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Panorámica de San Román de Campezo, en la cuadrilla de Montaña Alavesa. Rafa Gutiérrez

La Navarra y la Araba vaciadas

Para que ambos territorios sean ejemplos de equilibrio y sociedades con vida en sus pueblos hay que asumir que Pamplona y Vitoria deben dejar de crecer

Aitor Uriarte Bautista

Es técnico superior de Medio Ambiente en el Servicio de Patrimonio Natural de la Diputación de Bizkaia y presidente de la Asociación Cultural Museo Minero de Gallarta

Martes, 4 de marzo 2025, 00:21

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En aquel pueblo que visitépegué tres gritos al aire, el eco me respondió, será que no había nadie.

Recorro con desazón docenas de hermosos pueblos ... de Navarra y Araba. Su osamenta, perfectamente conservada, casi intacta, permite con facilidad revivir con la imaginación escenas pasadas. Los juegos de los niños en las calles y sus gritos y carreras; el mercadeo en las plazas; el trasiego de animales, vehículos y gentes que sería recuperable, acaso, si se dieran las circunstancias precisas. Pero actualmente esos pueblos ya no existen, ya no se percibe el aliento de la vida de las gentes en esos tristes y apagados espacios que, no hace tanto tiempo, rebosaron de ánimos e ilusiones, de esperanzas y pasiones. Su existencia física, sin embargo, la de las estructuras óseas de esos pueblos, sus calles y sus viviendas, permite soñar y, quizás, mantener una esperanza que cada año que pasa, languidece más y más.

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