Borrar
Josu Abeytua, Ángel Sanmamed, José María Pinto, Sonia García y Jesús Susilla participan en la iniciativa. S. E.

Quejana esconde un bosque solidario

Veinticinco artistas van a pintar otros tantos robles en el entorno del hotel para destinar los fondos al mismo número de ONGs

Domingo, 5 de julio 2020, 10:06

Comenta

El bosque solidario del hotel Arcos de Quejana, se prepara para la reapertura, que tendrá lugar el 9 de agosto y lo hace con una actividad frenética. No porque su propietario, Angel Sanmamed, apure las largas horas de estos días cuidando los jardines o limpiando hasta el último rincón de la cocina, sino porque en el boque que rodea a la vivienda que construyó el Canciller Ayala para su hijo bastardo, se mueve un ejército de pintores dispuestos a cambiar la fisonomía de 25 de los magníficos robles que rodean al complejo.

«La idea se me ocurrió viendo un película de Van Gogh y pensé que el 25 aniversario del hotel era una buena oportunidad para reunir a 25 artistas de renombre para que pintaran otros tantos árboles del bosque alrededor del hotel y recaudar fondos para 25 ONG´s», explica el promotor del proyecto, un hombre inquieto, apasionado del arte.

No se pintará toda la circunferencia del árbol ni más allá de donde llegue el artista de pie

Cuidado

Se puso en contacto con José Mari Pinto, su amigo, que reside en Artziniega y tras compartir el plan, el artista se entusiasmó con la idea y se comprometió a liderar la iniciativa. Empezaron a buscar y la lista de artistas que pintará en Quejana quita el hipo;Iñaki García Ergüin, José Manuel Méndez, Martín Ballesteros, Richard, Teresa Ahedo, Juan Humaran, Justo Sanfelices, José Abel, Eduardo Alsasua, Pilar Álvarez, José Miguel Arranz, Leticia Gaspar, Jon Landa, Miren Manterola, Ramón Pérez, Teresa Lafragua, José Reyes Ramos, Fernando Ureta, Carmen Mateos, Porrilló, Guillermo Sedano, Leire Sainz de Aja, Jesús Susilla, Ana Schmidt y el propio Pinto entre otros. Entre todos, acumulan más de 1.500 premios de pintura, entre ellos, algunos tan relevantes como el BMW. «El bagaje que acumulan a nivel internacional es impresionante», asegura Sanmamed. No hay más que ver sus trayectorias, que atesora cientos de exposiciones y de premios.

Limpieza

El trabajo ya ha empezado con la limpieza exhaustiva de los musgos de los árboles y la asignación de un ejemplar a cada uno de los pintores que «tienen total libertad para expresarse, con la única condición de no pintar toda la circunferencia del árbol y limitarse a la altura a la que puedan llegar de pie», asegura Pinto. Esta es una de las condiciones que deben cumplir para que la obra se mantenga el mayor tiempo posible en los árboles. Los materiales que se usan no son dañinos. «Preguntamos por los productos que habían usado en la restauración del bosque de Oma antes de decantarnos», asegura Pinto, que defiende la «singularidad» de la obra, que recoge la experiencia de un número muy importante de pintores que trabajan de forma altruista en el proyecto.

«Es un diseño único a nivel mundial», asegura Sanmamed. «El trabajo de Ibarrola, en Oma es de un único artista. Aquí cada uno puede expresarse como quiera», añadió Pinto. De hecho, algunos participantes, como Jon Landa ya han empezado a trabajar en su ejemplar.

El trabajo continuará durante todo el mes de agosto y septiembre, incluso después de que el hotel reabra sus puertas. «La idea es recoger todas las obras en un libro que editaremos al acabar». El libro, y las propias obras servirán para que a partir de la finalización del trabajo, se inicie la campaña de recogida de fondos en favor de cada una de las 25 ONG´s a las que está dirigida la acción. Ahí será fundamental la labor de Sanmamed que ya prepara actividades en el hotel con ese objetivo.

Xabier Santxotena delante del mura dedicado a Fukushima. S. E.

Una galería de arte al aire libre

Esta iniciativa da continuidad a la experiencia que arrancó hace cinco años cuando Verónica Werckmeister, responsable del Itinerario Muralístico de Vitoria, intervino en parte del robledal con tejidos naturales de color. El proyecto se destinó a Cáritas, Cruz Roja, Unicef, Stop Sanfilippo, Save the Children, Manos Unidas, Unicef, Ayuda en Acción, Alboan, Asociación de Donantes de Sangre, Zalbaketa, Intermon Oxfam, Educo, Fundación Adsis, Intered, Hirukide, Tierra de Hombres e Ingeniería para la Cooperación.

El hotel cuenta con un Museo al aire libre con dos esculturas de Xabier Santxotena, una de acero por la que discurre el agua y un gran mural de madera que es un homenaje a Japón tras el desastre nuclear de Fukushima.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Quejana esconde un bosque solidario

Quejana esconde un bosque solidario