A vueltas con el ‘spinner’
Este juguete giratorio desaparece de las baldas de las tiendas y arrasa en los patios de los colegios de Vitoria
Nerea Pérez de Nanclares
Domingo, 14 de mayo 2017, 04:10
Si esta semana ha habido un protagonista en los patios de los colegios de Vitoria, éste ha sido el spinner. En las casas con escolares, la demanda ha sido machacona. Y en tiendas y bazares no han dado abasto a reponer estos pequeños juguetes giratorios en sus baldas. En conclusión, la moda que ya ha arrasado en Estados Unidos ha llegado a la capital alavesa.
Para el que aún no conozca de qué se trata, el spinner es un pequeño juguete que cabe en la palma de la mano y consta de tres hélices con un centro giratorio. Aunque la fiebre por hacerlo girar sea nueva, en realidad fue inventado hace ya dos décadas para ayudar a personas que necesitan tocar o jugar con algo para aliviar la ansiedad. Es como dar vueltas a un lápiz entre los dedos, pero a gran velocidad. Pero lo que nació como un artilugio antiestrés, se ha popularizado y en los bazares se pueden comprar a partir de 4 euros, aunque hay versiones más caras y otras que se comercializan hasta por un euro. Además, cualquiera que quiera convertirse en un virtuoso de este juego, las redes sociales están repletas de vídeos tutoriales con trucos.
En Nueva York, sin embargo, la locura ha llegado a tal extremo que en los colegios están empezando a prohibirlos, porque se está convirtiendo en una distracción para los estudiantes. Aquí no se ha llegado a ese punto. Pese a que los centros no tienen normas escritas que regulen estas modas ni se plantean crearlas, sí comparten un modus operandi. «Se actúa con sentido común. Los juguetes no se pueden sacar en clase, pero sí en el recreo. Otra cosa es el móvil, que sí está prohibido y se confisca si suena o se utiliza en el centro», resume la directora de la ikastola Arantzabela, Brigi Lejarazu.
El año pasado, la peonza
«Son niños y tienen que jugar. Ahora es el spinner pero el año pasado fue la peonza», añade el director de Adurtza, Joserra Quintana, al tiempo que critica la decisión que han tomado varios colegios del municipio navarro de Berriozar de prohibir el uso de cromos en sus instalaciones. Aducen «conflictos» entre los alumnos a la hora de hacer intercambios y consideran que se pone de relieve «las diferencias económicas entre los niños».
«¿Conflictos con los cromos o los juguetes de moda? Claro que se produce alguno, es normal, pero los gestionan ellos mismos o en clase», explican los directores. Otra medida habitual ante estas situaciones consiste en requisar el objeto de disputa hasta finalizar el horario lectivo. En caso de que el problema sea reiterativo, la llamada a los padres es inevitable.
La directora de Primaria de Sagrado Corazón Carmelitas, Mertxe Agirre, considera que otra cosa es que el uso de un mismo juguete se alargue en el tiempo. «Si vemos que llevan varias semanas y en el patio no se juega a otra cosa, entonces desde las tutorías se reconducirá esta situación para que hagan otros juegos».
Los psicólogos defienden que el juguete en sí «no es problemático, la clave está en el uso que se haga de él», advierten. «Que un juego se ponga de moda no tiene nada de nocivo salvo que no sea apropiado para la edad, sea violento, etc. Los spinners no tiene ningún peligro y son divertidos. Está muy bien que los niños jueguen, pero hay que hacerles ver que no lo pueden hacer siempre que les apetezca». Esa tarea empieza en casa. «Las normas tienen que estar muy claras, pero hoy existe un problema de sobreprotección con los niños. Tenemos miedo a decirles que no, y hay que hacerlo. Hay que enseñarles que a la hora de la cena o cuando están haciendo los deberes no pueden estar jugando, ni tampoco en clase. Que hay espacios para jugar y otros donde no se juega».
La fascinación que ha despertado el spinner ha empañado el furor que hasta hace unos días habían despertado las forever rings, pulseras multicolores de plástico que lucen niños y niñas en sus muñecas, con mensajes del tipo Forever dream, Forever best friends, Forever smart, Forever football o Forever ole yo!!. También ha perdido tirón de la noche a la mañana el slime (blandiblú o moco de gorila), una masa viscosa que tras un recorrido por Youtube se puede llegar a fabricar en casa.
Con los cromos ha pasado algo parecido, aunque un buen taco de la colección de Yo-Kai Watch o la de fútbol Adrenalyn para cambiar en la hora del recreo nunca falta en la mochila. Eso, ahora. En unas semanas, a saber.