¿Cuánto se gasta al año Álava en frenar la avispa asiática?
La 'vespa velutina', el visón americano, las tortugas de orejas rojas, el mejillón cebra o la percasol atacan y destruyen las especies autóctonas
Las especies invasoras le salen bastante caras a los alaveses. Sólo para controlar la expansión de la avispa asiática, las instituciones del territorio dedican más ... de 170.000 euros anuales, que, por ejemplo, es aproximadamente lo que se gasta el Ayuntamiento de Vitoria en el traslado de personas mayores. El servicio foral de Patrimonio Natural, los distintos cuerpos de bomberos y el Consistorio tienen que esmerarse para frenar a este véspido de origen oriental que desembarcó en el puerto de Burdeos hace veinte años y que ha logrado propagarse con rapidez desde el sur de Portugal hasta el norte de Alemania a través de toda la vertiente atlántica.
Los primeros ejemplares en Álava se descubrieron en 2012 y desde entonces, según cálculos de la Diputación, se han recuperado y destruido alrededor de 3.500 nidos que contaban con 36.000 reinas. Esta década ha servido para conocer mejor a la 'vespa velutina' y, aunque sean más visibles en verano cuando los árboles empiezan a perder sus hojas, se ha descubierto que lo más eficiente es acabar con ellas en marzo o abril cuando las reinas crían huevos. Además, se ha observado que es una especie más urbanita que rural por la cercanía a los ríos y la posibilidad de comer basura.
La clave
400.000 euros
se gastaron las instituciones para acabar con el visón americano y frenar su expansión.
Semejante inversión puede resultar un dispendio para muchos, pero es imprescindible para evitar que las asiáticas acaben con la especie autóctona o incluso con las abejas. No son ninguna broma. En Álava, además, hay exitosos precedentes. Desde 2018, y tras emplear más de 400.000 euros, se ha erradicado el visón americano en el territorio histórico. Un triunfo gracias al esfuerzo conjunto con las comunidades limítrofes de Navarra y La Rioja, y la provincia de Burgos.
Estos mustélidos se liberaron en los noventa de una granja en Segovia, cerca de los túneles de Guadarrama, y desde entonces han sido una pesadilla para los de tipo europeo que acaban desahuciados de sus hábitats naturales. Los técnicos responsables del Departamento foral de Medio Ambiente, que dirige en funciones el diputado Josean Galera, explican que resultó determinante la colocación de trampas en plataformas acuáticas en el río Ebro. Y es que cuando se descubría que los visones americanos jugueteaban por estas superficies, se les colocaban cebos para atraparlos y poner freno a su propagación.
En un sondeo se pescaron 20.000 percasoles y 6.000 black bass, pero sólo dos peces típicos de Euskadi
Otros que ahora se consideran más o menos controlados son los galápagos americanos, que también se conocen como tortugas de orejas rojas. Fueron una de las mascotas más populares a finales del siglo XX, aunque desde 2013 está prohibida su venta. Cuando la gente se aburría de estos reptiles, los depositaba en ríos, lagos y pantanos. Una irresponsabilidad mayúscula porque arramplaban con todo.
Bajo el agua
En las masas acuáticas es donde persisten la mayoría de los problemas. Allí, los peces invasores han conseguido arrinconar a las especies domésticas. Es muy complicado calcular cuántos pueden estar nadando en Álava, aunque una campaña de capturas realizada en el lago de Caicedo-Yuso durante un periodo de dos años descubrió cerca de 20.000 percasoles y más de 6.000 blackbass -ambos originarios de Norteamérica- y tan sólo dos tincas, una especie tradicional del territorio histórico. Todas estas especies invasoras se introdujeron hace varias décadas en aguas dulces del país por su mayor espectacularidad en la captura de la pesca. Una decisión que a todas luces ha resultado una irresponsabilidad. En otro sondeo de similares características también se recogieron 170.000 ejemplares de los extranjeros cangrejos rojos.
La expansión del mejillón cebra es otra de las cuestiones que genera dolores de cabeza en las instituciones. El único consuelo es que se localizan de forma masiva en los embalses, pero su aparición ha resultado puntual en los ríos de la provincia. El asunto es que estos moluscos son una de las especies exóticas más dañinas del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, y en el caso de Álava eso afecta a las náyades (las almejas de agua dulce) ya que se posan sobre ellas hasta que les resulta imposible moverse y alimentarse. Tal es el abuso que la Diputación ha detectado casos de 3.000 invasores de este tipo sobre una pobre náyade que evidentemente acabó muerta.
Pero, ¿cuántas especies invasoras hay en Álava? Nadie se atreve a ponerle cifra exacta en el Departamento foral de Medio Ambiente. Más allá de lo que sucede con la fauna, en el caso de la flora hay multitud de casos. Es muy conocido el plumero de la pampa, pero cada vez aparecen más arbustos de la mariposa (buddleja davidii), la fallopia japonica o el árbol del cielo (ailanthus altissima). Todas son bellas plantas que tienen una rapidísima capacidad de crecimiento y de reproducción que les hacía propicias para la jardinería doméstica, pero que se descontroló de tal manera que se han incluido en el registro de especies foráneas peligrosas.
Las modas pasajeras que acaban cansando
George Clooney tuvo un cerdo vietnamita como mascota y los mapaches parecen muy 'cuquis' en Instagram. Muchos 'fashion victims' habrán tenido la tentación de tener uno en casa y alguno que otro lo ha conseguido, pero la gente se acaba cansando como sucede con las incomprensibles modas pasajeras y se deshacen de ellos de la peor manera. Es más, su venta está prohibida desde hace más de una década. El departamento foral de Medio Ambiente ha registrado varios casos de mapaches atropellados y hace años que se atrapó uno que merodeaba por una urbanización de la localidad treviñesa de Armentia. En lo referente a los puercos del sudeste asiático existe una crueldad añadida, ya que se han registrado dos casos en los que desconocidos los han abandonado dentro del cercado de casas de la zona rural alavesa.
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