¿Interesa comprar una freidora de aire? Así es el electrodoméstico inteligente de moda

Los alimentos fritos conforman la dieta de muchas personas, al ser fáciles de preparar y estar jugosos, sabrosos y crujientes. Con todo, los nutricionistas y los médicos suelen recomendar que se reduzca su consumo hasta ser algo muy ocasional: tienen un exceso de grasa que contribuye al sobrepeso y al aumento de colesterol o los triglicéridos, lo que favorece la aparición de patologías cardiovasculares.

Hay una versión de los fritos que utiliza hasta un 85% menos de aceite, genera menos humo y gana cada vez más adeptos: la de las freidoras de aire, que lo hacen circular gracias a un ventilador (al estilo de los hornos eléctricos de convección). De ahí que funcionen sin aceite o con apenas una o dos cucharadas en aquellos alimentos que no sueltan grasa al cocinarse.

Las freidoras sin aceite son un electrodoméstico relativamente nuevo: en 2010 Philips lanzó el primer modelo en proporcionar alimentos con una textura agradable (hasta entonces se vendían otros que no se acercaban a esta sensación organoléptica). Por sus ventajas nutricionales y el ahorro respecto a las freidoras tradicionales, y porque el resultado es un sabor de los alimentos similar al de éstas, las freidoras sin aceite están llegando cada vez a más hogares.

Las temperaturas de estos aparatos que 'fríen' sin utilizar aceite suelen ir de los 80º a los 200º centígrados, gracias a lo cual se consigue (en poco tiempo) una textura y color similares a los de la fritura en aceite. Aunque se utilizan sobre todo para patatas fritas o pollo, sirven para todo tipo de carnes, pescados e incluso gambas. Los alimentos se introducen en una cesta extraíble de rejilla, para que el exceso de grasa se filtre y no quede en la comida. El cestillo se introduce en la freidora y el aire muy caliente cocina el alimento.

Aunque funcionen como un horno, la freidora es un electrodoméstico diferente por su tamaño (tienen una capacidad en torno a los 5 litros frente a los más de 20 habituales en un horno, lo que consigue que sean más portátiles -pesan entre 4 y 7 kilos-). Son como un minihorno y, debido precisamente a que son más pequeñas, cocinan mucho más rápido y de manera más eficiente, ya que consumen menos electricidad.

La principal diferencia entre estas freidoras y las tradicionales es, evidentemente, el uso de aceite para la fritura, pero hay otras como que las que no lo usan no necesitan precalentarse. Además, los alimentos quedan menos grasos y, por tanto, son más agradables de comer; no hay riesgo de quemaduras por salpicaduras y producen menos olor. Algunos modelos también cuentan con accesorios para cocinar bollería, pizzas, pan o dos alimentos a la vez.

Entre los puntos en contra están que las croquetas no suelen quedar bien -ya que tienden a abrirse y dejar salir el relleno- y que las cestas tienen menos capacidad que las freidoras tradicionales: hay que extender bien los alimentos para que se cocinen de forma homogénea y, aun así, suele ser necesario removerlos vacias veces durante la cocción. Si la va a utilizar una persona, tendrá suficiente con los modelos más pequeños, pero una familia compuesta por tres o cuatro miembros necesitará una de más de 4 litros.

En algunas freidoras sin aceite se selecciona la temperatura y el temporizador de forma manual, pero la mayoría utiliza una pantalla para ello y cuenta con programas predefinidos. Las más actuales incluso son inteligentes y se pueden manejar a través de una aplicación del móvil utilizando la conexión Wi-Fi.

Estos son tres de los modelos inteligentes con mejor relación calidad precio del mercado:

La aplicación -compatible con iPhone y teléfonos Android- sirve para controlar el aparato manualmente o enviar a la freidora las recetas que nos hayamos descargado desde la página del fabricante, estableciéndose automáticamente la temperatura y el tiempo de cocción. La cesta tiene una capacidad de 4,5 litros y encontramos 8 programas de horneado (incluido uno para mantener la comida caliente). El exterior es de acero inoxidable y el aparato tiene una potencia de 1.500 vatios.

Precio: 145 euros

Se controla a través de Wi-Fi con la aplicación VeSync (disponible en iOS y Android) o con la pantalla táctil, para fijar su uso o utilizar uno de los 11 programas que incluye. La potencia es de 1.700 vatios y la cesta, con una capacidad de 5,5 litros, es apta para lavavajillas. Incluye 100 recetas, pero están solo en inglés.

Precio: 160 euros

Tiene conectividad mediante Wi-Fi y una capacidad de 5,5 litros. Se puede controlar a través de una aplicación propia llamada ProscenicHome (disponible para Android y iOS) o mediante asistente por voz. De momento no tiene demasiadas recetas en español en la app (unas 30). La canasta es antiadherente y se puede desmontar para limpiarla a mano o en el lavavajillas. La potencia del conjunto es de 1.700 vatios.

Precio: 129 euros

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