Empresarios piden una educación «flexible» con el euskera para atraer familias de fuera
El foro Zedarriak también propone cuotas para jóvenes con el fin de fomentar su participación en la toma de decisiones
«El reto es urgente y, además de concienciar a la sociedad, es fundamental dar pasos concretos y progresar de forma decidida en el diseño ... de sistemas educativos flexibles, en los que las familias procedentes de diferentes territorios, o con requisitos exigentes de movilidad geográfica, encuentren soluciones sencillas a los itinerarios educativos de sus hijas e hijos». En Zedarriak han medido mucho este párrafo de su último informe, que pone el foco en la juventud. Los grandes empresarios que forman parte de este foro saben muy bien que hay asuntos en los que mantener un debate sosegado es difícil, pero quieren intentarlo.
El idioma en el sistema educativo vasco es una de esas controversias potencialmente explosivas. Desde hace tiempo muchas empresas vascas aprecian que una de sus dificultades para atraer talento del exterior (tanto más necesario cuanto más envejece Euskadi) es la educación infantil. Esto es, si un profesional tiene niños pequeños en edad escolar y su trayectoria profesional es dinámica -sabe que va a moverse porque los destinos laborales ya no son eternos como antes-, el País Vasco puede ser un lugar poco apetecible. Tanto si habla inglés como castellano. Por eso Zedarriak pide «flexibilidad». Pero se guarda mucho de no mencionar el euskera para tratar de contener un debate que suele acabar varado en el fango de posiciones extremas.
En realidad, este colectivo integrado por grandes personalidades del mundo de la empresa ya sabe lo que es meterse en charcos. Suyo fue el polémico diagnóstico sobre la situación económica y social de Euskadi publicado hace casi un año, en abril de 2022. Ahí se alertaba de que la comunidad autónoma había perdido liderazgo y punch económico. Nada desconocido, pero que sonaba estridente en boca de personalidades de extenso reconocimiento profesional e intelectual: Pedro Luis Uriarte (el 'padre' del Concierto económico), Javier Ormazabal (presidente del grupo Velatia), Iñaki López Gandásegui (presidente de Aernnova), Cristina Garmendia (consejera en varias empresas y exministra), Antón Pradera (presidente de CIE Automotive)... Así hasta una docena de voces autorizadas. El diagnóstico disgustó a Iñigo Urkullu y al Ejecutivo de Lakua en general y las relaciones se tensaron con los empresarios.
El segundo análisis se refiere a la juventud porque el reto demográfico es uno de los grandes desafíos de la comunidad autónoma, si no el más acuciante. Hubo una primera aproximación tibia el pasado septiembre en el que de manera genérica se pedía más poder de decisión para los jóvenes, pero sin grandes concreciones. Daba la impresión de que Zedarriak no quería más polémicas. Y ahora sale el informe completo donde ya no se eluden asuntos espinosos.
Además de reclamar una mayor adaptabilidad del sistema educativo vasco a las necesidades nómadas del entorno laboral actual, el foro de empresarios lanza otra idea y propone «cuotas para jóvenes» que ayuden a conseguir «objetivos ambiciosos de equitad intergeneracional». ¿Dónde se aplicarían esas cuotas? «En órganos de gobierno y en las decisiones de las empresas, ONGs e instituciones». La dinámica sería similar a la que se viene utilizando desde hace décadas para combatir la brecha de género en ciertos ámbitos.
En este sentido, apuntan que «la media de edad del Parlamento vasco es de 48 años, y solo 3 de 75 representantes tienen menos de 30 años». En el ámbito privado, «los consejos de Sociedades cotizadas en España arrojan una edad media de 60,5 años y el último Libro Blanco del Tercer Sector Social de Euskadi señala también como uno de sus retos el relevo generacional dentro de las organizaciones y en su base social». No escurren el bulto los integrantes del colectivo que ha hecho el informe porque «es una de las reflexiones que Zedarriak (con una edad media de sus integrantes de 63 años) asume también en primera persona, y por ello alguno de los proyectos que se presentan posteriormente apuntan precisamente a corregir este sesgo».
Como paisaje de fondo en todo este asunto está el invierno demográfico que se viene anunciando desde hace años y que ya trae bajas temperaturas y nubarrones densos. En este sentido el informe recopila datos diversos que demuestran la dimensión del problema: «La población joven en Euskadi representa menos del 14% del total, un 12,1% del censo electoral en las últimas elecciones, y tan solo un 8% del censo de la militancia en partidos políticos». Mientras, los mayores de 65 años «suponen ya el 24% de la población vasca y un 29,2% del censo electoral». Lo peor es que, eso ya se sabe, la diferencia «se incrementará más en los próximos años».
El informe, titulado 'Una mirada a la juventud en Euskadi. Nunca tantos deberemos tanto a tan pocos', también quiere ser un recordatorio de los riesgos a los que nos enfrentamos con una población cada vez más envejecida. Y también apunta estrategias correctoras que a nivel teórico ya tienen muy presentes las administraciones y cuya clave es la necesidad de incentivar la natalidad. Para ello hace falta, y eso lo recuerda Zedarriak, la «regulación del mercado de alquiler y compra de vivienda», porque sin un sitio donde vivir nadie va a crear un familia. Por el flanco laboral, entorno en el que los creadores del documento tienen competencia directa, se refieren a mejorar la «estabilidad y el nivel de retribución de los contratos laborales a personas jóvenes».
A este objetivo ayudaría que los jóvenes saliesen del sistema educativo con una formación que se ajustase a la demanda de las empresas. Ahí está otro problema: «El 76% de las empresas vascas afirman que tienen crecientes dificultades para encontrar el talento que demandan».
En cualquier caso, mientras se avanza por el lado de la natalidad no queda más remedio que buscar talento fuera. La inmigración es «fundamental». «Tenemos un sistema educativo referente y la necesidad imperiosa de incorporar más personas a nuestras empresas», dice el documento. «Tenemos palancas que podemos activar para atraer personas de otras culturas y de otros países». Pero «para que encuentren aquí su destino vital es muy importante mejorar nuestros mecanismos de atracción, acogida e inclusión». Así que Zedarriak «propone intensificar el debate público sobre esta temática con objeto de avanzar hacia una sociedad abierta, de acogida, atractiva para innovadores y personas que busquen su desarrollo personal y profesional en Euskadi».
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