Trabajo constata que los nuevos coches patrulla suponen un «riesgo» para los ertzainas

Erne denunció ante la Inspección de Trabajo que los ertzainas que miden más de 1,80 metros no entran en los 'Seat León' dotados de mampara para trasladar a los detenidos. La central recibió un aluvión de quejas de afiliados en cuanto llegaron a las comisarías los nuevos coches patrulla, a principios de octubre del año pasado. Los agentes, que deben llevar como dotación con el uniforme la pistola, la defensa, grilletes y el correaje, se quejaban de que iban encajonados y que sus rodillas pegaban con el salpicadero en jornadas de ocho o de doce horas de trabajo, en función de si se trata de un día laborable o del fin de semana. El sindicato destacaba «el riesgo de fatiga postural y/o trastornos dorsolumbares debido a las dimensiones y características del habitáculo y de los asientos», especialmente en los vehículos en los que se había instalado el kit de detenidos.

El Departamento de Seguridad asegura que realizó una «evaluación ergonómica y estudio de la accesibilidad» de estos coches patrulla en diciembre de 2018, cuando ya llevaban varios meses de uso. Recientemente, la consejería emitió una serie de recomendaciones para paliar este problema, que suscitaron las críticas de la plantilla. Proponían a los policías que realicen «estiramientos» y que salgan del coche «cada 20 o 30 minutos» para evitar problemas de salud. El secretario general de Erne, Roberto Seijo, reconocía entonces que al escuchar esta ocurrencia «nos dio la risa».

Pues bien, la Inspección de Trabajo ha dado la razón a los ertzainas y reconoce que en el documento de evaluación presentado por el Ejecutivo vasco «resulta significativa la lista de puntos débiles» del 'Seat León', modelo que ganó el concurso público. Enumera, entre otros, el «poco espacio habitable del coche», el «inconfort postural», los «asientos envolventes», «embarque y desembarque dificultoso» y «visibilidad trasera restringida».

El pasado febrero, Trabajo convocó una reunión a la que asistieron representantes de Prevención y Salud Laboral, del Parque Móvil y del área Técnico Jurídica de la consejería que dirige Estefanía Beltrán de Heredia, además de los delegados de prevención de Erne. Algunas de las propuestas, como el cambio de asientos por otros de menor espesor o la modificación de la mampara de detenidos, fueron rechazadas por inviables y otras «están siendo objeto de estudio por la Administración y la empresa carrocera». Respecto a las medidas organizativas, además de las «pausas activas o descansos posturales», la consejería propone la «elección del vehículo en función de las características antropométricas del agente». Así, recuerda que «el parque móvil de la Ertzaintza cuenta con otros vehículos, como los 'Seat Altea' anteriores y los 'Toyota Land Cruiser'» que pueden ser utilizados por los policías más grandes.

La Inspección de Trabajo vuelve a dar un tirón de orejas a Seguridad al reprocharle que esta propuesta «carece de concreción o grado de detalle deseable para que su implantación responda a criterios objetivos». Advierte además que debe «evitar que la decisión sobre la distribución de agentes y vehículos se atribuya a los mandos operativos, cuyas funciones o responsabilidades resultan ajenas en principio a esta concreta cuestión de seguridad y salud».

Trabajo censura de nuevo al Departamento de Seguridad al advertirle de que «en lo sucesivo, deberá respetar los derechos de participación y consulta de los representantes legales de los trabajadores en la elección de los equipos de trabajo». Según Erne, la adquisición de los 'Seat León' se produjo «sin someter previamente a consulta de los delegados de prevención o del comité de seguridad y salud». «Se nos dejó participar 'a posteriori', con ocasión de la evaluación ergonómica realizada a los vehículos ya en uso».

En agosto de 2018, la Inspección de Trabajo requirió al Ayuntamiento de Bilbao en términos parecidos. El Sindicato Vasco de Policía y Emergencias (SVPE) había denunciado que los agentes de la Policía Municipal más altos no cabían en los 32 'Mercedes' adquiridos para el cuerpo. Trabajo concedió al Consistorio también tres meses para adoptar las medidas correctoras necesarias, aunque éste presentó alegaciones, lo que dilató el proceso. En una comparecencia, el concejal de Seguridad planteó como solución que los policías más altos, un 7% de la plantilla, patrullaran en otros modelos de vehículo existentes en el parque móvil tras descartar devolver la partida de coches nuevos.