El PNV pierde la Alcaldía de Treviño tras quedarse sin apoyo de los independientes

A Estavillo le benefició el sistema para la designación del alcalde cuando se produce una circunstancia como la de Treviño, con una Corporación absolutamente dividida en la que seis formaciones se reparten nueve concejales: Ciudadanos del Condado, 2; PNV, 2; grupo independiente, 2; EH Bildu, 1; Condado para Todos, 1; y PP, 1.

La mayoría absoluta para que un grupo aúpe a su candidato como alcalde se logra con 5 concejales. Hasta ahora, Barbadillo contaba con el apoyo de esos cinco ediles (dos del PNV, uno de EH Bildu y dos más de los independientes). Pero estos últimos le retiraron su confianza, lo que propició su dimisión -aunque él alegó motivos «personales y de salud»-.

Esto hizo que el PNV no pudiese retener la Alcaldía. Las conversaciones para volver a atar un acuerdo fracasaron, por lo que el vacío de poder debía resolverse con la elección de un nuevo alcalde, que se produjo este viernes.

Adolfo Estavillo se hizo con la 'makila' de regidor porque su partido, Ciudadanos del Condado, fue la lista más votada en las elecciones de 2019. Sus papeletas se tradujeron en dos concejales. Son los mismos que los del PNV, pero con menos sufragios. Y aunque los jeltzales contaban con el apoyo de EH Bildu para elevar a la Alcaldía a su candidata Amaia Cadavid, no alcanzaban la mayoría absoluta de 5 concejales. Al no haber ninguna lista con ese número de apoyos, el reglamento dice que el bastón de mando pasa automáticamente a la lista más votada, Adolfo Estavillo, que este viernes tampoco logró más apoyos que los suyos propios.

La designación no resuelve, en todo caso, el problema de fondo de Treviño, la tremenda fragmentación de sus representantes y la imposibilidad de trazar acuerdos. Todo ello, a falta de diez meses para las elecciones.

Estavillo aseguró tras su elección que «vamos a dialogar con todos y a recoger ideas que mejoren la vida de los ciudadanos de Treviño». En su opinión, la falta de acuerdos y que «las personas que tenían responsabilidad de gobierno no han amado a Treviño como los que vivimos aquí» están en el origen de la situación actual. Destacó que su prioridad es alcanzar acuerdos «con todas las instituciones» para avanzar en la integración del enclave en Álava.

Al finalizar el pleno, el PNV mostró su «malestar» por la retirada del apoyo del grupo independiente. «Ahora entramos en un periodo de inestabilidad como seña de identidad, algo que se había conseguido eliminar durante estos tres últimos años gracias al acuerdo».

La portavoz del grupo independiente, Yolanda Urarte, y ex concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, justificó la retirada del apoyo de su grupo al PNV por «problemas de comunicación. Ya les dijimos hace un mes que no les íbamos a apoyar y no ha habido cambios en su posición». Aún así, se mostró dispuesta a «seguir trabajando y apoyar las iniciativas interesantes, vengan de donde vengan». El edil del PP, ÓScar Arbaizar, añadió que «a ver si se empiezan a hacer cosas por Treviño después de tres años de inactividad». Desde las filas de EH Bildu, Ritxar Astegieta, que se encargaba hasta ahora de las relaciones con los pueblos, mostró su disposición a colaborar con el nuevo alcalde, aunque reconoció la dificultad de «mantener los proyectos en los que estábamos trabajando». Por su parte, el concejal de Condado para Todos, Roberto Bajos, añadió que «deseo suerte al nuevo alcalde, pero le auguro un trabajo duro. Tampoco somos muy optimistas respecto a los avances en la integración de Treviño en Álaba en vista de lo que ha sucedido».