El 'Zorro Babazorro', Vitoria coral y un choque mortal en Antoñana

El 26 de junio de 1997, la ciclista de Amurrio Izaskun Bengoa revalidó en Melilla el título de campeona de España en ruta que ostentaba desde el año anterior y lo incorporó al logrado dos días antes en la modalidad de contrarreloj. Ese mismo curso obtuvo la plata en la crono europea sub'23 y el bronce en línea.

«¿Aprueba el Proyecto de Ley para la Reforma Política?» fue la pregunta a la que se enfrentó el inexperto electorado español el 15 de diciembre de 1976. Aquí, en Álava, estaban llamados a las urnas 149.553 habitantes y, aunque no todos cumplieron con su derecho u obligación de depositar la papeleta que más les convencía, a la convocatoria respondieron más de 113.000, una participación del 76% del censo. Por entonces había empadronadas en el territorio 237.440 personas. En aquella votación, los alaveses llenaron de síes, hasta un total de 104.862 (91,9%), las cajas que se distribuyeron entre 182 mesas electorales y que en nada se parecían a las transparentes de hoy. Se impuso la opción afirmativa en todos los municipios con porcentajes por encima del 85%. Ese día se sometió a referéndum el cambio de régimen político en el país, el final de la dictadura de Franco y el tránsito hacia una democracia con las elecciones generales de 1977, las primeras libres desde 1936 (II República), y la aprobación de la Constitución de 1978. Con sólo el 2,7% de los electores contrarios a la reforma y un 5,1% de sobres en blanco, Álava arrojó unos resultados casi idénticos al resto de provincias. En el cómputo de la nación ganó el sí con el 94,1% de los votos.

Michelin creó en su factoría de Vitoria la cubierta más grande del mundo. La dio a conocer el 17 de diciembre de 1976 y la dejó expuesta frente al acceso a sus instalaciones. Todo en ella era enorme: 4.280 kilos, 3,60 metros de diámetro, once de circunferencia y 1,60 de anchura. Seis como esta usaban las máquinas excavadoras que extraían carbón en las minas estadounidenses.

A la par que disfrutaba de sus fiestas patronales, a 2.200 kilómetros, en Pécs (Hungría), Vitoria recibía el 7 de agosto de 1988 su proclamación como capital mundial de la música coral en 1991. La Federación Europea de Jóvenes Corales, nacida en 1960 para derribar fronteras y unir a los pueblos a través del canto, la distinguió como sede del 11º Europa Cantat, el primero y hasta la fecha el único en España. Cada tres años, tan prestigioso festival reúne en torno a una ciudad a agrupaciones de los cinco continentes. En el caso alavés fueron 4.200 las voces que se dejaron oír en decenas de localidades, un evento cultural de primer orden que se disfrutó en gran medida por la repercusión de la que ya gozaba la Semana Coral Internacional promovida por Javier Cameno, entonces director de la obra social de la Caja Provincial. En Pécs no solo triunfó Vitoria, «una ciudad enclavada en esa bella tierra europea que es el País Vasco», ensalzó el director del certámen, Marcel Corneloup. También encandiló el coro Araba de Manu Sagastume completado con integrantes de la coral Samaniego. Se estrenó a su llegada con actuaciones improvisadas en las calles de Budapest. En Pécs actuó con acompañamiento de txistu, cantó con otros la 'Misa de la Coronación' de Franz Liszt y se despidió en la clausura (en la foto) con la pieza 'Europa Cantat, Vitoria-Gasteiz' compuesta dos días antes por Sabin Salaberri.

La empresa de refrescos vitoriana KAS, creada por los hermanos Knörr Elorza el 4 de julio de 1957, dejó de ser un negocio familiar para transformarse con los años en una sociedad anónima con capital privado. El BBV, que ya participaba con un pequeño porcentaje a través del Banco Industrial de Bilbao, pasó a controlar el 73% de la compañía mediante una ampliación de 1.927 millones de pesetas en octubre de 1988.

Hasta llegar a los actuales 171 kilómetros acondicionados en Vitoria para uso exclusivo o preferente de las bicicletas, muchos pequeños tramos se han ido trazando y empalmando entre sí desde aquel primero en los años 80. Hubo un tiempo que los 'bidegorris' eran una demanda que los ciclistas o vecinos decididos a moverse a ritmo de pedaleo por una ciudad que aún ni soñaba en 'green' trasladaban al Ayuntamiento con la insistencia de un martillo. Al otro lado de la petición estaba de alcalde José Ángel Cuerda, partidario de la bici y paseante ocasional, así que había quien sí escuchaba, por ejemplo, al Grupo Ecológico Alavés (GEA). La mañana del domingo 25 de marzo de 1984, unos 2.000 vitorianos se dieron con sus trastos un paseo plácido de 19 kilómetros urbanos custodiados por la Policía Municipal para recibir a la primavera pero, sobre todo, para exigir más carriles-bici. Ya estaba en servicio el de campo de los Palacios-Heraclio Fournier y había en proyecto otros tres, dos desde Abetxuko y uno en Santa Lucía, además de los paseos de Fray Francisco y Cervantes.

La Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y el pueblo de Manzanos descubrieron el 3 de marzo de 1984 una estela en memoria de Joaquín de Eguía (1733-1803), III marqués de Narros, fundador de la institución junto al conde de Peñaflorida y Manuel Ignacio de Altuna. Aurelio Rivas esculpió la obra.

La desapacible mañana del 25 de noviembre de 1982, la pequeña localidad alavesa de Artomaña, en el valle de Ayala, se sobresaltó a eso de las 10.42 horas con el estruendo provocado por la colisión frontal entre dos trenes en el kilómetro 198,5 de la línea férrea Castejón-Bilbao. En un tramo de vía única sinuoso, a la salida de uno de los varios túneles del lugar, entre la lluvia se encontraron y chocaron de frente un tranvía con cuarenta viajeros procedente de la capital vizcaína y destino Burgos y un tren postal que en dirección contraria cubría el recorrido Miranda de Ebro-Bilbao. Como consecuencia del impacto fallecieron tres personas del convoy de pasajeros, su maquinista, un empleado de Renfe que le acompañaba en la cabecera y una mujer de 72 años vecina de Basauri. Otras quince personas resultaron heridas y fueron evacuadas a hospitales de Vitoria y Bilbao por los equipos de emergencia desplazados al escenario del siniestro. Un fallo humano estuvo detrás del accidente.

Con el inicio del curso escolar 1982-83 se completó la fusión de dos centros educativos en Vitoria, el colegio municipal de EGB San Ignacio, de alumnado masculino, y el femenino de Olárizu, de la orden religiosa de los Marianistas. La escuela mixta resultante adoptó el nombre del primero.