenes que se van de erasmus o trabajadores de multinacionales expatriados. El intercambio estudiantil, analiza el antropólogo Jesús Prieto Mendaza, ha llevado a un gran número de ellos a establecerse fuera. Otro factor es que «hay polos de atracción económica más importantes que Euskadi». «Reino Unido para Derecho Económico o Enfermería» y «Alemania o Francia para ingenierías». Un asunto que «preocupa». Esta movilidad, con todo, «no es novedosa». «Alaveses fuera ha habido muchos; en Alemania, Francia, Venezuela, Argentina...». En definitiva, «no es la primera vez que en la historia del territorio hay tantos alaveses fuera».
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