Pedro de Asúa
Un libro de Félix Núñez recoge la vida del sacerdote vizcaíno, que diseñó el Seminario de Vitoria y fue asesinado en la Guerra Civil
SOCIEDAD LANDAZURI
Martes, 15 de abril 2008, 04:22
Félix Núñez Uribe es el autor de un pequeño libro, de 45 páginas, titulado 'Pedro de Asúa Mendía, arquitecto, sacerdote y mártir'. Es una biografía de una persona humilde pero extraordinaria, cuya obra más conocida es quizá el Seminario Diocesano de Vitoria.
Este gran edificio fue inaugurado por Alfonso XIII, el nuncio Tedeschini, el obispo Mateo Múgica, el anterior obispo Fray Zacarías Martínez y otras autoridades el 28 de septiembre de 1930. Ya en su alocución, Fray Zacarías Martínez dijo textualmente: «¿Alabanzas infinitas al insigne, tan insigne como modesto, sacerdote e ilustre arquitecto, D. Pedro de Asúa, quien, además de haber ideado y dirigido con tanto acierto tan gran obra, y de haber aportado su prestación material, se ha obstinado en no querer recibir los merecidos aplausos que le tributamos!». Y aquel día, aquel gran día para él, no le pudieron encontrar. Si había algún rasgo de carácter en Pedro de Asúa, era su extrema humildad. Imagine el lector cómo pudo recibir el rango de Monseñor concedido por Pío XI; dicen que sólo una vez se puso las vestimentas correspondientes.
Pedro de Asúa nació en Balmaseda en 1890, en una familia carlista y bienestante, gracias a la fortuna de Martín Mendía Conde, tío de Pedro, que hizo dinero en México. A Martín Mendía se le deben muchas de las mejoras que conoció Balmaseda, como obras públicas, entre ellas las llamadas Escuelas Mendía, verdadero semillero de aprendices.
Pedro de Asúa hizo el bachillerato con los jesuitas de Orduña, y de allí pasó a estudiar Arquitectura en Madrid. Joven de gran tesón y fuerte curiosidad intelectual, aprovechó muy bien los años de carrera, incluyendo visitas al extranjero, como un famoso viaje a Túnez y Egipto con sus compañeros de carrera en 1911.
Vocación religiosa
La vocación sacerdotal vino poco a poco. En aquellos estudios tenía cierta ventaja, a saber, la buena formación que traía de Orduña y de los años de Arquitectura. Ordenado en 1924, ya para entonces se había encargado de muchas edificaciones y restauraciones en la diócesis, cuyo arquitecto oficial fue nombrado por el obispo Múgica. Pero sobre todo estaba en camino el gran encargo: el Seminario de Vitoria, cuyas obras duraron cuatro años (1926-1930). Obra arquitectónica admirable, cuyo eco llegó a todo el mundo. Y escenario de unos años brillantes de educación y cultura, que han sido recogidos principalmente en los dos tomos de 'Historia del Seminario de Vitoria', de Andrés Ibáñez.
El final de Pedro de Asúa fue trágico. Perseguido por el delito de ser sacerdote, en aquel ambiente enloquecido de la Guerra Civil, unos milicianos le asesinaron entre Castro Urdiales y Laredo, el 29 de agosto de 1936. Sus restos fueron trasladados a la iglesia del Seminario en 1955.
Gracias a Félix Núñez, ahora sabemos mucho más de Pedro de Asúa. Un libro útil e informativo, al cual, sin embargo, faltan datos de lugar, fecha de impresión, etc.
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