El Gobierno central adjudica el proyecto de la Alta Velocidad entre Vitoria y Burgos

Es lo que tiene una infraestructura de este calibre, que requerirá una inversión global estimada en 1.492 millones de euros.Su complejidad es tal que se ha tenido que seccionar en cinco lotes (o subtramos) con diferentes calendarios. Los adjudicatarios, de hecho, disponen de entre 32 y 36 meses para entregar esos proyectos clave.

Luego, licitación, contratación y ejecución de obras. Así que no será hasta la próxima década cuando los vitorianos puedan completar este recorrido a más de 300 kilómetros por hora entre las dos ciudades y por extensión, Madrid. Estará operativa, en suma, años más tarde que la propia conexión entre las tres capitales vascas, prevista para 2027.

Pero el proyecto avanza una casilla. Y eso es importante. Lo hace, además, con cierta coherencia en los plazos desde que en diciembre de 2021 se aprobó un estudio informativo que lastraba años de retraso. Además, en julio del pasado año –aunque se programó para 2015– el AVE llegaba por fin a la capital castellana. «La nueva Línea de Alta Velocidad impulsará el desarrollo del Corredor Atlántico», destacó el delegado del Gobierno, Denis Itxaso, en declaraciones a este periódico. «La adjudicación de la redacción de los proyectos básico y de construcción dará continuidad a la Línea de Alta Velocidad Madrid-Valladolid-Burgos. Y a su vez conectará el País Vasco a la alta velocidad enlazando con la red que se construye para comunicar las tres capitales vascas», reforzó.

Esta conexión de alta velocidad con Castilla y León, exclusiva para viajeros ya que no tendrá carácter mixto (las mercancías seguirán transitando por el trazado actual), se estructura en dos grandes tramos, ambos en vía doble: Burgos-Pancorbo y Pancorbo-Vitoria. Suman un total de 90,1 km. Además, se añade un baipás de 11,2 kilómetros en vía única en Miranda, que posibilitará tanto la parada de trenes en la vecina localidad burgalesa como la circulación sin parada por el exterior.

El proceso de licitación se abrió el pasado verano. Se presentaron un total de 21 ofertas, cuatro de ellas firmadas por empresas a título particular y otras diecisiete a través de uniones temporales (UTE). En total, 41 compañías aspiraron a hacerse con alguno de los cinco contratos (los mencionados 'lotes') para los que Adif calculó un desembolso total de 27,6 millones y que finalmente ha entregado con una baja del 23,9%).

«La presente legislatura», incide Itxaso «está resultando decisiva en la aceleración del ritmo de las obras de llegada de la alta velocidad al País Vasco». El delegado del Gobierno recordaba ayer como «hitos más importantes», además del último avance con el 'pasillo' Burgos-Vitoria, «los acuerdos de integración ferroviaria con Vitoria y Bilbao, las encomiendas de gestión en favor de Lakua, la reanudación de las obras del tercer hilo entre Astigarraga e Irún y el avance de las obras de las estaciones de San Sebastián e Irún».

El año pasado el Gobierno central licitó la redacción del proyecto básico de integración ferroviaria en Vitoria y la remodelación de su estación. Además, desde septiembre se ejecutan obras en Víllodas, desde donde parte la plataforma de 3,6 kilómetros que enganchará con el tramo soterrado de la ciudad. Lo que aún está sin decidir es el futuro enlace de Pamplona con la 'Y' vasca. Vitoria (frente a la guipuzcoana Ezkio) es la opción previsible por su menor coste y complejidad técnica. En septiembre el Gobierno foral pidió retrasar la decisión.