Google permite a las empresas de aplicaciones móviles leer los correos de los usuarios de Gmail
La compañía de Silicon Valley niega cualquier similitud con el escándalo de la fuga de datos en Facebook y recuerda que son los propios clientes los que autorizan esta práctica «habitual en la industria»
No corren buenos tiempos para la privacidad en Internet. Las noticias sobre continúas filtraciones de información de los usuarios de las grandes corporaciones tecnológicas se suceden casi cada día, sobre todo tras el escándalo de la fuga de datos en Facebook por parte de Cambridge Analytica. Precisamente, este pasado martes se supo que un fallo informático permitió que 800.000 usuarios de la red social fundada por Mark Zuckerberg pudieran acceder a las actualizaciones de los contactos que les habían bloqueado previamente. Ese mismo día también se desveló que otro error permitió a algunos teléfonos de Samsung mandar fotos privadas a sus contactos. Ahora le toca el turno a Google y, en concreto, a Gmail, su popular servicio de correo electrónico.
Según informa 'The Wall Street Journal', la multinacional de Silicon Valley permite desde hace años a cientos de empresas encargadas de desarrollar aplicaciones para su plataforma Android poder espiar a los usuarios de Gmail a través de sus correos con total impunidad. Este proceso se produce utilizando como caballo de Troya los complementos y extensiones incluidos en la instalación de los distintos programas para dispositivos móviles.
Entre las empresas de confianza autorizadas por Google para rebuscar entre mails ajenos se encuentran Return Path y Edison Software, dedicadas a la gestión publicitaria, con el objetivo de «entrenar» sus algoritmos y conocer mejor los gustos de los usuarios para incrementar su eficacia. La privacidad, una vez más, queda sacrificada a cambio de una supuesta mejora de los productos informáticos elaborados por estas terceras compañías.
Autorización de los usuarios
Como contestación a las críticas en las que se compara este atentado contra la privacidad de los usuarios con el de Cambridge Analytica, Google ha defendido en un comunicado la legalidad de esta práctica «habitual en la industria» tecnológica, ya que siempre debe contar con los pertinentes permisos de los clientes, que son los que facilitan a estas empresas su dirección de correo electrónico.
El problema radica en que el límite de esta autorización no siempre está tan bien definida. Si se supiera que eso supone tener barra libre para espiar sus mensajes o recolectar las direcciones de correo de sus contactos, la mayoría de las personas se lo pensaría dos veces antes de seguir con el proceso de instalación de la aplicación en sus smartphones o tabletas.
Asimismo, Google recuerda que los usuarios pueden anular los permisos concedidos al instalar estas aplicaciones, aunque los más seguro es que eso conlleve tener que desinstalarlas al ser un requisito clave para su uso. Eso, sin contar que será muy complicado comprobar si estas compañías borran tanto las direcciones de correo como los contenidos de los mails obtenidos durante todos estos años.
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