Imagen del Xiami 13 Ultra con su gigantesco módulo de cámaras. I.J.

Probamos el Xiaomi 13 Ultra: ¿un móvil o una cámara de fotos?

La marca china logra un teléfono casi perfecto en todos sus apartados demostrando que puede ser un rival temible también en la gama alta

Viernes, 22 de septiembre 2023, 00:23

Buenos, bonitos y baratos. Se podría decir que las tres b's han sido el santo y seña de Xiaomi desde sus inicios en el sector de la telefonía móvil. Sus smartphones, con una calidad sorprendente, costaban mucho menos que los de otros fabricantes con más renombre. De esta forma, la compañía china irrumpía como un elefante en una cacharrería en el mercado occidental comiéndose a su competencia en las gamas de entrada y media. Y ahí sigue, aunque no es ningún secreto que el mayor beneficio se obtiene en la gama súper alta. Y en ella tanto Apple como Samsung lideran este lucrativo apartado de negocio con mano de hierro. Era sólo cuestión de tiempo que la multinacional de Pekín decidiera acometer su abordaje al olimpo de los smartphones y el nuevo Xiaomi 13 Ultra es su mejor baza, sobre todo con sus cámaras gracias a la colaboración con la histórica marca fotográfica Leica. ¿Lo ha conseguido? ¿Se sitúa al lado de los grandes o se queda corto? Lo veremos en este análisis.

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Diseño: la cámara lo es todo

Ya hemos avanzado que el aspecto fotográfico es el punto fuerte de este Xiaomi 13 Ultra. Y su diseño nos deja bien claro su importancia. Por eso nos encontramos con una trasera donde sobresale, en el sentido más amplio de la palabra, el gigantesco módulo, con el logotipo de Leica bien visible, que acoge los cuatro sensores de los que hablaremos más adelante. Un elegante anillo dorado remata un conjunto tan exagerado como espectacular en un diseño que me ha traído a la memoria el del añorado Nokia Lumia 1020 que también lo apostaba todo a su poderosa cámara. Y al igual que sucedía con este mítico teléfono, también encontramos un escalón en la parte superior, mucho más pronunciado en el caso del chino, que elimina toda esperanza de simetría. De hecho, si ponemos el móvil bocabajo parecerá que se dispone a despegar de un momento a otro en vez de asentarse totalmente en la superficie. Una sensación muy extraña y que no nos termina de convencer del todo.

La buena noticia es que la trasera, acabada en aluminio al igual que su cómoda y bien diseñada botonera, está recubierta por una impresionante capa de cuero vegano. Este material le aporta un extra premium acorde con lo que cuesta, también hablaremos después del tema del precio. El caso es que es un móvil que no resbala nada y es muy fácil de agarrar. Y menos mal, porque no hay que olvidar que con sus 163,18 milímetros de largo, 74,64 de ancho, 9,06 de grosor y 227 gramos de peso se trata de un móvil muy voluminoso, aunque no tanto como el Samsung S23 Ultra. Por todo ello, se podría decir que usar una funda en este smartphone es todo un crimen al buen gusto, aunque, por si acaso, Xiaomi nos regala una transparente que sirve, sobre todo, para proteger el desproporcionado módulo de cámaras de caídas y rayones, algo lógico teniendo en cuenta que todo el teléfono descansa sobre él cuando está boca abajo. Por lo demás, está disponible en negro y en un verde sencillamente espectacular.

Pantalla: gran calidad aunque algo justa de brillo

La pantalla del Xiaomi no defrauda. I.J.

Recordemos, estamos hablando de gama súper alta. En ese sentido, la pantalla de Xiaomi 13 Ultra es una pasada. Eso sí, algunas fabricantes siguen convencidos de que debe ser curva para que sea considerada premium. Es verdad que no es tan acusada como años atrás, pero es necesario aclarar que sólo aporta toques accidentales que entorpecen su correcto manejo. Por lo demás, nos encontramos con una panel AMOLED de 6,73 pulgadas con resolución WQHD+ (3.200 x 1.440 píxeles), aunque el fabricante oriental se empeñe en poner de serie el modo Full HD+ por razones que se me escapan. Realmente, es preferible optar por la resolución mayor para disfrutar de su gran nitidez y fidelidad de colores. Nada que objetar en este apartado teniendo en cuenta también su refresco adaptativo de 1 a 120 Herzios.

Lo único que se le puede achacar es que el brillo máximo sea de 1.300 nits, por debajo de los 1.750 nits del Galaxy S23 Ultra y de los 2.000 de los iPhone 15. ¿Significa eso que lastra la experiencia de usar el teléfono en exteriores? Por supuesto que no, pero si se compara con lo que ofrece su más directa competencia está claro que Xiomi se ha quedado un poco corto en este aspecto. De hecho, es necesario desactivar el modo de brillo automático y activar el modo diurno para que se vea mejor a plena luz del sol. Incomprensible que esta función no sea automática. Eso sí, y como dato positivo, el panel está protegido por una capa Gorilla Glass Victus, la mejor del mercado en la actualidad contra rayones y pequeñas caídas, lo que se espera de un teléfono de esta gama. También mención especial al sensor de huellas bajo la pantalla, uno de los más rápidos y eficaces que he probado. Casi no merece la pena activar el reconocimiento facial, mucho menos seguro que el de los iPhones de Apple.

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Procesador: lo mejor de lo mejor de Qualcomm

Xiaomi no se ha complicado la vida en este aspecto y ha dotado a su nuevo buque insignia del mejor procesador disponible en el mercado para teléfonos Android fabricado por Qualcomm. Poco más podemos añadir del Snapdragon 8 Gen 2 que no hayamos contado ya. Como no podía ser de otra forma, su 13 Ultra es capaz de realizar todo tipo de tareas complejas sin despeinarse gracias también a una gráfica dedicada Adreno 740 y sus 16 GB, una completa barbaridad. Lo único que si he notado es un pequeño calentamiento con algunos juegos más exigentes gráficamente hablando de lo habitual, aunque podría ser por el hecho llevarlo sin funda y ser el cuero menos frío que el cristal que lucen la mayoría de los móviles en su parte trasera. Y todo ello en pleno verano. En cualquier caso, nada importante gracias a su cámara de vapor de última generación.

Batería: algo justa para tener 5.000 mAh

La batería es uno de los apartados más complicados de medir porque está sujeto a múltiples variantes. No gastamos lo mismo cuando enviamos un whatsapp que cuando hacemos una foto o nos ponemos a jugar. El caso es que en este Xiaomi 13 pro la pila de 5.000 mAh no luce todo lo que debiera si la comparamos con las de otros terminales. Es cierto que con un uso normal llegaremos al final del día con un 50% de batería. El problema aparece cuando le pedimos algo más. En ese sentido, no he podido pasar de las seis horas de pantalla, una cifra muy escasa si tenemos en cuenta lo que ofrecen otros terminales con idéntico procesador. No me cabe duda de que aquí el culpable es la capa nada optimizada que le pone la marca china a sus móviles con un exceso de tareas invisibles y en segundo plano de sus aplicaciones, que afectan, y mucho, a la autonomía. En ese sentido, miramos con envidia otras capas más limpias como la de la propia Google.

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La buena noticia es que aquí tenemos una carga rápida de verdad. No es la más veloz del mercado pero sus 90 Watios permiten pasar del 0 al 100% de batería en sólo 40 minutos. Si estamos más apurados de tiempo podemos llegar a un 50% en tan sólo 15. Nada mal. Y de nuevo punto positivo para Xiaomi por incluir en la caja el cargador. Algo que debería ser obligatorio en los teléfonos de gama súper alta. Y otra sorpresa. Pese a su acabado en cuero sintético, el terminal admite carga inalámbrica a 50 Watios, bastante rápida con respecto a la mayoría de móviles del mercado. Asimismo, contamos con carga inalámbrica reversible por si nos quedamos sin bateria en los auriculares.

Cámaras: experiencia Leica

Sin duda, nos acercamos a la verdadera razón de ser de este teléfono. El músculo fotográfico que exhibe este Xiaomi 13 Ultra es enorme. Y la clave es la decisión del fabricante chino de aliarse con Leica para crear uno de los mejores móviles para sacar fotos que existe en la actualidad. ¿Su secreto? Su procesado de imagen. Las fotografías se caracterizan por la gran nitidez y naturalidad, alejados de los excesos de artificios a golpe de inteligencia computacional de otras marcas. De hecho, están más cercanas a los resultados que podríamos tener con una cámara compacta que con un móvil. Para ello, la prestigiosa marca de cámaras y lentes alemana ha creado dos modos de disparo: Authentic y Vibrant. Lo más curioso es que, pese a sus nombres, el segundo es más fiel a la realidad con fotografías más nítidas y colores sin apenas saturación. En todo caso, las diferencias entre ambos no son excesivas y la elección entre uno u otro dependerá de nuestros gustos personales.

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El otro pilar del poderío fotográfico de este Xiaomi es su sensor principal, un Sony IMX 989 de 1 pulgada, de ahí que el módulo fotográfico trasero sea tan enorme, de 50,3 megapíxeles y apertura variable de f/1.9 o f/4.0 con estabilizador óptico (OIS) incorporado. Unos números brutales. En la práctica, eso supone hacer fotos de gran calidad. Y, gracias a su potente procesador, de forma instantánea, incluso sacando las fotos a tope de resolución. Los resultados son espectaculares. Por poner alguna pega, el HDR automático no es tan fino como en otros móviles aunque en ningún caso llega a quemar las instantáneas. Eso sí, esperemos que algún día los fabricantes Android adopten el procesador HDR en tiempo real de Google y Apple para que sepamos como va a quedar la foto antes de disparar.

Otra ventaja de contar con un sensor de 1 pulgada es el de elevar la calidad de las fotos realizadas en modo noche que se activa cuando es necesario de forma automática. El nivel de detalle que se obtiene en condiciones lumínicas escasas es de lo mejor que he visto en los últimos años. Aquí no hay lavado de imagen para sacar luz donde no hay. Las fotografías nocturnas cuentan con unos colores vívidos y están realizadas con todo lujo de detalles y buen balance de blancos. Incluso el cielo es negro de verdad y no se empeña en sacar luz donde realmente no existe. Asimismo, controla las fuentes de luz artificiales y no he notado destellos ni artificios indeseados que estropeen la foto. Espectacular.

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El detalle y la composición del modo noche es increíble. I.J.

Pero la cámara principal no está sola. Además de un Sensor ToF 3D, también hay que destacar dos teleobjetivos ópticos, ambos de 50 megapíxeles, una cifra nada frecuente en este tipo de lentes, y OIS incorporado. Se trata de un 3,2x, de f/1.8 y 75mm, y otro periscópico 5x, con f/3.0 y 120mm. De esta forma, las fotos a larga distancia son muy buenas, con gran detalle gracias de nuevo a un procesado natural y la generosa resolución de los sensores. A partir de esa cifra, las fotos resultantes van perdiendo nitidez aunque se empieza a notar cuando pasamos de los 10X gracias a la utilización, como suele ser habitual en estos casos, de la fotografía computacional. Eso sí, con peores resultados que otras marcas con algoritmos más avanzados aunque también más artificiales. A destacar también que las fotos de 2X se realizan con el sensor principal y sin pérdida de detalle, lo que permite obtener imágenes impresionantes cuando cae la luz.

Ejemplos de imágenes con 1x, 5x y 10x. Los resultados son muy buenos en todos los casos. I.J:

También hay que resaltar aquí el ultra gran angular, considerado en los últimos años el patito feo de las lentes dedicadas. De nuevo una resolución de 50 megapíxeles de 12 mm con una apertura focal de 1.8 y OIS incorporado. Con estos mimbres, no es extraño que los resultados con este sensor sean buenos, incluso de noche. Naturalmente, es menos capaz que el principal pero en determinadas circunstancias podemos tener la seguridad de que si recurrimos a él los resultados serán óptimos, no como en la mayoría de móviles de la competencia, incluso en la gama más alta.

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La foto de gran angular destaca por su nivel de detalle. I.J.

Sobre los modos, hay que decir que el del retrato es, como mínimo pasable, debido a que el bokeh es tremendamente exagerado. Por lo que he visto en otras marcas chinas, se trataría de una elección estética meditada que parece responder a los gustos orientales. De hecho, se puede editar a posteriori para disminuir su nivel de borrosidad, pero sigue siendo excesivo. Por eso nos queda la sensación de oportunidad perdida hasta el punto de que es aconsejable sacar la foto de cerca con el objetivo principal para generar, sin ayuda de la fotografía computacional, un difuminado del fondo mucho más natural.

Un fondo tan difuminado no ayuda en las fotos con modo retrato. I.J:

El modo macro es automático cuando nos acercamos mucho a un objeto. Cumple su función aunque quizás no sea tan espectacular como el de otros móviles. A las imágenes les falta un extra de nitidez pero, en cualquier caso, es perfectamente utilizable.

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Imagen de una flor en modo macro, correcta pero con falta de definición. I.J.

Xiaomi incorpora en su aplicación fotográfica, muy minimalista y tremendamente fácil de usar, otras opciones de disparo de lo más útiles. Entre todas, además de un modo pro para disparar en RAW para el posterior postprocesado en programas como Photoshop y exprimir al máximo el sensor principal, nos topamos con la siempre vistosa exposición prolongada, lo que nos permite realizar fotos de lo más artísticas como las indispensables estelas de neón, efecto seda en agua en movimiento o los cielos estrellados.

Hablado de software fotográfico, mención especial a las potentes herramientas de edición que se encuentran insertadas en la galería que viene de serie. Podremos desde borrar objetos y personas con total facilidad a modificar radicalmente el aspecto de nuestras fotografías a golpe de click. Podremos obtener un cielo estrellado donde antes no lo había, insertar efectos climatológicos como la lluvia e incluso hacer estallar fuegos artificiales. De nuevo, inteligencia artificial en estado puro.

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Y aquí vamos a destacar también el verdadero talón de aquiles del conjunto fotográfico del Xiaomi 13 Ultra. Su cámara delantera. En un principio, sus 32 megapixeles y su apertura focal de 2.0 nos daba toda la confianza del mundo. En la práctica, es casi un desastre. La calidad de las fotos obtenidas con este sensor son radicalmente opuestas a las traseras. Las fotos están deslavadas, les falta detalle y los colores son apagados y alejados de la realidad. No he logrado hacer una foto que me parezca realmente buena. Y todo empeora a medida que nos quedamos sin luz. Cumple en caso de necesidad para subir una foto a las redes sociales pero poco más. Una gran decepción tratándose de un móvil tan caro y comparándola con las de la competencia.

La cámara delantera es la peor de todo el móvil con diferencia. I.J.

Respecto al vídeo, nos encontramos con un móvil de lo más solvente capaz de grabar en 8K a 24 FPS. Impresionante. Los vídeos son de gran calidad y nitidez gracias a que todas las lentes traseras están dotadas con OIS, lo que garantiza la estabilidad y fluidez de los escenas grabadas. En ese sentido, Xiomi ha logrado situarse también este aspecto a la altura de los especialistas en este campo: Samsung y Apple. Si os encanta sacar vídeos, en este aspecto no os sentiréis defraudados.

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Conclusión

Es el momento de hacer mención a uno de los aspectos más controvertidos de este teléfono: su elevado coste. Un detalle de lo más significativo tratándose de una marca que hasta ahora siempre había apostado por su excelente relación calidad-precio. Y es que sus 1.499 euros se nos antoja una cifra muy elevada, pese a que el terminal llegue con 512 GB de disco duro. De esta forma, el Xiomi 13 Ultra es un poco más caro que otros teléfonos de la gama súper alta como son Samsung Galaxy S23 Ultra y el iPhone 15 Pro Max. Es cierto que en conjunto el smartphone 'made in Pekin' es impresionante tanto a nivel de diseño como, sobre todo en su aspecto fotográfico, sin descuidar su potencia bruta. Pero consideramos que es una oportunidad perdida para distanciarse de sus principales competidores en un aspecto tan relevante como el económico. Eso sí, habrá que estar atentos a futuras ofertas, como es habitual en los productos de la casa.

En todo caso, Xiaomi ha logrado situarse por fin junto a los principales estandartes de la gama super alta gracias a un móvil que lo tiene todo para triunfar en ella. No es perfecto, ninguno lo es, aunque puede que puntos débiles tan importantes como una autonomía mejorable o una pesada capa de software que pide una actualización a gritos, aparte de una cámara delantera bastante deficiente desequilibre la balanza hacia la competencia. En todo caso, se trata de uno de los mejores móviles del año y la prueba de que la marca china se ha convertido ya en un rival temible en el sector de la telefonía en todas sus gamas.

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