'ROG Xbox Ally': Dos semanas con la portátil de entrada de ASUS y Microsoft
A la venta el 16 de octubre por 599,99 euros
Se dice, se comenta, que Microsoft canceló sus planes de una Xbox portátil por no confiar demasiado en su viabilidad comercial (supuestamente, AMD exigió un pedido mínimo de 10 millones de chips a los de Redmond, quienes prefirieron no arriesgarse). Las flamantes ROG Xbox Ally (en color blanco) y ROG Xbox Ally X (negro) son, por consiguiente, lo más parecido que vamos a recibir a un tipo de gadget que los incondicionales de la marca llevan años reclamando.
Cortesía de ASUS, hemos pasado dos semanas poniendo a prueba el modelo de entrada (disponible desde mañana por 599,99 euros). Un sistema que bebe de los dispositivos precedentes dentro de la misma gama, pero que incorpora novedades (tanto en materia de hardware como de software) pensadas para acercar la experiencia Xbox al creciente segmento de los PCs 'consolizados'.
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Al agarre, ROG Xbox Ally se siente un producto premium, de construcción y materiales sólidos. Sendas superficies de agarre lo convierten en una de las portátiles más cómodas que hemos probado, bastante por encima de las sensaciones que arrojan Nintendo Switch 2 o Steam Deck, por poner un par de ejemplos. El acabado texturizado posterior arroja a su vez sensaciones tan agradables como las de los sticks, diseñados a imitación de los del laureado Xbox Wireless Controller y contorneados por atractivos halos luminosos.
Convencen también los dos pares de gatillos posteriores (e incluso los dos botones adicionales -M1 y M2- dispuestos a la espalda, pese a su aparente incomodidad); especialmente los principales, que además de contar con un buen recorrido, se amoldan a la posición natural de los dedos. Por contra, tanto la cruceta como los botones de acción nos han parecido algo mejorables: la primera por la dificultad para lograr ciertas diagonales de forma natural; los segundos por su escasa elevación y tamaño en relación al cuerpo de la máquina. Nada que perturbe en exceso las sesiones de juego, a fin de cuentas.
Pero si hablamos de botones, los verdaderos protagonistas de la ecuación son aquellos exportados directamente del mando de Xbox: a los de vista y menú se suma el marcado con el logo en forma de equis; piedra angular de las labores de optimización llevadas a cabo por Microsoft para que jugar en estas 7 pulgadas (bajo Windows 11) se parezca lo más posible a hacerlo en una consola tradicional. Al pulsarlo se despliega la clásica Game Bar, donde obtenemos acceso directo a los últimos juegos ejecutados, las 'storefronts' instaladas (Steam y Epic Games Store inclusive); un apartado de configuración rápida, la pestaña 'Xbox Social', los ajustes de audio, un menú de capturas, la tienda de widgets y un pertinente indicador de rendimiento, con valores para la CPU, GPU y RAM del aparato (además de los frames por segundo vigentes).
Otro botón de utilidad es el de biblioteca, que abre la aplicación Xbox (similar a la de PC) y nos muestra todos los juegos que tenemos instalados en los 512GB de almacenamiento interno disponibles, sin importar la tienda a la que pertenezcan (EA Play, GOG, Ubisoft Connect...). Esta app Xbox supone a su vez el principal modo de inicio de la ROG Ally más económica, en lo que se denomina 'Experiencia de pantalla completa de Xbox'. Al encender la consola, en lugar de toparnos con el escritorio de Windows, se abre la aplicación para permitirnos seleccionar un juego y ponernos al lío, sin ventanas entremedias. Esta modalidad, además, capa muchos de los procesos en segundo plano de Windows 11, de forma que todos los recursos puedan destinarse a mejorar el rendimiento y apariencia de nuestros juegos.
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En nuestras pruebas hemos alternado entre el escritorio de Windows y la mentada experiencia de pantalla completa (reinicio -no obligatorio- de por medio, como recomienda el cuadro de diálogo resultante), y lo cierto es que no hemos apreciado diferencias significativas al probar determinados títulos. Cabe recordar que nos encontramos ante un ordenador en miniatura a fin de cuentas, por lo que existen numerosas variables que pueden poner en entredicho cualquier innovación o afirmación categórica. Hemos encontrado desde juegos que se ejecutan en segundos hasta tiempos de carga eternos; stores que responden con fluidez y otras lastradas por el lag o donde los botones se niegan a responder de primeras.
Usar Windows como tal tampoco está exento de problemas: la posibilidad de cambiar rápidamente entre ventanas al mantener pulsado el botón Xbox se agradece bastante, pero alcanzar determinadas opciones con los sticks se antoja misión imposible en ocasiones, lo que nos obliga a pulsarlas en la pantalla táctil intentando acertar con la llama de los dedos, dadas las reducidas dimensiones de algunos cuadros de diálogo aún modificando los ajustes de visualización.
