Álava refuerza la prevención contra incendios con 2,7 millones y 35 profesionales
La inversión para 'apagar' en invierno los fuegos del verano ha subido ligeramente este año. En el territorio la mayoría son intencionados
182 profesionales, seis bases distribuidas a lo largo del territorio y 287.000 hectáreas entre suelo forestal y agrícolas de las que cuidar. Con estas ... cifras trabajan los bomberos alaveses para prevenir que los fuegos que estos días están asolando al resto de España lleguen al territorio. Pero dice el dicho que los incendios del verano se apagan en invierno y Álava parece haberse aplicado un poco más que otras zonas. Según los datos proporcionados por el Ejecutivo foral a este periódico, el territorio invierte este año 2,74 millones de euros en labores de prevención para evitar que Álava arda como lo están haciendo provincias como Zamora o León.
La inversión de la Diputación no es baladí. Supone gastar algo más de nueve euros por cada hectárea de suelo alavés. En Castilla y León, el presidente Fernández Mañueco presumió la semana pasada de ser una de las comunidades que más invertía con 74 millones de euros, que supondría algo menos de ocho euros por cada hectárea de esa comunidad autónoma, uno menos que Álava.
En el caso de la provincia, la partida más visible de ese presupuesto es la plantilla forestal que trabajan en esas labores preventivas. Son, según portavoces forales, 28 guardas y siete técnicos forestales que este año suponen a las arcas forales un gastos de 628.923 euros. La cifra se ha visto reforzada en este ejercicio -hasta la fecha se invertía algo más de 500.000 euros-, pero no la única. Según el desglose facilitado por la Diputación, el gasto en prevención también incluye planes de ayudas forestales (1,05 millones), tratamientos selvícolas preventivos en cientos de parcelas del territorio (500.000 euros), acondicionamiento de infraestructuras (otro medio millón) y la inversión en maquinaria para hacer de retén en caso de que un bosque prenda (60.000 euros).
Álava contra el fuego
-
28 Guardas forestales y siete técnicos se encargan en Álava de los trabajos de prevención. Sus labores se financian con casi 629.000 euros.
-
Medios materiales Para extinguir los incendios, 182 profesionales del servicio de bomberos -que cuesta unos 17 millones a la Diputación- cuentan con ocho vehículos ligeros, tres vehículos nodriza, hasta 26 autobombas susceptibles de movilización, dos vehículos ligeros para extinción forestal, el helicóptero de las diputaciones, los famosos 'bulldozers' en verano y en breve se tendrá también una piscina portátil con capacidad para 17.000 litros de agua.
-
55% Más de la mitad de los incendios registrados en Álava durante 2024 fueron provocados. Un tercio prendieron por lo que la Diputación etiqueta como «accidentes» y hay una quema de bosque cuya causa está sin determinar
-
Masa forestal Álava es la provincia de Euskadi con más suelo forestal (188.840 hectáreas) y además, la frondosidad de los bosques está al alza.
En los últimos años, la gestión de estas labores de prevención se ha vuelto más complicada porque según el jefe operativo de los Bomberos, Javier Vergara, «la masa forestal lleva una tendencia creciente». Aunque la superficie de bosque no ha crecido en el territorio de forma relevante, lo cierto es que es la mayor de Euskadi. Además, 188.480 hectáreas de Álava son bosques y a eso se suman otras 98.806 de suelo agrícola que en cultivos como los de cereal también pueden contribuir a alimentar los fuegos. Ya en los bosques, la mitad de la vegetación del territorio, según el mapa forestal de Euskadi, está etiquetado como 'fustal', la masa más frondosa. Con todo, hay 36.000 hectáreas de matorral en el territorio según el plan foral de prevención de incendios.
Aun así, lo cierto es que Álava, fuera de la prevención, también se ha reforzado para combatir al fuego una vez campa a sus anchas por el territorio. La base de Nanclares de la Oca este año tiene como nuevo aliado el helicóptero que compraron las diputaciones y el Gobierno vasco. Puede cargar hasta 900 litros de agua, volar a más de 200 kilómetros por hora y transportar a seis personas. Además, la Diputación espera incorporar en breve una piscina portátil con capacidad para hasta 17.000 litros de agua, algo que «optimizará el trabajo del medio aéreo al reducir los traspasos de carga», según Vergara. Hay disponibles, asimismo, hasta 26 autobombas, 13 vehículos especializados. En verano también se incoporan las famosas grúas 'bulldozer', claves para labores como abrir cortafuegos.
Adelantar los desbroces
Sea por la prevención o por cuestión de suerte, lo cierto es que por el momento los bomberos alaveses no han tenido gran trabajo este verano. No ha habido grandes incendios en el territorio. Lo peor se registró hace apenas unos días en Labastida, cuando un incendio en La Rioja se adentró en Álava a través de una chopera cercana al Ebro. Las llamas apenas duraron tres horas y media en el territorio.
El alcalde del municipio, Daniel García (PP), aplaude el trabajo de los bomberos, pero sí que pone algunos 'peros' a las labores de prevención. «Los desbroces han terminado a mediados de agosto. Deberíamos adelantarnos a principios de verano», señala. A la cuadrilla de Tragsa que ha hecho los trabajos de limpieza en puntos como el parque de San Ginés, Labastida les acompaña con sus brigadas para retirar esa vegetación desbrozada. El Consistorio también procura limpiar aquellas zonas accesibles con sus medios.
Sobre las ayudas forestales de la Diputación, García cree que hay margen para «apostar más por el pastoreo ganadero», por los 'quitacésped naturales' que pueden ser vacas, ovejas o cabras. Su Ayuntamiento, por ejemplo, quería acondicionar una parcela para ese fin y no será hasta el año que viene cuando se puedan hacer las catas para instalar suministros de agua para poner abrevaderos en esa zona. El alcalde, además, cree que «hay margen para ser más restrictivos en los parques naturales» a la hora de vetar actividades de riesgo.
18 pueblos en alerta roja
De acuerdo al plan foral anti-incendios, hay 18 núcleos de población en Álava etiquetados en rojo. En su inmensa mayoría, son pequeños concejos especialmente amenazados, ya que existe un «alto riesgo de impacto de un incendio sobre la población, derivado fundamentalmente de la masa vegetal y la topografía». Según los datos del plan foral, 504 personas viven en esas localidades, de las que once se concentran en la cuadrilla de Añana. Su presidente, Rubén Torremocha (PNV), defiende que la gente de la comarca «es precavida» y subraya la importancia de la colaboración institucional como un factor a tener en cuenta más allá de la inversión.
En cualquier caso, el principal enemigo de los bomberos es el propio ser humano, ya que según Javier Vergara, «en torno al 50% de los incendios son provocados intencionalmente». Las estadísticas del año pasado corroboran esta afirmación: de los nueve fuegos que sufrió Álava en 2024, cinco fueron intencionados.
A esa amenaza, además, se incorpora ahora un aliado perfecto para el fuego: el cambio climático. «Si a lo anterior sumamos mayores episodios y olas de calor, la conclusión es evidente», apunta Vergara. Esa preocupación por la mayor virulencia de los fenómenos meteorológicos también ha llegado al campo. «Es evidente que tenemos un cambio climático encima y que tenemos que jugar con ello. No tenemos la llave del tiempo, tenemos que aclimatarnos a un cambio que nos está haciendo mucho daño en el sector primario», señalaba este domingo la presidenta de UAGA, Edurne Basterra, en las páginas de este periódico.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión