Álava pide que se prohíban los detectores de metales para frenar expolios en Iruña Veleia
La diputada Ana del Val subraya que es imposible cercar las 120 hectáreas del yacimiento, y que se colocaron cámaras ocultas para pillar en abril a dos individuos que habían hecho 400 catas ilegales
Un niño caminaba hace meses junto a su familia por el yacimiento romano de Iruña Veleia portando un detector de metales. Un guarda de seguridad ... se acercó y les explicó que su uso en zonas arqueológicas está «totalmente prohibido» -con amenaza de multas e incluso prisión- y provocó enorme revuelo entre esa familia, pues había sido un regalo de Navidad y desconocían tal extremo. Ese es el ejemplo más claro de cómo se ha incrementado la presencia de estos artilugios en la sociedad de Álava, y que ha derivado en casos como el descubierto hace semanas por la Ertzaintza con la detención de dos individuos que habían hecho 400 catas ilegales y que habían expoliado distintos objetos metálicos.
La diputada de Cultura y Deportes, la socialista Ana del Val, ha informado este viernes a las Juntas Generales sobre esa investigación y ha comunicado que, junto a sus homólogos de Bizkaia y Gipuzkoa, han reclamado al Parlamento vasco que cambie la Ley de Patrimonio y directamente prohibir los detectores de metales. «Se usan para expoliar, para delinquir, no se emplean en un bien común», ha subrayado.
Del Val ha explicado que para descubrir a estos individuos se colocaron cámaras ocultas y se realizaron rondas por parte de los Miñones y la Ertzaintza. Ahora, se mantienen distintas medidas de seguridad, aunque la diputada no ha querido concretarlas para poder sorprender a futuros «delincuentes y terraplanistas» -así los ha catalogado- que acceden para hacerse con piezas de valor arqueológico.
La titular foral de Cultura ha explicado que es imposible cercar las 120 hectáreas de Iruña Veleia, como le ha reclamado la oposición, pues debe mantenerse «accesible para todo el mundo», pues incluye accesos a fincas agrícolas, zonas transitables al río Zadorra y la apertura de la vía verde. Eso dificulta la labor de vigilancia.
De ahí que lo importante sea la pedagogía y concienciar al ciudadano que no se puede llevar a su casa los vestigios de la antigüedad que se encuentra. Porque los expertos recalcan que, además del hallazgo, tiene mucha importancia el entorno en que se encuentra, pues aporta un contexto que puede servir para darle una mayor relevancia histórica o incluso cambiar el relato que se tiene hasta ahora. Por eso, la Diputación insistirá en campañas de comunicación.
Tras la detención por parte de la Ertzaintza de esos dos individuos en concreto, no se han detectado nuevos casos en el yacimiento romano. Una operación que fue fruto de una investigación de 16 meses que se inició en enero de 2024 con el descubrimiento de los primeros agujeros con unas medidas exactas de 20x20x20 centímetros. En la comparecencia, y porque el asunto se encuentra en secreto de sumario, no ha podido detallar si hubo más personas implicadas, aunque sí que ha hecho una detallada cronología en la que destaca que existió una colaboración ciudadana en el inicio de todo este proceso y que las cámaras ocultas resultaron decisivas para pillar finalmente a estos supuestos delincuentes.
También ha criticado que su Departamento, que es el competente en patrimonio, se enterase a través de los medios que la Ertzaintza había publicado una nota de prensa dando detalles sobre esta operación. «Lo supimos a la vez que el resto», ha subrayado.
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