Así debemos tomarnos la tensión arterial en casa para no cometer errores
Hay tantos hipertensos en nuestro país como personas con ojos marrones
La hipertensión es «traicionera porque no avisa». De hecho, al menos uno de cada tres adultos tiene la tensión alta y la mitad ni siquiera ... lo sabe. Para que nos hagamos una idea de la cantidad de gente que convive con esta «enfermedad silenciosa» en nuestro país, se puede decir que «son tantos como personas con ojos marrones». «Sus consecuencias pueden ser muy graves para la salud de quien la padece, puesto que se trata de una de las principales causas de hemorragia cerebral (ictus), insuficiencia cardiaca y renal, además de estar detrás de muchas anginas de pecho y otros eventos cardiovasculares», alertan en la Federación Española del Corazón (FEC).
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El «camino más efectivo» para mantener a raya la presión arterial –niveles iguales o inferiores a 135/85– se resume básicamente en tres puntos que todos tenemos más o menos claros: mantener una alimentación saludable, practicar ejercicio con frecuencia y no fumar. Ahora bien, existen otra serie de factores contra los que no podemos hacer nada y que también influyen –y mucho– en la aparición de la hipertensión como son la herencia genética familiar, el sexo (más común en hombres que en mujeres), la edad (a más años, mayor probabilidad de sufrirla), la menopausia o la raza (es más frecuente entre personas negras).
LOS VALORES
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Presión arterial ideal: igual o inferior a 120/80 mmHg. Esas cuatro letras que acompañan las cifras significan milímetros de mercurio, la unidad que se suele utilizar para medir la presión arterial, que es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes arteriales.
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Presión arterial normal: igual o inferior a 135/85 mmHg, según recoge la Federación Española del Corazón (FEC). De manera que una tensión de 130/70 se considera normal, no alta.
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Presión arterial normal alta: entre 136-139 y 86-89 mmHg. Cuando los niveles de tensión sistólica (la máxima) y diastólica (la mínima) se encuentran elevados de forma continua o sostenida, se considera que el paciente tiene hipertensión.
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Hipertensión grado I: igual o superior a 140/90 mmHg. A partir de estos niveles, conviene mantener un control continuado.
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Hipertensión grado II: igual o superior a 160/100 mmHg.
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Hipertensión grado III o severa: igual o superior a 180/110 mmHg.
Al margen de las causas y para evitar complicaciones, es importante «medir la presión arterial con regularidad y hacer un seguimiento continuado en cuanto los resultados rebasan unos determinados límites», aconseja Victoria Mazoteras, enfermera y profesora en la Universidad de Castilla-La Mancha. El problema es que muchas veces esa medición se hace mal, sobre todo cuando nos tomamos la tensión en casa. «Puede parecer una tarea sencilla, pero no lo es. Para colmo, muchas veces se usan dispositivos de dudosa validez, incluidos relojes inteligentes y aplicaciones móviles que no han sido validados según los estándares internacionales. Un pequeño error en el calibrado (milímetros de mercurio) basta para alterar un diagnóstico. Los tensiómetros para automedirse la presión en casa deben ser automáticos, de brazo y con marcado CE», insiste la experta.
Además de contar con el dispositivo adecuado, «se deben seguir una serie de reglas básicas para que el resultado que proporciona el aparato sea totalmente fiable», aclaran en la FEC. Estos son algunos de los errores que cometemos cuando nos tomamos la tensión en casa.
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–No conviene tomarse la presión arterial inmediatamente después de una actividad intensa. «Debemos tener al menos media hora de reposo para que el organismo se calme y retome su ritmo normal».
–Se desaconseja beber café o té en las dos horas anteriores a la medición porque altera los resultados. Tampoco conviene comer o fumar. En este caso, deja que pasen unos treinta minutos antes de colocarte el tensiómetro.
–No se puede tomar la tensión en cualquier lugar. Busca una habitación tranquila sin ruidos ni interrupciones y con una temperatura agradable de entre 20 y 25 grados.
–Lo ideal es hacer la medición siempre a la misma hora porque los valores varían a lo largo del día. Si te tomas la tensión a media mañana, la semana siguiente no la puedes tomar justo antes de meterte en la cama porque los resultados no son comparables.
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–La postura es muy importante. Siéntate cómodamente con la espalda apoyada en el respaldo de la silla, no cruces las piernas y quítate la ropa que pueda oprimirte el brazo. Si el tensiómetro es de los que se colocan en el brazo, pon el manguito dos o tres centímetros por encima del codo, la palma de la mano debe quedar boca arriba y el brazo, apoyado en la mesa a la altura del corazón. Al contrario de lo que piensa mucha gente, da igual medir la tensión en un brazo o en el otro.
–Se deben hacer tres mediciones, con una diferencia entre una y otra de al menos un par de minutos. El valor de la presión será la media de las dos últimas mediciones. Desecha la primera.
Síndrome de la bata blanca o por qué el tensiómetro se dispara si estás en el médico
No se trata de ningún tipo de enfermedad rara ni tampoco está relacionado con la ropa que llevas cuando te toman la tensión. El síndrome de la bata blanca se traduce en que nos sube la presión más de lo normal por el simple hecho de estar en un entorno sanitario. Nos ponemos nerviosos por la situación y... ¡zas! el tensiómetro también se dispara. Y si además llegamos al centro de salud o la farmacia a la carrera porque vamos justos de tiempo o tenemos que subir escaleras antes de entrar a la consulta, los resultados salen igual de alterados que nosotros. «Lo ideal es hacer la medición sentados y tranquilos para que los resultados sean fiables», aconsejan en la Fundación Española del Corazón (FEC). Si se tiene que repetir la medición, se recomienda esperar unos minutos entre una y otra. «Se apuntan ambos resultados y se hace la media aritmética».
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