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No os engañamos: a la hora de la verdad hemos confiado más en la capa de personalización de ASUS ('Armory Crate', también con su propio botón) para realizar ciertos ajustes (como cambiar entre los modos 'silencio', 'rendimiento' y 'turbo') o ejecutar juegos. En este caso se cumple aquello de que menos es más; al menos hasta que la aplicación Xbox implemente muchas de las funciones que prometen marcar la diferencia durante las sesiones de juego. Por limitaciones propias del proceso de review no hemos podido contrastar los 'Perfiles de juego' o la precompilación de shaders, por ejemplo. Los primeros modificarán automáticamente los ajustes de cada juego (previamente supervisado) para que corra tal y como debe en la gama Xbox Ally, evitándonos tener que pasar minutos de más hurgando en los menús de configuración gráfica. Lo segundo promete acortar hasta en diez veces el tiempo necesario para ejecutar títulos como 'Gears of War: Reloaded'.
Esto último conviene si tenemos en cuenta el tamaño descomunal de muchos de los juegos que hemos probado: el concepto portátil tiene poco sentido cuando se supedita a descargas de cientos de GBs que se antojan eternas (dejar la consola conectada un par de horas para instalar 'Forza Horizon 5' resultó frustrante cuanto menos). Suerte que la Xbox App también es compatible con el game streaming desde consolas Xbox y el juego en la nube, lo que permite lanzar juegos en pocos segundos.
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Por supuesto, lo que buscaréis la mayoría al agenciaros esta portátil es jugar de forma nativa a los últimos lanzamientos. A día de hoy y a la espera de las funciones adicionales que llegarán ya en 2026 (escalado inteligente mediante NPU, grabación automática de momentos destacados mediante IA, mejoras en la gestión del almacenamiento y el modo dock...), lo que nos encontramos es un sistema ligeramente superior a lo que ofrece el modelo OLED de Steam Deck. Los más entendidos hablan de hasta un 15% de potencia adicional entregada por el chip Ryzen Z2A. ¿Cómo se materializa esto en términos de rendimiento? En nuestras pruebas hemos ejecutado 'Assassin's Creed Valhalla' a 30fps y 720p con todos los ajustes en 'alto' (20fps a 1080p); 'Hellblade II' a 20fps y 1080p; 'Forza Horizon 5' a 30fps estables también en FullHD; 'Sonic x Shadow Generations' a 28fps y 1080p (que suben a 40fps en modo 720p); 'Hollow Knight: Silksong' a 120fps y 1080p; y 'Tetris Effect' a 80fps en FullHD.
Las cifras anteriores parten del modo 'Turbo', sin que los ventiladores rujan demasiado (no al menos en comparación a otros gadgets de la competencia) ni la temperatura se eleve más allá de lo aconsejable. Pruebas de que el nuevo sistema de refrigeración 'Zero Gravity' de ASUS cumple su cometido. Podemos colegir entonces que la ROG Xbox Ally estándar es una máquina apta para disfrutar de títulos exigentes a una media de 30 frames por segundo y con bastantes ajustes visuales en su máxima expresión (preferiblemente en 720p), pero también se hace evidente que los lanzamientos por venir tendrán complicado mantener dicho estándar a menos que los citados perfiles de juego demuestren su efectividad.
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Para ayudarnos a elegir qué jugar en nuestra flamante Xbox by ASUS, Microsoft ha lanzado también un programa de compatibilidad portátil: la ficha de cada juego indicará en lo sucesivo si está optimizado para nuestro dispositivo o si resulta 'mayormente compatible', con algún que otro ajuste requerido. Otro indicador, 'Windows Performance Fit', nos adelantará además si tal o cual título correrá a 60fps ('Should play Great') o 30fps ('Should play well') en el aparato que estemos usando.
Como vemos, los de Redmond han cuidado muchos detalles para que la experiencia portátil de Xbox resulte lo menos obtusa posible, pero tendrán que pasar aún bastantes meses para que todas las promesas se refinen y materialicen. Hasta entonces, ROG Xbox Ally convence por su peso contenido (670 gramos), una pantalla 1080p a 120 hercios (compatible con AMD FreeSync Premium, pero algo falta de nits e IPS en lugar de OLED) y unos altavoces que, aunque hayamos dejado para el final, nos han impresionado sobremanera: su potencia y nitidez es tal que retumban incluso con el indicador de volumen en mínimos.
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Completan la oferta sendos conectores USB-C, la vibración hápitca HD, un puerto jack para auriculares, la ranura para tarjetas microSD y el botón de encendido con lector de huellas incorporado. Todo ello con una autonomía de entre 2,5 y 5 horas de juego según la ambición técnica del software en ejecución, gracias a la batería de 60w integrada y al uso inteligente de los modos operativos disponibles.
Nuestra valoración
Aunque con aristas y funcionalidades clave por llegar, ROG Xbox Ally es una máquina cómoda y competente siempre que no busquemos jugar a lo último de lo último con unas cifras de rendimiento siderales (para eso está su hermana mayor). ¿Consigue la capa de personalización de Microsoft batir a SteamOS en conveniencia dentro del segmento de los PC ultra portátiles? No diríamos tanto, pero sí que da bastantes pasos en la buena dirección.
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