Una mujer mayor avanza con un andador por un parque. E. C.

Robos con violencia

Asaltos a ancianos en Vitoria: «Nos tenía engañados. ¿Cómo saber que robaba a mayores?»

El ladrón que asaltó a trece ancianos en Vitoria era habitual de Adurza. «Es muy agradable, muy educado y aseado, pero juega mucho». Hoy cumple su primera semana en prisión

Sábado, 11 de octubre 2025, 00:14

«Contó que tenía una oferta laboral de una empresa de pavimentos». «A veces pagaba una ronda, otras se la pagabas tu». «Era muy educado ... y aseado». «Ahora te das cuenta de que nos tenía engañados. ¿Cómo vas a sospechar de quién era en realidad?». En el barrio de Adurza, sobre todo en la zona de Hebillas, aún digieren que A. A., de 33 años y habitual del lugar, fuera en realidad el fiero ladrón que asaltó a trece personas mayores entre agosto y septiembre.

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Cinco acabaron ingresados «de gravedad» con diversas fracturas al ser empujados presuntamente por este hombre enjuto y «desdentado», condición básica para su captura, el pasado 1 de octubre.

Hoy cumple su primera semana en la prisión alavesa de Zaballa. Ha sido integrado en el módulo 3, reservado para internos «conflictivos». Pero su arranque no ha sido el más apropiado, confían a EL CORREO internos consultados. «Cuenta muchas películas. Sobre todo que no va a estar aquí mucho tiempo porque la Ertzaintza no le pilló ninguna prueba de los robos». Supuestamente gastó en tragaperras y drogas lo que obtuvo por los bolsos, cadenas y carteras de sus víctimas. «Jugaba mucho» y «fumaba hachís», desliza Rober, un residente de Adurza.

Julio, dueño de la cafetería Iría

«Era muy agradable y le encantaba ver el fútbol»

Esa incontinencia verbal ensambla con los recuerdos de sus antiguos vecinos. «Decía que llegó a Vitoria cuando era un niño y que residía en un edificio cercano», repasa un habitante de la calle Txirula. La realidad es que los últimos cinco años peregrinó por la ciudad sin hogar fijo, de una ubicación a otra. La Ertzaintza –cuerpo que destapó su verdadera cara– descubrió que dormía en un trastero de un bloque del «sur» del municipio.

«Pensaba que llevaba toda la vida aquí porque hablaba un castellano casi perfecto. O esa sensación te daba», se sincera otro vecino. Julio, al frente de la cafetería Iría, centra el tiro. «Vino por primera vez hace unos cinco meses. Empezamos mal porque cargó el móvil sin pedir permiso. Luego venía casi todos los días. Tomaba café con leche y un pincho. Era muy agradable y por la tarde le encantaba ver el fútbol».

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Empadronado desde «marzo»

Este hostelero abre mucho los ojos cuando se le cuenta el paradero actual de este parroquiano habitual. «Joe, pues me debe 20 euros, me da que ya no los voy a recuperar», enfatiza medio en broma. No es el único. La sorpresa es generalizada en las calles de Adurza, donde ha trascendido la verdadera cara de A. A.

Pese a lo que contaba, lo cierto es que tan sólo lleva empadronado en Vitoria «desde marzo». Su hoja delictiva, sin embargo, apunta a una presencia más larga. Como mínimo, principios del año pasado. Desde entonces arrastra varias detenciones e identificaciones. «Por hurtos, robos con fuerza, agresiones...», afirman fuentes internas de la Policía Local y la Ertzaintza.

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De hecho, cuando las víctimas de agosto y septiembre coincidieron en hablar de un ladrón «al que le faltaban varios dientes» y una asaltada logró sacarle una foto de espaldas, varios patrulleros le pusieron cara. Ayudaron así al Grupo 6, encargado de la investigación. La falta de un domicilio conocido –oficialmente está empadronado en Arkaiate– retrasó su captura.

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