Vivir | Nutrición

Esto le pasa a tu cuerpo por usar el parón de la comida para ir al gym

Hay que hacerlo bien: saltarnos esa ingesta repercute en el rendimiento deportivo... ¡y en el laboral!

Domingo, 14 de septiembre 2025, 19:57

Hemos acabado creyendo que, con buena organización, podemos embutir –aunque sea a empujones– más actividades en nuestra jornada, aunque estemos estrujándonos la vida. Ahora mismo, ... en el 'inicio de curso', hacemos malabares para sacar tiempo para todo y para todos. Y el 'gym', ¿dónde lo colocamos? Como somos tan prácticos, muchos decidimos que, para optimizar nuestro tiempo, lo mejor es usar el parón del trabajo para comer. Nos saltamos la comida: total, ya picaremos algo de la máquina expendedora del curro (cuyas opciones son limitadas y terribles) a media tarde. Y nos quedamos tan contentos con el arreglo, que cada vez se vuelve más común. ¿Nadie ve pegas?

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Un estudio de Cigna Helthcare que se ha hecho público esta misma semana señala que saltarse la hora de comer cuando trabajamos no tiene nada de sano. De entrada, alimentarse mal (y eso incluye saltarse una de las ingestas principales del día) tiene consecuencias sobre el estrés laboral y sobre la productividad. Algo que pasa en todo el escalafón laboral, aunque afecta más a los jefes, según el informe.

Y, si a la falta de tiempo ya le sumamos que ese pequeño paréntesis lo queremos aprovechar para ponernos 'fit'..., la comida pasa a un segundo o tercer plano.Quizá por eso un 42% de los participantes en la investigación admite que sus hábitos alimenticios durante la jornada laboral son muy mejorables. Además, un tercio está convencido de que la calidad de lo que come (o no come) influye en el posterior desempeño de su trabajo. Esto confirma las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que indica que comer rápido y mal puede bajar la productividad un 20%.

Ejercitarnos con el estómago vacío nos hace menos resistentes al estrés

Pero ¿qué le pasa exactamente a nuestro cuerpo cuando nos saltamos la comida para hacer ejercicio? Que en el 'gym' no lo vamos a poder dar todo... y en el trabajo por la tarde tampoco.

El cuerpo será el primero en notarlo al hacer ejercicio. «Saltarse la comida antes de ir al gimnasio puede afectar negativamente tanto al rendimiento físico como a la productividad y el control del estrés», confirma Markel Pérez, médico Responsable de la Unidad de Medicina Deportiva del IMQ. «Actualmente, la literatura indica que hacer ejercicio físico en ayunas puede aumentar la oxidación de ácidos grasos y esto favorece ciertas adaptaciones fisiológicas... Pero, si nos centramos en el rendimiento físico, la productividad y el estrés, parece que los beneficios no son tan evidentes», afirma.

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Ejercitarse en ayunas puede reducir el rendimiento, sobre todo en actividades prolongadas o de alta intensidad, así como la motivación y el disfrute. «Esto ocurre porque, cuando se ingiere una comida rica en carbohidratos antes del ejercicio, se eleva la glucemia y la insulinemia, lo que retrasa la fatiga y permite mantener la intensidad durante más tiempo». Además, la ingesta previa reduce, por ejemplo, el aumento de cortisol, la hormona del estrés. ¿Y también se nota si solo hacemos ejercicios de fuerza o resistencia de corta duración? En estos casos, el rendimiento no parece verse «tan significativamente afectado», apunta.

Menor concentración

Según advierte, no comer nada antes del ejercicio no solo puede causar bajadas de azúcar –con mareos y debilidad–, sino que aumenta la sensación de hambre y puede traducirse en una menor concentración, «no solo para el ejercicio, sino para afrontar las actividades de la vida diaria». Entonces, ¿qué podemos meternos al cuerpo que sea rapidito y sano? «Una comida alta en carbohidratos, moderada en proteínas y baja en grasas y fibra optimiza el desempeño y minimiza el malestar gastrointestinal», destaca Pérez, quien recomienda «fruta como plátano (incluso en batido), arroz cocido, queso fresco o yogur bajo en grasa».

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De todos modos, este es el 'parche' previo al ejercicio, pero luego, una vez terminado, deberíamos comer (el tentempié previo no cuenta como comida). Para que la recuperación sea óptima tras el ejercicio y afrontemos la parte final de la jornada laboral con energía, «se recomienda ingerir carbohidratos de alto índice glucémico (como pan blanco, arroz, patatas, batido de frutas), junto con proteína (leche, yogur, huevo, pavo…) para favorecer la resíntesis de glucógeno y la reparación muscular, una buena manera también de prevenir lesiones, y preparar el organismo para el próximo esfuerzo», indica. ¿La opción más rápida? Un sándwich con pan integral, pechuga de pavo o huevo, con queso fresco.O una ensalada que integre todos los grupos de alimentos. Es decir, alternativas que nos permitan cubrir todos los frentes de una vez.Si disponemos de cinco minutillos más, un poco de fruta ya haría que esa ingesta exprés sea muy sana y no tenga consecuencias negativas.

¿Dónde comer? Un estudio realizado en Alemania reveló que hacerlo delante del ordenador aumentaba el estrés y bajaba la creatividad. Mejor buscar un sitio tranquilo –muchas empresas ofrecen espacios específicos– o acercarse a una plaza para comer de forma consciente y disfrutar.

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