Ocho claves de experto para empezar a ahorrar ya (sin excusas)
No hay una edad adecuada ni es solo una cuestión de sueldo
¿Saben eso de que no nos acordamos de Santa Bárbara hasta que truena? Pues con este tema nos pasa un poco igual. Ahora que ... se acerca la Navidad, una temporada de gastos importantes, toca mirar la cartera y hacer cuentas... Como no a todo el mundo le cuadran, empieza la retahíla de lamentos: cómo ha subido todo, qué mal me administro, es que mi nómina es una basura, no hago más que pagar impuestos... Bueno, pues antes de sentirnos unos fracasados o empezar a disparar contra todo, conviene escuchar a Carmen Pérez-Pozo Toledano, abogada y experta en gestión patrimonial y planificación sucesoria. Su primer consejo es claro: no hay un momento mejor que otro para dar el primer paso, «empieza hoy con lo que tengas».
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1
¿A qué edad debo ponerme a ahorrar?
«Ahorrar no tiene que ver con la edad, sino con la conciencia», advierte la letrada. Y tampoco, sigue, con «un buen sueldo». Para ponerse a ahorrar primero hay que «comprender que el dinero no solo sirve para gastar sino también para construir seguridad», que se dice rápido, pero se entiende más lento. Sobre todo en una sociedad construida en la recompensa inmediata. Mientras logramos interiorizar esto, la experta nos da un tip: «No se trata de cuánto ahorres, sino de crear el hábito». Así que aunque solo puedas dos o cinco euros, sé constante.
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2
¿Cuánto debo ganar para poder ahorrar?
«Destinar entre un 10% y un 20% de los ingresos mensuales es una buena meta, pero lo esencial es empezar por un porcentaje que puedas mantener sin ansiedad», se arranca Pérez-Toledo. Sin embargo, «no existe un umbral mágico de ingresos a partir del cual podamos empezar a ahorrar», considera. Lo que está claro es que no se puede hacer sin los gastos básicos cubiertos. Definir qué es lo básico es el quid de la cuestión.
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3
¿De dónde puedo quitarme sin convertirme en un monje?
«Hay que elegir. Hay gastos que suman valor, como una experiencia con tu familia, un viaje, una buena formación... Otros que simplemente llenan vacíos momentáneos», explica la especialista. Averiguar cuáles responden a esto último es la clave y ello requiere «decidir qué te aporta bienestar». Volviendo al plano práctico, primero «revisa suscripciones que no usas»: ¿realmente necesitamos pagar por cuatro plataformas de streaming? Luego, haz la compra con cabeza: tiramos un 10% de la comida que compramos, o lo que es lo mismo: 500 euros al año, según el INE. Y tercero: «Ojo con los impulsos digitales». Si quieres comprar algo, evita hacerlo el domingo de 20.00 a 21.00, es la hora en la que somos más débiles, dicen los estudios de IAB Spain, la mayor asociación mundial de comunicación, publicidad y marketing digital.
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4
¿Necesito ir apuntando todos mis gastos cada día?
El método Kakebo pegó fuerte antes de la pandemia para intentar ahorrar: cuadernos cuquis donde apuntar gastos desglosados mes a mes, pero son un exceso. «Conocer tus patrones de consumo es muy útil. Pero te vale con anotar tus gastos en un papel durante un mes y analizarlo», sostiene la letrada. «Después, basta con una revisión periódica. Lo importante no es controlar cada euro, sino entender qué emociones hay detrás de cada gasto y cómo puedes mejorar tus decisiones financieras desde ahí».
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5
¿Y si tengo un imprevisto?
«El primer paso es crear un fondo de emergencia: una reserva que cubra entre tres y seis meses de tus gastos fijos. Esa es la base de cualquier estrategia patrimonial.», señala Pérez-Toledo. Si aún no puedes llegar a esa cifra, empieza poco a poco, pero con constancia. Lo fundamental es que ese fondo sea «intocable y esté disponible cuando realmente lo necesites».
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6
En pareja, ¿cuenta conjunta?
La experta reconoce que esta cuestión es una de las «más sensibles y menos habladas» en una relación. «Tiene sentido cuando hay gastos y proyectos comunes —alquiler, hipoteca, facturas, hijos—, pero nunca debería sustituir la autonomía individual. Lo ideal es combinar: una compartida para los objetivos comunes y cuentas personales para los proyectos de cada uno. La transparencia y la confianza son esenciales, pero también lo es conservar cierta independencia».
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7
¿Un piso es una buena inversión?
Durante décadas, comprar un piso fue sinónimo de éxito y estabilidad. Hoy, sostiene la especialista, el mercado y la forma de vivir han cambiado. «Comprar puede ser una buena decisión si planeas quedarte a largo plazo, si puedes asumir los costes sin comprometer tu calidad de vida y si lo haces dentro de una estrategia patrimonial. Pero alquilar no es tirar el dinero: es pagar por flexibilidad y tranquilidad»
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8
Acciones, fondos, bonos... ¿en qué invierto?
Lo primero es tener las finanzas básicas ordenadas «sin deudas urgentes y con tu fondo de emergencia creado». A partir de ahí, es el momento. Si te da miedo a invertir no pasa nada:«Es síntoma de prudencia», señala la abogada. Y ten en cuenta que la inversión ha evolucionado en los últimos años: no se trata de que te conviertas en un 'lobo' de Wall Street. «Hay modelos más flexibles y con impacto social: build to rent, coliving, rehabilitación urbana… Invertir es participar en proyectos que regeneran barrios, crean comunidad y aportan estabilidad. No se trata de invertir más, sino de invertir mejor: con estrategia y propósito».
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