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¿Videojuegos que caducan? Una iniciativa ciudadana pone en alerta a la Unión Europea

Hasta 1,4 millones de firmantes piden que las compañías mantengan funcionales sus títulos, sin importar cuándo se pusieron a la venta

Sábado, 18 de octubre 2025, 00:24

Los incondicionales de 'Misión Imposible' (la mítica serie de los 60 convertida en una de las sagas más prolíficas de Hollywood) tienen grabado a fuego ... aquello de 'Este mensaje se autodestruirá en 5 segundos'. Algo parecido viene a ocurrir con determinados videojuegos que, si bien no están programados para desaparecer sin dejar rastro al cabo de cierto tiempo, de algún modo terminan volviéndose inservibles por su propia naturaleza.

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Nos referimos a los videojuegos multijugador (para más de un usuario) que requieren una conexión a Internet para funcionar: comenzar una partida supone, inexcusablemente, conectarse a los servidores de la editora responsable. La misma que pasados unos años, cuando el número de jugadores activos se reduce drásticamente, decide apagar dichos servidores para siempre. ¿El resultado? Quienes pagaron por dicho videojuego dejan de poder utilizarlo.

En este contexto surgió el movimiento 'Stop Killing Games' ('Dejad de matar videojuegos'), que posteriormente evolucionó a la iniciativa 'Stop Destroying Videogames', descrita así por sus responsables: «La del videojuego se ha convertido en una industria con miles de millones de usuarios, valorada a su vez en cientos de miles de millones de euros. Durante las últimas décadas, sin embargo, han emergido prácticas de negocio que suponen no solo un asalto a los derechos de los consumidores; también la destrucción del medio en sí mismo».

«Cuando la vida útil de los juegos online se agota -prosigue el anexo de la propuesta presentada a la European Citizens' Initiative-, las compañías fulminan todas las copias de estos juegos e implementan medidas para evitar que los usuarios los mantengan en uso, lo que supone robarles aquello por lo que han pagado».

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La European Citizen's Initiative surgió como un mecanismo para que los ciudadanos de la Unión Europea propusieran acciones legales a la Comisión Europea. Para ello, los interesados deben inscribir sus iniciativas y recabar cierta cantidad de firmas antes de que los organismos oficiales autoricen a debatir la cuestión en el Parlamento Europeo. Algo esto último que está por decidirse respecto a Stop Destroying Videogames, después de que sumase más de 1,4 millones de rúbricas alrededor del Viejo Continente (cerca de 130.000 en España, lo que sitúa a nuestro país como el tercero por número de apoyos, tras Alemania y Polonia).

Los responsables de Stop Destroying Videogames completan su alegato apelando al apartado primero del artículo décimo séptimo de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea: «Toda persona tiene derecho a disfrutar de la propiedad de sus bienes adquiridos legalmente, a usarlos, a disponer de ellos y a legarlos. Nadie puede ser privado de su propiedad más que por causa de utilidad pública, en los casos y condiciones previstos en la ley y a cambio, en un tiempo razonable, de una justa indemnización por su pérdida. El uso de los bienes podría regularse por ley en la medida que resulte necesario para el interés general».

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Películas, discos, videojuegos...: lo digital es efímero 

Stop Destroying Videogames acaba de confirmar que, según los informes preliminares de numerosos países, el 97% de las firmas recopiladas son válidas. Esto dejaría la cifra final por encima del millón, abriéndose camino para que las autoridades europeas se planteen una audiencia pública al respecto: «Las autoridades nacionales tardarán unos tres meses en completar la verificación, momento a partir del cual realizaremos la petición formal a la Comisión Europea y aguardaremos su respuesta».

«Mientras tanto -continúan los organizadores-, articularemos una campaña contra la desinformación esparcida por el lobby de la industria; dirigida expresamente hacia los miembros del Parlamento y la Comisión».

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Esta última declaración alude a la respuesta dada por las principales compañías del sector del videojuego (Nintendo, Sony, Warner, Epic...) en el marco del lobby Video Games Europe, quienes «entienden la frustración de los jugadores, pero consideran inevitable el cierre de los juegos online; una decisión multifactorial que nunca se toma a la ligera y que debe seguir estando presente cuando las experiencias de juego por Internet dejan de ser rentables». De lo contrario, aseveran, «crear videojuegos resultaría mucho más caro, lo que pondría en riesgo la viabilidad de la industria».

Videogames Europe también se manifiesta en contra de que los usuarios respalden sus juegos con servidores privados, ya que «no garantizan la privacidad de sus datos y suelen albergar contenido ilegal e inseguro».

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En último término, la iniciativa intenta evitar casos como el del videojuego 'The Crew' (Ubisoft), que desapareció sin dejar rastro de las bibliotecas digitales de sus compradores. Un recordatorio más de que al adquirir un disco, videojuego, película o libro en formato digital, en realidad estamos haciéndonos con una licencia que nos permite usarlo indefinidamente, pero que no nos confiere propiedad. Por ende, pueden arrebatárnoslo en cualquier momento. De ahí la importancia de los formatos físicos (expuestos aún así a la degradación, lo que obliga a realizar copias periódicas) para la preservación de nuestro legado cultural.

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