Visita a la 'zona cero' del granizo en Rioja Alavesa
Los viticultores de la comarca vinícola alavesa hacen balance de daños en estos días previos a la vendimia. "Prácticamente se puede ver el camino que siguió la nube que trajo el pedrisco"
Iosu Muro
Sábado, 5 de septiembre 2015, 02:44
Al avanzar por los alrededores de Baños de Ebro se aprecia cómo el paisaje cambia de manera abrupta. «En esa viña se nota que apenas ... quedan hojas, en la de al lado parece que ni siquiera ha llovido y en esta más cercana el daño es menos aparente, pero lo hay», comenta Javier García, viticultor de este municipio que ha visto cómo cinco de sus hectáreas de viñedo sufrían el granizo que el lunes asoló parte de Rioja Alavesa. Desde uno de los puntos más altos de la localidad se puede vislumbrar que la nube culpable del incidente llegó desde La Rioja para acometer una línea recta hasta prácticamente Leza. «Se puede ver el camino que realizó», añade el agricultor perjudicado.
Numerosos productores se han visto afectados por lo sucedido, además de los daños materiales que ha dejado en varias casas particulares y bodegas. «Son cosas que uno no puede controlar y hay que aceptarlas», admite, resignado, Jesús Mari Pascual, otro viticultor de la zona, mientras habla con su padre en la bodega Hermanos Pascual Miguel.
«Al final ha sido un mayor susto de lo que podemos ver ahora. Cuando vine por primera vez pensaba que iba a estar arrasado. Dentro de lo que cabe, la uva sigue en la cepa y la preocupación está en saber cómo va evolucionar en los días que quedan hasta empezar a vendimiar y luego cómo la vamos a tratar en bodega para sacarle buen partido», comenta mientras pasea por una de sus 11 hectáreas apedreadas, «la mitad de lo que tenemos la familia en Baños».
La Casa del Vino fijó en 550 las hectáreas dañadas de gravedad aunque ayer el Consejo Regulador rebajó esta cifra hasta las 300 en Rioja Alavesa, de un total de 2.000 en toda la Denominación de Origen Calificada Rioja. Los números asustan, pero la confianza de los viticultores es muy alta. «La cosecha venía muy buena, de cantidad y calidad. Y aunque en la zona apedreada la cosa está tocada, creo que se puede recuperar. Si el tiempo viene bueno, sin excesivo calor, es el mejor de los tratamientos. Se puede entrar en las tierras pero está todo muy embarrado y sacar esporas no es positivo», subrayaba Javier García, que también alertaba del riesgo de la «botritis que se pudra el fruto por lo que ha llovido».
En Rioja Alavesa ahora no hay nadie que nada más despertarse no mire el cielo en busca de respuesta. Las predicciones meteorológicas hablan de un fin de semana de temperaturas suaves y sin precipitaciones, idóneo para el secado y cicatrizado de los granos de uva tocados por el granizo. La próxima semana se prevé más calurosa, que beneficia menos al viñedo granizado, pero que favorece la maduración final del resto de la vid.
«Con esta situación tenemos la duda, porque la cercanía de la vendimia nos impide aplicar tratamientos. El producto entraría en la bodega junto a la uva y, además, la tierra en corto plazo no te va a dejar entrar en la parcela», comenta Pascual mientras comprueba que hay hectáreas todavía encharcadas de la importante llovizna que hizo, incluso, que una cava que transportaba agua se rompiera, inundando todo alrededor de su casa.
Él tenía pensado adelantar «algo la recogida, pero ahora nos surgen dudas porque hay que controlar que no se pudra. En muchas parcelas, con la parra que tiene no va a evolucionar mucho más», señala con incertidumbre, una sensación que comparte García, «porque nunca sabes cómo acertar; otras veces estas cosas nos han tocado más lejos de vendimias. Ahora estamos indecisos de empezar ya o esperar». Mientras tanto, a seguir mirando al cielo.
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