Una vida al servicio de los demás

En 2010, dejó Llodio y se fue a vivir a una comunidad de Hermanas de la Caridad en Otxarkoaga, donde siguió haciendo lo que mejor sabe; ayudar a los demás. Desde el centro de Cáritas en el Casco Viejo de Bilbao o como voluntaria en la parroquia del barrio formando a padres y madres de los niños de la catequesis.

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Una parte importante de su vida es la ONG Bizitegi, que acoge a personas en riesgo de exclusión. También imparte clases de alfabetización, donde «hemos generado relaciones de amistad y cercanía».

Desde 2014 vive en Santxutxu y sigue como el mismo voluntariado. Ayuda con su comunidad a las hermanas dependientes o enfermas. A sus 84 años confiesa que «tengo la edad justa y adecuada para decir sin miedo lo que necesito decir y callar. Poseo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción para rezar, acompañar, posicionarme por los más débiles, servir, querer y perdonar a todos…Tengo la edad adecuada, en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo».