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La red palia ciertas consecuencias del confinamiento

¿Cómo sería la cuarentena sin internet?

Más aburrida y dura para la economía, aunque con menos intoxicación informativa

sara borondo

Domingo, 26 de abril 2020, 23:34

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La Humanidad ha sufrido grandes pandemias a lo largo de su existencia, pero esta ha tenido una característica diferente. Ha sido la primera vez en que un patógeno ha atacado con internet plenamente asentado en la vida cotidiana. Las anteriores amenazas virícas de este siglo, el SARS (2002), la gripe A (2009) y el MERS (2012), no se extendieron a tantos países ni contagiaron a tanta población y, desde luego, no alteraron prácticamente la vida en España.

Hay que remontarse un siglo para encontrar una enfermedad, la gripe de 1918, con una tasa de contagio y mortalidad tan elevadas (se calcula que en dos años murieron 50 millones de personas, 300.000 en España). Entonces las únicas posibilidades de comunicación eran el boca a boca y los periódicos de papel (la primera emisora oficial, Radio Barcelona, empezó a emitir en 1924). Cuando se desató la pandemia del VIH, en los años 80, a la prensa escrita se añadieron la radio y la televisión. El cine también tuvo un papel importante al tratar el síndrome que causaba, pero ninguno de esos medios influyó de manera tan profunda y radical como internet en la emergencia sanitaria actual.

Desde el principio del confinamiento, a mediados de marzo, el consumo de internet experimentó una subidatan fuerte que se llegó a temer por cortes en el servicio de los proveedores de acceso. Según el informe 'Digital Consumer 24 hours indoor' elaborado por Nielsen y Dynata, desde que se decretó el confinamiento los españoles han pasado la mitad del tiempo (un 47%) conectados a internet, lo que supone un incremento del 7% respecto a una semana normal. Esta subida en la demanda de internet llevó a que plataformas de videoconferencia como Zoom o Microsoft Teams tuvieran que reforzarse a marchas forzadas.

La Comisión Europea no tardó en intervenir y pidió a las plataformas de transmisión, a los operadores de telecomunicaciones y a los usuarios que redujesen la calidad de visualización de sus contenidos para liberar la red.

Posibilitar el trabajo y la educación a distancia

Gracias a que tenemos internet hemos podido reajustar nuestra vida cotidiana para que la sociedad no frenase en seco desde el primer momento. El alcance de lo que la red ha permitido abarca todos los aspectos de la vida y sin la conexión este confinamiento estaría siendo muy diferente. En primer lugar, y probablemente sea el cambio más relevante, no habría sido posible el teletrabajo, al que muchas empresas tuvieron que realizar la transición en apenas unas horas con la declaración del estado de alarma. La nube, las videollamadas y los escritorios remotos pasaron a formar parte de la jornada de miles de trabajadores que ya no tenían que ir físicamente a una oficina; desde un experto en programación hasta el psicólogo o el empleado del banco trabajan ahora desde casa.

Todo esto, recalcamos, no sería posible sin internet. La economía del país habría quedado aún más paralizada al no poder desarrollar su trabajo dichos puestos remotos; o el confinamiento se hubiera limitado a un sector pequeño de la población. Con todo, una buena cantidad de trabajadores (sobre todo autónomos) han sido sometidos a una ERTE o han visto cómo sus ingresos desaparecían.

Igual que el teletrabajo, sin internet los estudiantes de todos los niveles habrían visto su aprendizaje paralizado por completo desde mediados de marzo hasta su vuelta a las aulas, cuando esta se produzca. Con internet, algunos colegios han optado por enviar deberes a los alumnos de forma periódica, quedando los padres encargados de gestionar esas tareas y enviarlas al profesor o tutor para su corrección. En los niveles más altos, incluso se han sustituido las clases presenciales por otras virtuales, en las que el profesor imparte la charla y los alumnos la observan, pudiendo interactuar entre sí. Es más, algunos centros educativos han logrado realizar exámenes sin reunir al alumnado en una misma sala.

Respecto al ocio, los videojuegos se hubieran limitados a la colección física de cada uno, pudiendo disfrutarla en solitario o acompañados únicamente por otros integrantes del domicilio. Gracias a Internet no solo se han podido comprar juegos físicos y que un mensajero los llevase a casa, sino que ha sido posible adquirirlos en las tiendas digitales e incluso jugar sin consola (utilizando móviles, televisiones inteligentes o servicios de juego por streaming como Stadia). Todo ello ha podido disfrutarse con jugadores alrededor del globo, gracias a los modos multijugador online. Según datos de Telefónica, entre el 13 y el 15 de marzo el tráfico de información de videojuegos creció un 271% respecto a la semana precedente.

Compra física y online

Durante el confinamiento se recomienda salir a comprar lo menos posible, lo que obliga a realizar compras más grandes y volver a casa cargado. En un mundo sin internet no quedaría otra opción, pero actualmente existe la posiibilidad de comprar online; el comercio electrónico, según los datos de Nielsen, ha experimentado una subida del 62%. Las compras en los supermercados han crecido un 12% de forma global y un 55% por internet, y también ha habido un aumento de la demanda de pedidos de comida ya elaborada a domicilio.

La televisión sin duda habría sido un elemento informativo clave en un confinamiento sin internet. La comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el 14 de marzo fue la emisión más vista en la historia de la televisión en España, con una media de 18 millones de personas (el 80,9% de quienes estaban en ese momento ante la pantalla). La empresa de medición de audiencias Kantar Media apunta un crecimiento del consumo televisivo por encima del 40% (en todas las franjas de edad). Se detecta así una inversión en la tendencia de los últimos años, que marcaba un descenso de todos los medios de comunicación tradicionales en beneficio de webs y redes sociales.

El estudio 'Cuaderno de Bitácora: Semana 4 de Confinamiento' realizado por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) muestra que el 93% de las personas considera fundamental el papel de los medios de comunicación durante la cuarentena. El 87% asegura que tiene a los medios convencionales (prensa, radio y televisión) como su principal fuente de información «frente a la intranquilidad que les genera la información vertida en las redes sociales», señala el estudio, pero incluso el acceso a esos medios tradicionales requiere conexión a internet, ya que el 60% de los usuarios de prensa online admiten haber incrementado el consumo de esta. El 55% de los lectores digitales sigue leyendo las mismas publicaciones, pero un 35% lee, además, otras cabeceras de diarios. Sin internet esto requeriría una visita al kiosco y esperar al día siguiente para recibir nuevas noticias.

La televisión tradicional podría seguir viéndose aunque no existiera internet, la radio seguiría escuchándose y los periódicos estarían en el quiosco, pero lo que no existiría son las plataformas de streaming de video, que han crecido de forma espectacular durante estas últimas semanas. Según Justwatch, HBO es la plataforma que más ha subido (con un aumento del tráfico del 244%), seguida de Filmin (un 235,4%), Movistar + (209%), Netflix (186%) y Amazon Prime Video (175%).

Competiciones deportivas reales paradas, pero no en la red

Nadie hubiera imaginado hace un par de meses que las competiciones deportivas se paralizarían por completo. Con todo, durante el confinamiento han seguido celebrándose torneos de deportes electrónicos basados en juegos de ordenador como League of Legends, Counter Strike: Global Offensive u otros que simulan deportes reales.

El cáster (locutor) de esports Ibai Llanos organizó una competición -que siguieron online 62.000 espectadores- entre el sevillista Sergio Reguilón y el bético Borja Iglesias. Tras el éxito de este partido, se organizó el torneo benéfico LaLiga Santander Challenge, en el que participaron representantes de 18 de los 20 equipos de la Primera División. Se recaudaron más de 140.000 euros para luchar contra el coronavirus y el vencedor fue el representante del Real Madrid, Marco Asensio.

La investigación contra el virus también se vería perjudicada si no existiese hoy día internet, ya que la red permite el intercambio rápido de información entre los investigadores de distintos proyectos en todo el mundo (además de la consulta de estudios anteriores).

En el apartado positivo, si no existiese internet no se podrían difundir los bulos informativos de las últimas semanas. Más de 430 mentiras y alertas falsas referidas al Covid-19 según la web maldita.es, que han recorrido el país entero en cuestión de horas o incluso minutos. Hay tanta información errónea sobre el virus que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha afirmado que se enfrenta a una «infodemia».

La desinformación se extendería mucho más despacio y con una difusión muy inferior de propagarse boca a boca, al no existir las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea (según datos de Telefónica, en la semana del 9 al 15 de marzo el tráfico de WhatsApp creció un 698%). En cualquier caso, los responsables de plataformas como Twitter no se han quedado de brazos cruzados: a comienzos de abril detectaron 1,5 millones de cuentas sospechosas de manipular información sobre el coronavirus y procedieron a borrar 1.100 tweets. A fin de cuentas, con una granja de bots y pocos medios se puede organizar una campaña de desinformación que llegue a mucha gente, algo que sería mucho más costoso y laborioso en el mundo offline.

Esta pandemia pasará, como lo hicieron todas las anteriores, pero la fase actual de confinamiento está siendo más llevadera gracias al uso de internet. Hablar con la familia, teletrabajar, informarse… todo es mucho más rápido y accesible gracias a una red que sabe mantenernos ocupados y entretenidos.

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